59. Calle y Poché

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Narra Daniela.

Nuestros labios se juntaron apenas quedó a horcajadas sobre mí, mi mano comenzó a subir y bajar por su espalda mientras sus manos se mantenían suspendidas en el aire cargando los dos vasos. Me separé dejando una mordida en sus labios y sonreí, quité los vasos de sus manos para dejarlos sobre la mesita de centro; no dejaba de mirarla, pues parecía un ángel, volví a besarla mientras mis manos acariciaban sus muslos y las suyas se enredaban en mi cabello.

Poco después decidí que era buen momento para dejar sus labios y concentrarme en otras partes de su cuerpo. Una de mis manos se coló debajo de su vestido y la otra subió hasta su nuca para sostenerla, de su boca escapó un suspiro y su espalda se arqueó cuando mis labios tocaron su cuello; el camino de besos se extendió hasta la orilla del escote, mordí un poco su piel tersa y me deshice de su vestido.

Sólo llevaba unas bragas negras, así que sus pechos habían quedado desnudos al aire. Dejé que el vestido cayera al suelo y relamí mis labios luego de unos segundos más de mirarla.
Poché se abalanzó hacia mi rostro dejando sus pechos justo en mi boca, sus manos se detuvieron de la orilla del sofá haciendo que yo comenzara con la siguiente tarea.

Con ayuda de mi diestra, comencé a masajear su centro mientras que la izquierda la detenía por la cintura; mi boca atrapó uno de sus pezones y comenzó a masajearlo con la punta de la lengua.

Los suspiros pasaron a ser gemidos acompañando la música que aún seguía reproduciéndose. Moví la tela de sus bragas con mis dedos para dejar que éstos tocaran directamente su centro húmedo.

–Hazlo...- pidió en un susurro ahogado que fue interrumpido por un gemido más.

Me negué a seguir sus ordenes y seguí masajeando su clítoris, mi boca había pasado al otro pecho. Momentos después se separó para mirarme, sus manos estaban en cada lado de mi rostro, sonreí mientras ella me dejaba acostada en el sofá.

Pronto se deshizo de mi ropa dejando sólo con lencería; hizo un camino de besos por mi vientre hasta llegar al comienzo de mis bragas azules. La miré desde mi lugar, haciendo que me excitara aún más. Levanté mis piernas cuando ella se hizo lugar entre ellas luego de deshacerse de mis bragas; su lengua comenzó lamiendo la parte interna de mi muslo izquierdo, de vez en cuando los gemidos escapaban cuando ella dejaba una que otra mordida. Mi mano se aferró al cojín del sofá cuando su lengua llegó justo al punto donde la necesitaba.

Mi pelvis se levantó buscando un mayor contacto por parte de Poché, una de mis manos se encargó se maseajar uno de mis pechos mientras ella hacía lo suyo allá abajo.

La miré nuevamente, estaba desnuda en el sofá, con la mitad de su cuerpo sobre el mío. Suspiré soltando el aire que no sabía que había retenido, sentía su corazón chocar contra mi piel y su dedo hacía una figura imaginaria en mi estómago.

Aún mi respiración estaba entrecortada buscando estabilizarse. La canción volvió a cambiar sonando Antes de morirme, Poché me miro esbozando una sonrisa. Con una de mis manos acomodé un mechón de su cabello rosado, detrás su oreja.

–Yo no quiero hacer lo correcto, pa esa mierda ya no tengo tiempo...- comenzó a cantar mientras se acomodaba nuevamente sobre mí. Sonreí mientras ella simulaba llevar un micrófono entre sus manos. Comenzó a moverse causando que nuevamente mi respiración se entrecortara –Antes de morir quiero el cielo, el viento por ciento; antes de morir quiero el cielo, el ciento por ciento, por cierto.- susurró contra mis labios y luego me besó.

La acerqué a mi un poco más mientras rodeaba con mis piernas su cuerpo; todo parecía tan perfecto y tan correcto.

–Oh... Mierda...- un gemido escapó de mi boca cuando sentí su mano entre mis piernas. Comenzó a mover sus dedos hasta penetrarme con dos de ellos. Mis manos se aferraron aún más duro a su espalda y los gemidos de vez en cuando se convertían en gritos ahogados.

*   *   *

Abrí los ojos debido a la luz que entraba por la ventana, miré a mi lado y estaba sola en la cama; la ducha se escuchaba así que Poché estaba dentro. Me deshice de las sábanas y caminé hasta el baño, la puerta estaba sin seguro así que me colé en silencio; estaba desnuda, así que sólo me metí a la ducha.

Rodee su cintura con mis brazos y comencé a besar su cuello con ternura.

–¿Cómo dormiste?- pregunté en un susurro cuando ella se dio media vuelta para encararme.

–Mejor que nunca.- besó mis labios por última vez antes de abrir la ducha. –Yo ya he terminado así que te espero en la cocina para desayunar.- cubrió su cuerpo con una toalla y se despidió lanzando un beso.

Salí de la ducha 15 minutos después y me coloque un vestido de tirantes y unas sandalias.

El día pasó rápido, Kim y su novio se quedaron a almorzar luego de que dejaron a Emma y Magnus en el apartamento; las risas no faltaron cuando Emma intentaba que Magnus se sentara. Sofía y Lucía se unieron despues del almuerzo junto a los otros dos canes, el apartamento se volvió un desastre cuando los tres perros corrían de un lado a otro sacando los juguetes y moviendo sus camas.

La noche cayó y junto a ella una niña de tres años, un golden retriver, un pug y una pitbull. María José y yo fuimos a la cama luego de cenar, encendí la televisión mientras ella leía un libro nuevo.

–Es demasiado lindo cuando estás aquí.- susurré sin despegar la mirada de la televisión.

–Es demasiado lindo cuando estoy contigo.- Poché dejó de leer su libro y tomó mi barbilla para que la mirara. Dejó un beso sobre mis labios y pronto se alejó.

–He estado pensando...- Poché hizo una mueca de burla y yo rodé los ojos. –He estado pensando en todo esto... Tú tienes casi veinticuatro y estás en una relación abierta con una chica de casi veintiuno.

–¿Qué estás queriendo decirme?- Poché dejó el libro sobre la mesita de noche y me miró con detenimiento.

–Quiero que seamos Calle y Poché.- comencé. –Quiero siempre junto a ti, quiero que confiemos la una en la otra y que podamos tener un nombre a nuestra relación, quiero que sea oficial y... Mierda... Pensé que sería más fácil.

–¿Estás pidiendo que sea tu novia?- ella inclinó su cabeza a un lado sonriendo con ternura. Yo asentí sintiendo mis mejillas sonrojarse. –Yo también quiero que seamos sólo tú y yo... Junto a Emma, Magnus, Ramón y Nessa.- se acercó a besar mis labios. –Así que sí, sí quiero.- La tomé entre mis brazos haciendo que estuviera sobre mí.

Los besos comenzaron siendo tiernos y cariñosos, volviéndose poco después en apasionados e intensos.

Ella había aceptado, y aunque nuestra relación parecía una de noviazgo, ahora era oficial.

Hi friends!
Hice unos cambios en este capítulo, ya que éste no existía realmente. Peeero al haber personas que quería smut, aquí les dejé un poco SÓLO UN POCO, siendo sincera ya no soy tan buena creando ese tipo de situaciones, ¿alguien sabe por qué? Bueno, ese no es el punto.

La recta final está a casi nada de comenzar, así que... ¿Alguien quiere capítulo dedicado? Envíenme un mensaje.

Les quiero un montón y gracias por todo el apoyo.

Con cariño, K.

ELSKER DEG; cachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora