Narra Daniela.
El sábado llegó y con ello el festejo de cumpleaños de Emma Victoria, su primer año había llegado y con el la nostalgia de tenerla conmigo. Aunque no lo parecía, cada día de mi vida pasaba feliz por tenerla cerca, adoraba todo de ella, me volvía loca con tanto amor.
La pasamos en compañía de los chicos, la madre de Kim y mi padre; Emma recibió regalos de los presentes y estaba feliz con el oso de peluche que Zac le había traído.
La tarde llegó muy pronto y con ella la despedida de los invitados, María José se había mantenido unida a Emma Victoria y eso me ponía feliz siempre. Valentina fue a su habitación, como siempre y llevó a Emma para distraerse mientras nosotras terminábamos de limpiar el apartamento.
–Estoy muy feliz...- Poché me miró con una pequeña sonrisa antes de cerrar la nevera. –Digo, míranos, somos felices ¿no?
Ella se secó las manos en sus jeans antes de acercarse. –Somos felices.- afirmó abrazándome de la cintura. –¿Sabes? El otro día estaba pensando en que es absurdo que yo sea la mayor y que tú seas más alta.
Reí. –Sólo son un par de centímetros.- tomé su barbilla para atraer sus labios a los míos. –Y es mejor.
–No, no lo es.- fingió frustración antes de separarse. Comencé a limpiar la barra, necesitaba terminar rápido, María José tenía que irse a trabajar pronto. –Daniela.- me llamó de repente.
–¿Qué pasa?- pregunté sin encararla.
–¿Recuerdas lo que hablamos en Colombia?- en ese momento dejé lo que hacía para mirarla. Asentí. –Esto se siente real pero... Me gustaría darle un nombre.- ella caminó hasta donde estaba, tomó mis manos, sonreí. –Es tonto no saber que decir cuando me dicen si tengo pareja y...
–¿Por qué te has tardado tanto en decirlo?- reí cuando ella me miró, sus ojos brillaban y no por las luces de la barra. –Si no lo dices tú, lo diré yo.- me adelante cuando ella se quedó en silencio.
–¿Quieres ser mi novia?- preguntó mientras sus dedos se enlazaban con los míos.
Asentí. –Por supuesto.- correspondí a su sonrisa y me acerqué para besarnos. –Pero tienes que ir a trabajar ya.- me separé y dejé un beso en su mejilla. –Iré por las llaves.
Al regresar a casa, luego de dejar a María José, la sonrisa no se podía desvanecer de mi rostro, y no estaba de más.
Había quedado con Dina de hacer una videollamada como cuando estábamos en el colegio.Llevé a Emma a la habitación y acomodé mi portátil frente a ambas, ya tenía una llamada perdida de skype, regresé la llamada y espere a que fuera respondida.
Dina apareció frente a la pantalla con una sonrisa.–¡Hey, hola!- saludó ella llamando la atención de Emma, quien se asomó a ver que estaba mirando. –¡No puede ser!, Está más linda de lo que imagine.- festejó mientras hacía señas a Emma.
–¿Cómo estás?- pregunté minutos después.
–Bien... Acabo de llegar de entrenar.- avisó. –¿Qué tal tú? ¿Cómo vas con tu relación?
–Es oficial.- Sonreí y ella también lo hizo, hizo una seña de que esperara y desapareció de la pantalla, poco después volvió cargando un plato de lo que parecía ser cereal.
–Lo siento, es que necesito algo de comida.- rió. –¿Desde cuando es oficial?- preguntó curiosa.
–Hoy... Aunque tenía pensado pedírselo mañana, se adelantó.
–Estoy feliz por ti, Dani.- ella me miró. –Mi novia volvió a Calarts.
–¿En verdad?, ¿Cómo te sientes respecto a eso?- pregunté curiosa.