1. La vida continúa

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Tres meses después

Cristal

¿Cómo explicar lo que hasta el día de hoy siento? pues no lo sé. A todos nos había afectado mucho la muerte de Camille, incluso, a algunos que ni pensamos. Cuando pierdes a alguien, te das cuenta realmente de la importancia e influencia que tienen en tu vida y Camille la tenía sobre todos nosotros de alguna manera. No sabía si a los chicos les seguía afectando tanto como a mi porque ya no nos vemos tanto como antes. Sin embargo, mantenía constante comunicación con Blas aunque fuera por teléfono. Después de pasar un mes buscando alguna señal de vida de Camille, mi amigo se había dado por vencido y trato de convencerme de seguir con mi vida, pero no pude.

A lo que me refiero es que claramente tengo que seguir con mi vida, pero aun mantenía la esperanza aunque nadie más me apoyara. Supongo que todos los demás solo quieren aceptar los hechos y ya no sufrir más.

A Mia no la había visto, ni hablado con ella; tampoco a Christopher. Cortamos todo tipo de comunicación y los entiendo completamente porque ellos también perdieron a Cora en la misma noche. No imagino todo lo que han estado sufriendo.

Al resto los he visto una que otra vez, pero nada más que eso y prefería que, por el momento, así se quedará. Me había estado concentrando un poco más en las misiones y las clases que me quedaban, ya que este era mi último año como estudiante aquí. Tenía pensado largarme apenas terminara, pero mi alma pertenece a este lugar y no sé si seré capaz de hacerlo. ¿Qué podría hacer yo allá en el mundo exterior? Sin embargo, debido a todas las cosas malas que han pasado, me hace querer arriesgarme.

Hace una semana me corté el cabello hasta un poco más abajo de los hombros y admito que casi me da un infarto cuando me vi al espejo, pero creí que necesitaba un cambio, así que no me arrepiento en absoluto. Creo que eso era lo más arriesgado que había hecho en todo este tiempo. Esta semana me había preocupado mucho por lo que tenía que hacer, así que no tuve oportunidad de visitar la tumba falsa de Camille. De todos modos, hice un tiempo para poder venir porque así sentía que estaba cerca de ella.

Y aquí estaba parada frente aquella pequeña roca tallada con su nombre, mientras sostenía una flor en la mano y la otra la escondía dentro de mi abrigo. El tiempo comenzaba a ponerse más frío que antes y el viento danzaba de un lado a otro sin parar.

Suspiré con tristeza y nostalgia al ver que solo habían flores marchitas alrededor, ya que nadie venía aquí, además de mi. Tomé todas las flores marchitas y bajo ellas vi una flecha, pero no recordaba quién la había puesto allí. Creo que había sido lo más acertado dado que es lo que más representaba a Camille y también el recuerdo más duradero.

Tiré las flores secas bien lejos para acomodar a un costado la que había traído, dándole un poco de vida a la gris piedra. Coloqué la flecha sobre ella sin tapar el nombre y me puse de pie.

- No hay un día en que no te extrañe, querida amiga - dije a la nada.

Un par de gotas comenzaron a caer sobre mi cabello, pero no preocupe en absoluto. Sin embargo, todo a mi alrededor se oscureció porque alguien puso un paraguas sobre mí y acomodaron su hombro junto al mio.

—Me dijeron que estabas aquí —dijo Kenneth.

—Necesitaba... no sé —dije levantando mis cejas en señal de confusión.

—¿Vas a venir conmigo? —preguntó.

—Claro. En eso quedamos —volteé a verlo por primera vez y esbocé una sonrisa débil.

Kenneth estaba diferente y hablo de algo físico. Si bien ha cambiado un poco su actitud hacía mi, su lado físico si da mucho que pensar y tan solo por un corte de cabello. Él había sido quien me convenció para hacerme un cambio de look, pero me negué a hacerlo a no ser que él también lo hiciera y cumplió, lo cual me sorprendió mucho. Su cabello rubio, algo largo y desordenado fue remplazado por uno más corto y bien peinado hacia un costado aunque siempre había un mechón rebelde que se le escapaba hacia en frente.

Los Caídos #3 - Ángeles caídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora