Hay momentos en la vida de una persona en la que es imposible distinguir entre las pesadillas y el mundo real, se mezclan y distorsionan creando estas grietas donde la real y lo imposible parecen converger y fusionarse en nuevas dimensiones, todas terribles, todas dolorosas, todas insufribles. Los peores miedos parecen volverse realidad, miedos que no sabías que existían y que lentamente te consumen sin piedad.
Así era como Jungkook se sintió al escuchar aquel largo tono estéril. Llamó inútilmente su nombre una y otra vez aún sabiendo que no habría respuesta pero era él mismo quien necesitaba entender que era real, que estaba pasando y parecía capaz de procesar aquello. Sentado en su cama medio cubierto con sus cobijas, y temblando ya fuera por miedo o frío, Jungkook llamó una y otra vez en la espera de que el joven contestara nuevamente, de saber que aún estaba bien y que no era todo tan terrible como imaginaba pero esto simplemente no sucedio.
Angustiado y con la preocupación queriendo dominarlo antes que su cordura Jungkook arrojó las ropas de cama dispuesto a salir en medio de la madrugada hasta el hogar de Yoongi más sin embargo, debajo de sus cobijas, la imagen que le fue mostrada fue sin dudas escalofriante.
Perdió el aire de sus pulmones mientras sus ojos intentaban inútilmente creer lo que veía... tierra, lodo, hojas secas y sangre manchaban su ropa, su cama y su cuerpo.
Prendió con arrebato la lampara de noche a lado de su cama y entonces cuando la luz alumbró la habitación noto que no era solo su cama; sus dedos estaban sangrantes y sus brazos arañados por todos lados, incluso en el suelo ramas y suciedad estaban esparcidos por toda la habitación. No podía respirar, su corazón ya no sabía si estaba latiendo con demasiada fuerza o no lo hacia para nada.
Su cuerpo frío y sudado temblaba de pánico y la paranoia se colaba cual río desbocado entre sus dedos en el centro de su cordura. Sus ojos corrían de un lado a otro sin poder comprender mientras miles de preguntas le azotaban tan rápido y sin piedad como los gritos de una multitud enardecida que exigía respuestas, lógica y una comprensión que no había.
La voz de Yihun volvió tan cruel y fría como en su sueño, si es que lo habia sido... "Es real" se repetía en su cabeza. "Es real" habia dicho. "Es real" le atormento.
"Es real... Es real... Es real... Es real"
¿Habia sido... real?
El pánico se apoderaba rápidamente de él, su espalda había chocado contra la pared en un intento de alejarse de la escena y de los recuerdos, cerró los ojos fuertemente intentando negar la realidad pero esta no dejaba de repetirse como la escena de una película atroz una y otra vez, no podía apagarlo, quería dejar de verlo detrás de sus párpados, dejar de sentir su aliento en su cuello, dejar de escuchar su risa, dejar de pensar en sus deseos, en las promesas que le hizo, en el miedo que sintió, en la cobardía que le invadió, quería dejarlo, dejar de pensar, dejar de sentir, dejar de recordar; sus manos se aferrarón a sus negros cabellos y tiro de ellos con fuerza y deseperacion mientras se encogía en su propio cuerpo en busca de refugio sin importarle los golpes a su puerta y los llamados que escuchaba entre ecos distantes.
—¿¡Jungkook?!—llamó Jin tomando sus brazos para que se soltara y cuando con pavor abrió los ojos su primera reacción fue luchar, alejarse, huir.—Jungkook. Jungkook, soy yo. Soy Jin.—repetía intentado controlar los movimientos erráticos de su cuerpo mientras él mismo se escuchaba gritar y rogar que se alejara sin siquiera reconocer su propia voz.—¡Jungkook!— gritó Jin tomandole en un fuerte abrazo que le impidió moverse más.—Soy yo. Jin. No te haré daño.—rogó con calma y preocupación a su oído.
Lentamente el calor de Jin calló las voces de su cabeza y alejó el frío inclemente de su cuerpo.
—¿J-Jin?—pregunto desorientado.
