Narra Daniela.
La primera semana de clases siempre era la más difícil, tener que adaptarse nuevamente a la rutina me tenía cansada.
Como los semestres anteriores, íbamos a almorzar a la cafetería con Sofi, Lu y Kim. De vez en cuando se unían compañeros de algunas de nosotras.
Compartimos anécdotas sobre cada día y hablaban de lo emocionadas que estaban por este nuevo semestre. Excepto Kim, quien tenía que continuar con su relación oculta si quería que el profesor mantuviera su trabajo.
Había conseguido que Emma entrara a una estancia infantil, aunque no era exactamente lo que quería. Pero no podía hacer que María José se hiciera cargo de ella cuando tenía que trabajar, ya había hecho bastante con aceptarnos en su apartamento.
Aún así, Emma estaba a gusto en el lugar, según las enfermeras era bien portada y tranquila. María José, comenzó sus clases de manejo una semana después de que iniciamos las clases en la universidad, me parecía lindo que se esforzara por mejorar en muchos aspectos.
Su enfermedad iba bien, de hecho, demasiado bien. La depresión y su ansiedad se mantenían a filo, y sabía que en cualquier momento tendría un susto como los primeros días que viví con ella.
Me parecía curioso como la vida la puso en mi camino, era un ángel que daba todo de sí para que todos a su alrededor fueran felices.
Mamá no había respondido a mis llamadas desde que yo estaba viviendo cerca de papá. Era absurdo su comportamiento, pero aún así tenía la esperanza de que quisiera conocer a su nieta.
-¿Siempre eres así de distraída?- Poché me miró con una pequeña sonrisa, estábamos en la cama mirando una película animada, su favorita.
-Estaba pensando.- Sonreí mirándola desde mi posición. -Es extraño... Lo rápido que pasa el tiempo cuando eres feliz.- confesé con una sonrisa, ella pausó la película y me miró.
-¿Filosófica?- se burló. -Para mí el tiempo ha ido lento.
-No lo sé, cosas mías.- me acerqué a ella con la intención de besarla, pero el llanto de Emma en la habitación de enseguida me hizo detenerme. -Iré a por ella, deberías ir a la ducha porque luego se te hace tarde.
-Hoy no iré a trabajar.- dijo apenas volví a la habitación. -Nata dijo que podía sin mí esta noche, y me veían debiendo aquella donde trabaje sola en la barra.
-Pero es viernes.- aclaré mientras subía a la cama con Emma.
-Sí, y tú y yo iremos a bailar.- se colocó sobre sus rodillas antes de besarme y luego dejar un beso en la frente de Emma. -La madre de Juli cuidará a Emma, dice que necesitamos un tiempo para divertirnos.
-Me encantas, ¿lo sabías?- ella sonrió antes de volver a besarme e irse a la ducha.
-Luego de que salga, sigues tú.- gritó desde el baño. -Y ve buscando ropa linda, ya sabes que Kim y Sofi son unas divas.
-¿Ellas también irán?
-Va a ser algo así como una reunión de amigos con parejas.- ella asomó la cabeza.
Una hora después, Poché vestía unos shorts cortos de mezclilla y una blusa translúcida de color negro con un top del mismo color. Yo, por otro lado, había elegido unos jeans negros que tenían roturas en las rodillas, me coloqué una camisa grande de color naranja y la amarré enfrente. Ambas llevábamos converse blancas y el cabello suelto.
Cargando la mochila de Emma y mis pertenencias, salimos del apartamento junto a Valentina, quien parecía que haría una visita de una semana en casa de su mejor amiga.