La pobre de Jasmine ya no daba más de la exasperación y presión que los directores habían puesto en ella como representante de generación. Querían que hiciera una ficha a detalle de cada misión que los grupos hicieran y eso, sin duda alguna, era demasiado porque ha habido mucha actividad en las calles.
Decidí ayudarla porque se supone que soy quien debería guiarla y firmé ante toda la raza cuando salió elegida, así que era mi deber de cierto modo. Estuvimos como tres horas rellenando cada ficha en un computador lo más rápido que pudimos. No conforme con eso, los directores pidieron las firmas de las personas, así que debimos pedirlas a cada uno para luego escanearlas y colocarlas junto a las fichas.
—No sabes cuánto extraño ir a las misiones —dijo estirándose en la silla.
Le sonaron los huesos de la espalda producto de todo el tiempo en que estuvo en la misma posición e hizo una mueca al igual que yo.
—Cuando se acabe tu tiempo como representante, podrás hacerlo.
—Lo sé, pero todo es más difícil desde que llegaron los directores originales —dijo volviendo a presionar las teclas con sus largos dedos—. Aun así no dejaré que piensen que soy una incompetente.
—Siempre debes dar lo mejor de ti y si no funciona como esperabas, al menos sabrás que lo intentaste.
—Gracias por el apoyo. —Volteó un segundo para sonreírme y luego fijó su atención en la pantalla del computador.
—De nada, sé que puede ser incómodo quejarte de estas cosas con tu familia.
—No tienes una idea. No quiero que piensen que me estoy arrepintiendo.
—Puedes contar conmigo para lo que sea.
Ambas seguimos rellenando las fichas y escaneando las firmas de todos los que habían ido a misión los últimos días, pero parecía que la pila de trabajo no terminaría nunca.
—Ya hasta me harté de usar esta ropa tan formal —dijo con voz irritada.
—¿Los directores te lo pidieron?
—No, pero mamá dijo que debía dar una buena impresión, así que cada día me visto así. Incluso me peino completamente y lo detesto.
La comprendía al cien por ciento porque la Jasmine que yo conocía amaba usar sus trajes y ropa ajustada y tacones de vez en cuando. También le encantaba llevar su lacio cabello suelto, pero todo eso se había ido para dar paso a una imagen más seria y madura aun cuando era muy joven.
—Deberías seguir siendo tú —sugerí—. Tus virtudes no cambiarán por tu apariencia, eso está muy generalizado.
—Tomaré ese consejo porque ya hasta me duele la cabeza —dijo riendo.
Sonreí un poco y seguí con lo mio. Jasmine me hacía recordar mucho a Cristal, principalmente por su preocupación por la vestimenta y apariencia física. Esos eran cosas que admiraba mucho de las mujeres en general, especialmente las de un mundo como este en el que lo principal es matar demonios.
La única diferencia entre ellas es que a Jasmine le gustaba mostrar más piel, más de su cuerpo y eso me encantaba. Sentía que la hacía única, sobretodo porque se ve segura de si misma. La verdad, la admiraba mucho y siempre respetaré la manera en que expresa su personalidad a través de su físico. Creo que no muchas personas pueden decir eso hoy en día, principalmente por la estigma social.
Un fuerte pitido me sacó de mis pensamientos inmediatamente cuando se esparció por toda la biblioteca. Tomé mi teléfono que vibraba sobre el escritorio a un lado del teclado y revisé los mensajes.
ESTÁS LEYENDO
Los Caídos #3 - Ángeles caídos
FantasyEl mundo de la raza de los Caídos se viene abajo por la muerte de una importante miembro. Sus amigos y familiares están devastados por los recientes acontecimientos y la comunidad entera lamenta su muerte. Luego del trágico hecho, la verdad de toda...