Una vez del otro lado, me fijé que había oscurecido y que había un poco de viento, el cual hacía danzar a los árboles de un lado a otro. Me abracé a mi misma para entrar un poco en calor y me acerqué hasta la entrada de la pequeña cabaña. Las luces estaban encendidas y se escuchaban risas desde dentro, así qué me alegré de que hubiera alguien.
Golpeé un par de veces hasta que Daniel abrió la puerta con una sonrisa tan alegre que me hizo sentir bien y feliz. Sin embargo, al verme allí parada, se puso serio y se acercó hasta mi. Me agarró por la cintura y me besó delicadamente, pero con mucho cariño. Me dejé hacer y lo besé como si hubiese necesitado mucho de él.
Su cuerpo se sentía cálido contra el mio, incluso a través de mi abrigo y suéter, lo cual me reconfortó más de lo que pensé. Sus brazos me apretaron un poco más y yo me separé para mirarlo a los ojos.
—¿Estás bien? —preguntó.
—No —dije sincera.
—Adam llamó a Will y Blas a mi para contarnos. Nos pareció muy raro porque Will no sintió absolutamente nada como guardián. De todas maneras, no quisimos ir porque dijeron que debían descansar y Blas me comentó que no estabas de ánimos para hablar con nadie que no fuese Clemente. No quería...
—Está bien —dije—. No siempre pueden estar pendientes de nosotros. Ustedes también tienen una vida que disfrutar.
—Y tú eres parte de ella —dijo frunciendo un poco el ceño.
Besé su mejilla y luego suspiré profundamente. Él me soltó para que pudiéramos entrar y sentí que me volvió el alma al cuerpo porque dentro estaba todo muy cálido producto de la chimenea.
Will estaba sentado en el sofá, pero se puso de pie inmediatamente cuando me vio. Me abrazó fuertemente, lo cual me sorprendió, pero lo abracé de igual manera.
—¿De verdad no sentiste que Adam estaba en peligro? —pregunté.
—No y me causa mucha extrañeza. A veces pienso que ese demonio tiene más habilidades de las que creemos.
—Adam está bien en todo caso. No le pasó nada grave por suerte —dije para que estuviera tranquilo.
—Hablé con él hace un rato, pero me convenció de no ir, lo cual me parece muy sospechoso —dijo achinando los ojos—. Igual iré en un rato a verlo.
—¿Qué haría él sin ti? —dije sonriendo.
—¿Tú estás bien? ¿Quieres hablar de lo que pasó o prefieres esperar? —preguntó cuando se separó de mi.
—Prefiero esperar —dije.
Me senté en el sofá y ambos se sentaron a mi lado.
—¿Qué hacían? —pregunté.
—Hablábamos de temas cualquiera —dijo Will rápidamente.
Estos dos hablaban de algo importante y podía ver en sus caras que no querían contarme para no asustarme o algo, pero decidí no pensar en eso por ahora.
—Y yo, como siempre, molestaba a Will por su ya desaparecida barba. —Daniel rio un poco.
—Ves, Cam —dijo el angelito—, por eso la quité. A nadie le gustaba.
—A mi me gustaba —dije levantando las manos—, pero creo que te importa mucho la opinión de los demás.
—No merezco todo el daño que me hacen. —Will fingió que lloraba y luego rio.
Daniel y yo nos miramos y reímos fuertemente.
—¿Ya comieron? —pregunté.
—Sí, ¿por qué? —respondió Daniel—. ¿Tienes hambre?
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Los Caídos #3 - Ángeles caídos
FantasíaEl mundo de la raza de los Caídos se viene abajo por la muerte de una importante miembro. Sus amigos y familiares están devastados por los recientes acontecimientos y la comunidad entera lamenta su muerte. Luego del trágico hecho, la verdad de toda...