—Soy yo... tranquilo, solo fue un mal sueño.—dijo sin entender la realidad. Jungkook miró su mano aferrada a la espalda de su primo y vio la sangre ya seca en la punta de sus dedos y sus uñas agrietadas y negras.
—No lo fue...—susurró con pavor finalmente siendo consciente.
—¿Que...?— iba a preguntar pero la mirada perdida de su primo le hizo callar, no seguro de si podría enfrentar cualquier respuesta a esa pregunta o si Jungkook era capaz siquiera de responder.
—¿Por que estas aquí Jin?— Preguntó una vez ya calmado separándose de su primo.
—Te escuche gritar el nombre de Yoongi y vine a ver que pasaba pero no respondías a mis llamados.—Dijo Jin viendo como Jungkook abría los ojos con sorpresa.
— Yoongi.—dijo y entonces salió disparado de la cama bajo la mirada confusa de Jin. No tenía tiempo para perderse en su propia locura.
Yoongi esperaba por él.
—¿Que paso? ¿Está bien Yoongi?— le interrogó Jin viendo al moreno correr de un lado a otro buscando un ropa mientras no paraba de moverse para cambiarse.—¡Jungkook! ¡Respóndeme!— le exigió parandose con rapidez para detener las apresuradas acciones de Jungkook.
—No lo se. No se que paso Jin. Yoongi llamó y me pidió auxilio, me pidió que lo salvara y luego escuche una pelea y golpes y no lo se. No se si esta bien. Tengo que ir Jin. Tengo que buscar a Yoongi. - dijo soltandose bruscamente. El mayor no podía creer lo que escuchaba pero se repuso rápidamente saliendo tras Jungkook quien había corrido fuera de la habitación.
—Iré por mi abrigo. Espera.—ordenó corriendo a su habitación.
—No Jin. Esto puede ser peligroso, lo mejor es que te qued...—
—Y una mierda me quedo Jeon Jungkook.— gruñó Jin mirándolo duramente.—¿Crees que vas a ser de gran ayuda a cómo estás ? No te has puesto ni un saco y esta a dos grados afuera. Además no se que te ha pasado pero tienes todo el rostro lleno de cortes. No puedo dejarte ir así y se que no te quedaras, así que te callas, vas por un saco tambien y me esperas callado en el auto.— Ordenó con fuerza sin dejarle opción a reclamar algo.
No pasó más de cinco minutos cuando ambos jóvenes iban en el auto manejando lo más rápido que la ley permitía por entre las calles desoladas de las afuera de la ciudad. El cielo nocturno estaba cubierto por grandes nubes tormentosas que no dejaban de relampaguear y ocultaban tras su manto la luz de la luna, asfixiando cualquier luz que no fuera la de aquellas amarillentas lamparas de carretera que pasaban una tras otra sobre ellos mientras su auto se movía en silencio.
Jungkook le indicó la dirección y fueron las últimas palabras que había pronunciado en todo el camino; no podía dejar de ver las negras aguas del lago, perdido en aquel agujero negro que se tragaba todo de él incluso a la lejanía. Después del puente vino el bosque y enfocó sus ojos en la desierta carretera nocturna pues aún podía sentir los miles de ojos sobre su piel de entre los árboles. Giraron en la escondida salida y poco después la casa apareció frente a ellos en medio de aquel claro rodeado del bosque.
Los recuerdos de ese lugar solo se sumaron a las ya angustiantes imágenes de sus sueños y a la paranoia. La casa estaba a oscuras en el interior y solo el foco de la entrada brillaba en medio de la oscura noche.
Bajaron del auto y se miraron un segundo antes de avanzar a la casa que parecía emerger desde el suelo lodoso y crecer de manera intimidante sobre ellos, cerniendose amenazante como las puertas al infierno.
Esto cada vez está más intenso.
Ya saben si encuentran errores en nombres me avisan para corregir.
Besitos
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The Lake || Kookmin [ADAPTACIÓN]
FanfictionJimin murió en un accidente donde se ahogo en un lago. Solo tenía 20 años de edad. Muchos dijeron que estaba en la flor de su juventud, una vida joven desperdiciada. Pero, ¿fue realmente un accidente? Se dice que se ha visto a un chico de cabello...