Atalana 1835
Traté de explicarle de manera general a Davina lo que sucedía, pero omití el hecho de que yo era nefilim y que venía del futuro. Ella me contó que jamás había visto criaturas así y que sintió mucho miedo por eso al igual que sus damas.
Le pedí que no le contase a nadie, pero desafortunadamente su madre escuchó toda la conversación y se puso furiosa por las historias que estaba inventando según dijo ella. Sin embargo, había algo en su actuar que dejaba en evidencia que estaba nerviosa y que algo ocultaba.
— ¿Mi padre tenía algo que ver con esas horribles criaturas? — Davina se dirigió a Adelia.
— Claro que no. No que yo supiera.
— ¿Entonces cómo pude entrar esa cosa acá? ¿Qué quería?
— No sé, Davina. Sé lo mismo que tú, así que deja de interrogarme.
— ¿Qué haré si vuelve? ¿Cómo protegeremos a todos? ¿Qué pasa si vienen muchos más y atacan el pueblo? —la chica, asustada, se acercó a mi.
— La alianza que te mencioné protege a los humanos de este tipo de cosas, así que no debes preocuparte.
— ¿Y si viene por mi? — abrió sus ojos de par en par.
— Te protegeré, ¿si? No tengas miedo.
— ¿Dónde aprendiste tanto? ¿Cómo puedes ser tan valiente? ¿Perteneces a esa alianza?
— Es una larga historia — dije sin darle mucha importancia.
— ¿Puedes ser mi protectora o algo parecido?
Su voz sonaba tan temerosa y sus ojos estaban aguados, pero no parecía tener intensión de llorar.
— ¿En serio?
— Sí y de la ciudad. No puedo dejar que mi pueblo esté en un peligro como este.
— No podré sola. Si realmente quieres a tu pueblo a salvo, debemos averiguar que quiere ese demonio y si ha venido antes hasta acá.
— ¿Cómo haremos eso?
— Davina — Adelia se acercó a su hija pero ella la interrumpió.
— ¡Callate, madre! — gritó —. ¿No ves que esto es una emergencia? Es de vida o muerte.
— Calmate, Davina, por favor.
Miré a una y luego a la otra y quise que la tierra me tragara. Ver peleas de padres e hijos era realmente incómodo cuando no se trataba de mis amigos, especialmente de Mia y Christopher.
— No puedo estar tranquila. ¿Crees que soy un ser insensible como tú?
— Si no te calmas, no te contaré mi secreto — Adelia se sentó en el sofá de tela roja y Davina, con una mirada asesina en sus ojos, se sentó a su lado.
— ¿Eres como esas criaturas? ¿Eso quiere decir que soy como ellos?
— ¿Qué? — su madre hizo una mueca —. No, claro que no.
—¿Entonces?
— Esa alianza de la que habla esta niña — me apuntó — es real y como dijo ella, son descendientes de los ángeles caídos al igual que tú y tus hermanas.
Eso tenía mucho sentido porque probablemente ella notó que yo era nefilim, sin embargo, yo no pude notarlo ni de ella ni de Davina o sus hermanas.
— ¿Qué estás diciendo? — gritó la chica y se puso de pie.
— Eres nefilim, pero no perteneces a la alianza. Eres una no clasificado como llaman ellos.
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Los Caídos #3 - Ángeles caídos
FantasíaEl mundo de la raza de los Caídos se viene abajo por la muerte de una importante miembro. Sus amigos y familiares están devastados por los recientes acontecimientos y la comunidad entera lamenta su muerte. Luego del trágico hecho, la verdad de toda...