Los Caídos #3 - Ángeles caídos

31. No fui el mismo desde entonces

Adam

Finalmente ayudamos a todos en la escuela, ya que habían muchos heridos, incluyendo a los padres de Eric y Kenneth. Buscamos a nuestros compañeros, quienes habían venido con Tristán y volvimos a la academia. Al llegar todo había vuelto a la normalidad; los de las otras ciudades se habían ido y ya no había esa cantidad exasperante de personas. Los directores se quedaron hablando con los creadores y la Guardia en la academia central para seguir discutiendo el asunto de recuperar el liderazgo de cada familia y tomar una decisión final.

Will nos contó que los creadores querían volver porque sentían que una gran amenaza rodeaba a la alianza y era su deber ayudarnos a como de lugar. Aquella gran amenaza al parecer era el demonio que nos atacó hace un rato, lo cual me hizo reír porque nadie se dio cuenta del super ataque en la escuela Walker por estar concentrados en la famosa reunión.

Nosotros, por nuestro lado, les contamos a Blas, Will y Jasmine todo lo que sucedió, mientras que mi hermana ingresaba rápidamente la información a un archivo en una de las computadoras para luego dar aviso a los directores. Cristal había decidido contarles también lo del campo de fuerza para que la ayudaran de cierta manera, pero no llegamos a ninguna conclusión coherente.

Mia entró junto a Christopher, quien fue rápido hasta Cristal y la abrazó preocupado. Ambos se alejaron de nosotros para hablar tranquilos y Blas se fue a explicarle a Mia lo que había pasado.

— Debí ir contigo —dijo Will frunciendo el ceño—, pudiste morir.

— Estoy bien — dije —, Makarius acabó con él y lo envió directo al infierno.

— Donde vive — dijo Will —, así que volverá eventualmente.

Desvié mi atención a Jasmine que seguía muy concentrada en lo que estaba escribiendo. No había notado lo elegante que se había vestido para la ocasión. Llevaba puesto un vestido de color azul que le llegaba hasta más abajo de las rodillas y era totalmente pegado a su cuerpo. Tenía puestos unos tacones negros que estilizaba sus piernas y su cabello estaba perfectamente peinado hacia atrás. 

— ¿Cómo te fue? — le pregunté.

— Excelente — dijo sin mirarme.

— Me alegro.

— Perdón por cómo te traté antes — dijo poniéndose derecha y se acercó a mi —. Estaba nerviosa, preocupada y todo lo que puedas imaginar.

— Lo sé, tranquila — sonreí —, sabía que lo harías bien.

Ella sonrió y siguió ingresando la información al sistema. Blas se había ido a su academia y Tristán a la suya, pero se llevó a Mia con él. Christopher y Cristal ya no estaban tampoco, así que solo quedábamos nosotros.

— Debo ir a ver a Daniel — dijo Will viendo su celular —. Ha estado muy mal, ni siquiera puede levantarse de la cama.

— ¿Por qué? — pregunté.

— Porque dice que la cabeza le explotará.

Will se despidió de nosotros y Jasmine se fue a la oficina de la directora para continuar con su labor como representante de generación. Yo, por otra parte, volteé a mirar a Oliver quien estaba muy concentrado mirando su celular. 

— ¿Qué pasó? 

— Nada — suspiró —. Creo que iré a mi habitación.

— Te acompañaré — dije y él asintió callado. 

Ambos subimos las escaleras en silencio y nos dirigimos a su habitación. Una vez dentro, él se sentó en la orilla de la cama e hizo una mueca. Obviamente le dolía la herida en su mano porque no había tenido oportunidad de vendarla, así que fui a su baño y busqué el pequeño botiquín que había allí.