No me dejes atras [Inosuke x Oc]

Capitulo 58- Decepción

-¿Cómo que jefa? - Pregunté molesto.

-¡Ya hablaste demacrado! - Gritó uno de ellos.

-No hablaré más de la cuenta, ¡Lo juro! - Gritó.

-Hablame de tu jefa- dije molesto.

-¿Qué? -

-¡QUE ME HABLES DE TU JEFA! - Grité.

Muy enojado, tome una de mis katanas y les hice un corte profundo en los ojos, me aseguré de que les doliera.

-¡Eres un bastardo muy agresivo! - Gritó uno de ellos.

-Díganme que hace su jefa- Dije molesto.

-Ella nos manda a capturar criminales, tu sabes, secuestradores, gente que viola niños, jefes de la mafia, se los llevamos, y ella se esnacrha de que todos comamos de ahí, es una chica muy ruda, nunca puedes bromear con ellas o acabarás muy mal- Dijo uno.

-Si, el jefe de consiguió una muy ruda esta vez-Dijo uno de ellos riendo.

-¿De qué hablan? - Pregunté.

-Pues la mujer del jefe, obvio, ese hombre es un inútil, no hace nada, todo el trabajo lo hace su mujer, y lo hace muy bien, todo ahí le tenemos mucho miedo y respeto- Dijo uno de ellos.

Esto no puede ser verdad, ¿Cómo que su mujer? Esto tiene que ser una coincidencia, Aiko no sería capaz de liderar a un grupo de demonios y a parte, casarse con otro demonio para eso.

-¿Y cómo es ella? - Pregunté.

Los dos comenzaron a reír.

-¿De qué se ríen? - Pregunté molesto.

-Lo siento, hicimos un voto de silencio que no podemos romper- Dijo uno de ellos.

-¿Esto es una puta broma? De todas maneras van a morir aquí, es mejor que me lo digan ya-Dije molesto.

-Solo te diré chico, que ella, es muy rápida, tanto, que parece un rayo de luz - Dijo el.

¿Un rato de luz? ¿Usará la respiración de rayo? Según yo, el único que puede hacer eso, es el idiota de Zenitsu.

-¿Ella usa la respiración de rayo o algo así? - Pregunté.

-No amigo, solo ataca muy rápido, y cuando se mueve, solo vez luz moverse por todo el lugar, todos le tenemos mucho miedo- Dijo uno de ellos.

Estaba furioso, enojado, triste, confundido, y un poco decepcionado, por fin tenía pista de que pudo haber pasado con Aiko y estos dos imbéciles no quieren decirme nada, mi paciencia se agota y ellos no hacen nada para ayudarme.

Y por si fuera poco, estaba amaneciendo, pronto, estos dos iban a desaparecer, junto con toda pista que pudieran darme.

-¿Cómo se llama su jefa? - Pregunté.