26. Creadores

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Christopher

Días después de que tuve aquella conversación con Cristal acerca de volver a la academia, pensé en qué realmente buscaba Jasmine al querer recuperar su puesto como directora. La conozco perfectamente como para saber que trama algo más grande que solo quedarse para ayudar a su familia.

Confiaba en ella, pero necesitaba estar seguro de que no tramaba nada malo por el bien de los chicos, ya que Mia no perdonaría que no hubiese hecho algo para detener lo que sea que pase. También lo hago por Cristal porque sé que está preocupada y tampoco quiero que algo malo le suceda.

Jasmine me había dado una dirección donde podía encontrarla, pero no sabía si aún vivía allí. De todas maneras debía intentarlo, así que fui hasta allá. San Javier estaba muy lejos de Alana y me tomaría un par de horas en llegar hasta allá, así que conduje lo más rápido que pude. 

El GPS no me arrojaba ninguna ruta en concreta, lo cual me hace pensar que la casa ha de estar protegida por algún hechizo para que no la encuentren, pero la hallaría cueste lo que cueste. Al entrar a la ciudad, o mejor dicho pueblo porque era muy pequeño, me di cuenta que no había mucha gente viviendo allí. El centro era pequeño y los vecindarios tenían casas pequeñas donde probablemente vivían dos o tres personas. Sabía que aquí también habían academias, pero no estaba seguro dónde. 

Comencé a dar vueltas y vueltas por toda la ciudad en busca de la famosa dirección, pero no la encontraba por ningún lado, así que me estacioné al costado de una calle y me bajé. Todo era muy tétrico aquí; las personas andaban serias y iban directo de un lugar a otro sin dar muchas vueltas, las calles estaban algo sucias con papeles y envoltorios de comida, las pequeñas tiendan se veían muy oscuras y no se escuchaba ningún ruido molesto como en Alana.

Sentí que alguien me miraba desde algún sitio, pero no pude averiguar desde dónde, así que lo ignoré y fui a preguntar a algunas personas por la dirección. Algunos me decían que no conocían el lugar, que esa dirección no existía y otros simplemente me ignoraban.

— ¿Se te perdió algo, viejo amigo? 

Me giré para ver quien me había hablado y ver a aquel hombre allí parado mirándome con una sonrisa en su cara, me sorprendió más que cualquier otra cosa en este mundo.

— David O'Donnell— dije sonriendo.

— Christopher Wells — dijo él divertido.

— Es Bravhe ahora — me encogí de hombros.

— No importa,  sabía que algún día volverías — se acercó hasta mi y me abrazó efusivamente.

— Pensé que habías muerto o que estabas muy lejos de aquí.

— Estaba muy lejos, pero Jasmine nos convenció de volver.

— ¿Nos? — pregunté.

— Los demás están aquí. 

Sonrió nuevamente y noté que estaba muy cambiado. La última vez que lo vi era más joven y delgado, incluso tenía cara de niño. Ahora era un hombre más grande y musculoso, con una corta barba rodeando su mentón y el corte de cabello que usaba era totalmente diferente al cabello largo que solía tener.  

— ¿Dónde? — pregunté.

— Te llevaré con ellos. Jasmine no tarda en llegar porque viene de vuelta de una charla con los directores — dijo.

— Claro — sonreí, pero no dije nada respecto a eso porque quería esperar a que estuviéramos todos —. ¿A que edad dejaste de envejecer?

— ¿A qué va tu pregunta? — dijo divertido.

Los Caídos #3 - Ángeles caídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora