38. Desaparecido

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No voy a mentir, me fui a la academia porque estaba más cerca que mi antigua casa y luego me fui a ver a mi tía a través de un portal. Ella estaba esperándome dentro, así que fui cuidadosa e hice el portal en un lugar que no fuera muy visible.

Abrí la puerta con la llave que aún conservaba y entré observando todo a mi alrededor. Hacia frió ahí, las cortinas estaban cerradas, así que estaba algo oscuro, pero aún así podía ver. Los muebles tenían mucho polvo, como si nadie hubiese vivido ahí en meses y el silencio era muy inquietante.

— ¿Tía? — pregunté y cerré la puerta.

— Camille, querida — dijo ella saliendo de la cocina —. Estaba tomando un jugo que traje, ¿quieres un poco?

— No, gracias — sonreí y me acerqué a abrazarla.

— Tengo algo muy importante que decirte — dijo.

— ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

— Claro que sí, pero tu hermano no. Debes ayudarlo, por favor.

— ¿Dónde está Nick? — pregunté, mientras me dirigía a las escaleras.

— Él desapareció.

Me tambaleé un poco producto del repentino mareo que sentí. Todo lo que pudiera escuchar a mi alrededor desapareció y tan solo aquellas palabras fueron las que retumbaron en mi mente. 

Podría soportar todo lo que he que pasado una y mil veces más, pero esto cruzaba todo limite. Puedo ver sufrir a mis amigos aunque me duela en el alma, pero que toquen un solo cabello de Nick es algo que me desespera y vuelve loca. Que la tía Laura diga que está desaparecido, me hierve la sangre de la furia. 

— ¿Desparecido? — fruncí el ceño —. ¿Desde cuándo?

— Hace unos meses se lo llevaron.

— ¿Quien se lo llevó? — grité —. ¿Por qué no hicieron nada? ¿Por qué no me llamaron de inmediato?

— Nos dijeron que habías muerto, pero después supe que volviste y por eso te contacté — su semblante se puso triste por un momento —. Nick desapareció  por sus asuntos de cazador.

— ¿Sabes de los cazadores? — pregunté.

— Yo fui una cazadora, Camille. Tus padres lo eran también, creí que ya sabías.

— Sí, pero... — la miré seria —. Cuéntame todo lo que pasó con Nick

— ¿Estás segura que quieres saberlo todo?

— ¡Claro que sí!— grité preocupada —. Es mi hermano del que estamos hablando. Me fui de esta estúpida casa para protegerlo y mira lo que ha pasado.

Comencé a caminar de un lado a otro con la frustración invadiéndome todo el cuerpo.

— Cálmate primero — dijo seria, claramente ni le importaba que le gritara. 

— No, no voy a calmarme — la apunté con el dedo —. Habla rápido, por favor.

— Hace un tiempo comenzaron a haber ataques inusuales en la ciudad, pero no se sabía que criatura los había causado. Los cazadores comenzaron a investigar, entre ellos tu hermano, para saber con qué se enfrentaban. Mantuvieron la búsqueda por mucho tiempo, hasta que un día la criatura apareció y no pudieron combatirla porque era un demonio.

Fruncí el ceño y la miré atenta.

— ¿Qué demonio?

— Dijeron que era uno muy inusual, especialmente porque tenía forma de persona, pero era totalmente negro, como una sombra —hizo una mueca —. El punto es que atacó a todos y se llevó a tu hermano de rehén. 

Los Caídos #3 - Ángeles caídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora