No podíamos hacer más que mirarnos fijamente, Leonor y yo, mientras los ojos de todos los demás estaban puestos en nosotras. Si debo ser completamente honesta, no sabía cómo reaccionar porque no la veía hace mucho años. Para mi siempre será mi hermana y, por eso, duele mucho tanto que nos haya abandonado por su novio, el cual no estaba aquí con ella.
Lo que podía apreciar ahora es que estaba vestida como cazadora, lo cual me hizo pensar rápidamente en que probablemente Nick ya la había visto con anterioridad y no me había dicho una palabra. Sin embargo, no podría reclamarle nada a él porque fui yo la que me alejé al irme a la academia.
No podía dejar de mirar el lindo color de cabello que tenía ahora. A comparación con el color café natural que tenía antes, este la hacía lucir más brillante y resaltaba mucho más sus ojos. Se veía mayor, más madura y seria, pero su voz seguía siendo dulce, tan dulce como un pastel de chocolate.
—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté.
Fue lo primero y unico que salió de mi boca, ya que no tenía más que preguntar. Claramente no le preguntaría cómo estaba o qué había sido de su vida y tampoco pretendía ofenderla frente a todas estas personas.
Abrió un poco los ojos y la boca sorprendida e hizo un ademán para acercarse a mi, pero puse mi mano hacia en frente para detenerla. No quería ni que me tocara un solo cabello porque me sentiría realmente mal de animo. El solo hecho de verla ya me estaba causando nerviosismo y angustia. No sé que es peor: tener una hermana que te abandonó como ella o una que te siguió toda la vida, pero para matarte como en el caso de Sabrina.
—¿Podemos hablar? —preguntó al ver que yo no tenía ganas de estar cerca de ella.
La miré sonriendo un poco y luego miré a Nick. No me causaba felicidad que quisiera hablar y probablemente arreglar las cosas, sino que me daba algo de risa porque nada de esto tiene sentido después de tantos años.
—Deben hablar, Cami —dijo Nick con un tono suplicante—. Son mis hermanas y no me gustaría que estén toda la vida enojadas.
Suspiré profundamente y asentí. Volteé para darle una sola mirada a Daniel y él asintió, entendiendo que volvería en un rato. Salí al patio delantero de la casa sin si quiera ver si Leonor venía tras de mi y respiré profundamente un par de veces para calmar esa rara sensación en mi pecho. Claro que estaba enojada, lo estuve por mucho tiempo, pero solo era la imagen que quería dar porque en realidad estuve muy triste por todo lo que pasó.
—¿De qué quieres hablar? —pregunté una vez que estuvo frente a mi.
—Sabes perfectamente de lo que quiero hablar.
—Entonces habla, te escucho.
Me crucé de brazos y mantuve mi distancia.
—Perdón por lo que hice, estoy muy arrepentida de haberlos abandonado cuando no tenían a nadie más en este mundo.
—Nick y yo nos teníamos el uno al otro.
—Entiendes a lo que me refiero. No tenían a nadie que fuera mayor que ustedes para cuidarlos, excepto a la tía Laura, pero todos sabemos que ella y papá no se llevaban muy bien.
—¿Por qué te fuiste entonces?
De pronto, sentí aquel nudo en mi garganta que se atascaba arriba impidiendo que las palabras salieran del todo bien. Los ojos se me aguaron un poco, pero aguanté lo más que pude.
—Porque no sabía nada de la vida y me dejé llevar por ese niño estúpido. Dios, ni siquiera quiero decir su nombre —dijo frunciendo el ceño—. Tenía miedo y no sabía cómo actuar. No creí ser capaz de tenerlos a ustedes sobre mis hombros, ¿cómo se suponía que cuidaría de ustedes si yo misma seguía necesitando figuras paternas?
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Los Caídos #3 - Ángeles caídos
FantasíaEl mundo de la raza de los Caídos se viene abajo por la muerte de una importante miembro. Sus amigos y familiares están devastados por los recientes acontecimientos y la comunidad entera lamenta su muerte. Luego del trágico hecho, la verdad de toda...