Capitulo 65- Encuentro

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Llegue, pero no pude hacerlo

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Llegue, pero no pude hacerlo.

Después de tanto tiempo, mi hogar estaba ahí, ver la Finca Mariposa cubierta de nieve en esa noche tan estrellada, era una belleza para mi.

Hace más de tres años llegué por que Shinobu me llamó, al cruzar la puerta me abofeteo y regresamos a la normalidad, pero hoy no sería así de sencillo.

Esa vez por lo menos me dieron por muerta, pero esta vez había desaparecido sin dejar rastro.

¿Qué podía hacer? ¿Solo tocar la puerta? ¿Decir "Hola a todos, estoy en casa"?. ¿Cómo iba a pedir disculpas?

No pude hacerlo, simplemente no podría. Caminé hasta donde recordaba que estaba la casa de Giyuu; Pero tampoco pude entrar, el patio estaba perfectamente ordenado y había muchas flores secas por el invierno. Al parecer Giyuu sigue viviendo en esta casa, pero no me atrevía a tocar.

Solo había un lugar que tenía que visitar, si. La casa de Inosuke, la que se supone que sería mi casa también, me gustaría darle un vistazo.

Fui corriendo a su casa y al llegar, me llevé una gran sorpresa. Tenía un muro enorme que cubría todo el terreno, justo como el de la finca Mariposa.

De un salto me posicione en la cima de esa pared y vi el interior, justo como yo me imaginaba una casa ideal. Un jardín amplio para caminar, una fuente y mucho espacio para plantar, me llevé la sorpresa de que Inosuke tenía árboles frutales en el patio trasero, se ve que cuida muy bien este lugar, me encantaría visitar la casa por dentro, pero sería inapropiado, además, podría verme, y no quería que me viera en ese momento.

No si iba a huir otra vez al día siguiente.

-Creo que es todo por hoy- Dije sonriendo.

Me quedé parada en la entrada de la finca, y no pude evitar llorar, me sentía terrible por haber dejado a Inosuke solo, mientras dormía y me confiaba todo su ser, seguro despertó muy confundido y desesperado. Solo causó desgracias, me sentía terriblemente culpable.

Me di la vuelta, lista para seguir mi camino, cuando un pequeño temblor me sacudió, sentí la vibra pasar por todo mi cuerpo, desde mis pies hasta la cabeza, este no era un temblor cualquiera, ya lo había sentido antes.

Era... La séptima postura de Inosuke.

-¡Oye tu! - Escuche el grito.

No quise voltear, solo comencé a correr con dirección al bosque para ver si podía perderlo entre los árboles.

-¡DETENTE! ¿QUÉ HACIAS AFUERA DE MI CASA? - Preguntó Inosuke.

Solo corrí y corrí, pero si quería ganar ventaja, tenía que brincar entre los árboles. Me subí a uno y comencé a brincar y brincar.

Mi corazón latía muy fuerte y mis manos temblaban, sudor frío bañó mi frente en esa caótica persecución, no podía dejar que Inosuke me alcanzara, no podía dejar que me viera.

Después de brincar un rato, dejé de sentir la presencia de Inosuke, ¿Lo habré dejado muy atrás? No podía ver nada entre los árboles, tampoco escuchaba ruido alguno.

-Creo que lo perdí- Dije.

-Te pregunté... ¿QUÉ MIERDA HACIAS EN MI CASA? - Escuché.

Levanté la mirada y vi que Inosuke me iba a atacar desde el cielo, MIERDA, ¿Cuándo llegó ahí?.

Me dio un golpe tan fuerte que caí de cabeza al suelo, si fuera humana, ese golpe ya me habría matado. Me tomó un poco de tiempo incorporarme de nuevo, planeaba huir, pero Inosuke me tomó del brazo.

Le di una patada en la cara, lo que hizo que me soltara. Corrí, y cuando traté de saltar, el me abrazó por la espalda y me tiró al suelo otra vez.

-Usas mucho tus piernas, ¿Verdad? - Preguntó el muy enojado.

Mientras trataba de alejarlo de mi con los brazos, el sostenía mis piernas mientras las amarraba, trataba de no quejarme o hacer ruido para que no supiera que era yo. Tenía que salir de esa situación ya.

Giré la mirada y pude ver que mi katana no había caído muy lejos de mí, moví mis dos piernas golpeando el punto sensible de Inosuke para que me dejara en libertad.

Funcionó de maravilla, mientras mi niño estaba en el suelo retorciendose de dolor, pude alcanzar mi katana para cortar la cuerda y brincar a los árboles.

-¿A donde crees que vas? - Preguntó Inosuke.

Sentí que corría hacia mí, tomé la empuñadura de mi katana y le di un fuerte golpe en la cabeza, eso lo dejaría aturdido.

Aproveché su distracción para huir de ahí, Inosuke se había vuelto más fuerte, esto me costaría trabajo, me sentía muy mal de darle tantos golpes, pero ya no había más mal que hacerle.

Continúe brincando, hasta que lo vi enfrente de mi. Me había alcanzado quien sabe como y ahora lo tenía de frente, no podíamos ver los rostros, pero los pequeños rayos de luz que entraban los pequeños huecos de las ramas y hojas, me dejaban ver perfectamente que ahí estaba.

-Solo conozco un solo demonio en el mundo que usa Katana, dime, ¿De dónde la sacaste? - Preguntó muy molesto.

Retrocedí un poco para ampliar mi campo de visión, pero era inútil, Inosuke no se iba a rendir.

-Esa Katana seguro es la de mi novia, dime, ¿DÓNDE LA CONSEGUISTE? - Preguntó molesto.

No había otra solución, tenía que pelear de verdad si quería salir de ahí.

Salté al suelo y comencé a correr en Zigzag, corría un poco y después saltaba a los árboles para seguir brincando, si no quería pelear, mínimo iba a cansarlo.

-Lo siento mi niño, se que entrenaste, pero yo entrené mas- Dije triste.

-¡QUÉ TE DETENGAS! - Escuché el gritó.

En eso, vi como Inosuke se acercaba rápidamente a mi con un brazo extendido.

En eso, sentí como su brazo golpeaba muy fuerte mi cuello, y me hizo caer al suelo junto con el. Ese golpe me aturdio tanto que no pude forcejear cuando el tenía retenida el el suelo.

Sus piernas sostenían las mías y sus manos sostenían mis muñecas en el suelo, mi intento de huir fue inútil.

-Dime quien eres- Dijo Inosuke serio.

No contesté, en eso, un rayo de luz entró con los huecos de los árboles, tan preciso, que iluminó todo mi rostro, y parte del de él.

Al verme, abrió sus ojos y boca  de par en par y disminuyó la fuerza con la que me tenía retenida.

-A-A- Aiko- Dijo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas a tal punto que unas cuantas cayeron a mi cara.

-Hola, Inosuke- Dije nerviosa.

No me dejes atras [Inosuke x Oc] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora