Daniel
Camille estaba parada frente a una enorme ventana y llevaba puesto un vestido celeste largo que la hacía lucir diferente. Se había hecho una trenza que colgaba por uno de sus hombros y unos mechones rebeldes se le escapan por delante. Tenía el ceño fruncido y un semblante triste que me hacía querer correr hasta ella y abrazarla, pero no podía.
— ¿Te hizo daño? — pregunté, sin siquiera saber que había dicho anteriormente.
— Sí — su voz sonó temblorosa —. Quería matar a mi amado, pero dijo que era mejor idea vengarse de él y que no había mejor venganza que verme sufrir.
¿Qué amado? Jamás me contó de algún amado que tuviese, además de Adam y anteriormente William.
— ¿Qué te hizo? — pregunté y me acerqué hasta estar a una lado de ella.
— Mi madre había salido con mis hermanas y yo me quedé en casa, lo cual fue un error. Mi padre llegó y metió el atizador de la chimenea al fuego y... — su voz se cortó y un par de lagrimas rodaron por sus mejillas.
En ese momento me sentí terrible, pero no por la historia que me estaba contando, sino por su reacción. No me gustaba para nada verla así de triste y que no pudiera ayudarla, no mejoraba la situación.
Giré su cara despacio para que me mirara y le limpié las lagrimas.
— No sigas — dije.
No podía seguir viéndola sufrir de esa manera y me sentía impotente de no poder ayudarla en lo que sea. Sin embargo, ella me ignoró y siguió con su historia, la cual no tenía ningún sentido para mi.
— Me quemó, haciendo dos lineas en forma de cruz. Fue lo peor que me pudo pasar en la vida — lloró un poco más y sus ojos se pusieron algo rojos por eso —. Me sentí muy feliz cuando llegó el momento de irme con mi prometido, pero él se enteró que yo estuve con alguien antes que él y me abandonó en medio de la nada. No le deseo esto a nadie Daniel, por eso, quiero volver a casa por mis hermanas. No quiero que pasen por lo que yo pasé.
¿Se refería a la cruz que por mi culpa tiene en su pecho? ¿Por qué está contándome una historia falsa y distorsionada de lo que realmente pasó?
— Siento mucho haberte tratado así, lo lamento — susurré arrepentido —. Estoy intentando ser mejor, pero tengo un enemigo que tiene una cruz parecida y cada vez que lo recuerdo, vuelvo a caer en mi antigua vida.
Claro que tenía un enemigo con esa cruz y era yo mismo porque no era capaz de controlar el odio que sentía por mi hermano, pero eso estaba en el pasado y ya había aprendido la lección. Sin embargo, no sabía por qué le estaba contando eso a Camille si había decidido olvidarlo.
— Está bien — dijo sonriendo un poco y me sentí aliviado por un momento.
Con mi mano temblando un poco, toqué la cicatriz de cruz que tenía en el pecho, la misma que tenía yo en el brazo. Ahora ya no eran negras porque mi dimensión había desaparecido; en su lugar, había dos cicatrices sin color y algo más pequeñas que antes.
Acaricié su suave piel un poco más arriba, pasando mis dedos por su clavícula y sentí como ella se estremeció por ese simple toque. Mi mirada jamás se despegó de la suya y quise gritarle que la extrañaba mucho y que ya no aguantaba estar así de solo. Sin embargo, cuando ella suspiró profundamente, alejé mi mano y aquella imagen se desvaneció.
Di un pequeño grito y me senté en el sofá rápidamente. Sentí mi espalda mojada por el sudor y miré hacia todos lados. La cabaña estaba completamente oscura porque era de noche, pero alguien encendió inmediatamente la luz, así que cerré los ojos por el brillo.

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Los Caídos #3 - Ángeles caídos
FantasíaEl mundo de la raza de los Caídos se viene abajo por la muerte de una importante miembro. Sus amigos y familiares están devastados por los recientes acontecimientos y la comunidad entera lamenta su muerte. Luego del trágico hecho, la verdad de toda...