The Lake || Kookmin [ADAPTACIÓN]

Door No.1

Parado justo en la entrada, solo a pasos de la puerta Jungkook no sabía que hacer. Quiso prender la luz pero no encontró el interruptor de la sala. ¿Qué clase de casa de mierda no tiene el interruptor de la luz junto a la puerta?

Saco su celular de su saco semiformal negro y encendió la linterna. Antes de cualquier cosa, el rapero iluminó cada rincón de la habitación frente a él en busca del interruptor, un lámpara, una vela, una antorcha o lo que fuera, lo unico que queria era iluminar la casa. Fue hasta el fondo que vio una lámpara en una mesita redonda justo a un lado de un sillón individual.

Cuando la luz se encendió la sala se iluminó con una clara luz trémula, la lampara daba una cálida luz similar a la de una hoguera y lo que antes era oscuridad absoluta se volvió un hogar. Podía ver en las paredes las fotos que en un principió de la noche no dedicó tiempo para observar. En ellas, la vida completa de Yoongi era retratada, fotos de cuando era aún un bebé, de él en la primaria y de las vacaciones a las cuales había ido. Tampoco pasó desparcibido el detalle de que en cada foto el rostro de Yoongi era muy serio para la de un niño, y esta expresión casi amarga y vacía era mas evidente en aquellas donde estaba su padre con él. Todas las fotos mostraban lo mismo, la miseria de Yoongi.

Pasó por la sala de un lado a otro, reviso los cajones de los muebles y los estantes en las paredes sin encontrar nada pero la verdad, no sabía que buscaba con claridad. Si era sincero, estaba actuando sobre la marcha, no había ningún plan u objetivo claro, todas sus acciones de los últimos días solo tenían una idea vaga pero con el suficiente impacto como para convertirlo en uno de esos personajes de película de suspenso que tanto odiaba, y su idea: Encuentra algo que pruebe la conexión entre los Min y Jimin. ¿Qué era ese algo? Aún no lo sabía, pero confiaba que lo descubriría cuando lo viera.

Dejo la sala de los recuerdos tras él, y se dirigió al resto de la casa, encendiendo algunas luces a su paso y aunque en un principio se planteo prender todas e iluminar por completo la casa no lo hizo porque de nuevo pensó "¿Y si tengo que salir corriendo?", después de pensar eso se dijo a si mismo que estaba desarrollando un trastorno paranoide, pero aún así solo encendía las luces necesarias.

Camino hasta el comedor donde vio el desastre en la mesa, la comida estaba ahí, sus copas de vino y agua e incluso el pan que él corto; pero sobre todo lo que mas vio fue la enorme mancha roja en el mantel blanco. Una mancha rojiza, la mezcla de sangre y vino que ya se había secado en su mayoría y que ahora brillaba intensamente en el lienzo blanco, dejando una imagen digna para la imaginación mas retorcida. El comedor parecía una escena post-asesinato y un escalofrió lo recorrió entero cuando se vio a si mismo tendido sobre la mesa, con los ojos vacios y sagre saliendo de su boca para manchar todo bajo su rostro.

Sacudió la cabeza intentado sacar esa imagen de su corazón, pero ahora sentía revuelto el estomago y como si alguien le mirara sobre el hombro. No, no, se repetía una y otra vez recordandose que el hombre estaba en el hospital completamente drogado.

Apresuro el paso para dejar atrás todo y subió por las escaleras de madera tallada para dirigirse a los cuartos de los Min.

Abrió la primera puerta y tras ella una pequeña oficina de tonos caoba y guinda lo recibió, en las paredes varios reconocimientos, certificados y diplomas yacían colgados.

Se adentro y lo primero en revisar fue el escritorio imponente justo frente a la ventana de la habitación. Con algo de prisa y desesperación que poco a poco se iba acumulando en sus venas abrió los cajones y rebusco entre los papeles, pero nada parecía ser lo que buscaba. Frustrado se sento en la silla de cuero negro frente al escritorio y miró nuevamente la habitación.

Se dio un momento para respirar con calma y ese momento, de la nada, se sintió seguro, su mente se vio clara y su mirada se enfoco en los cuadros en la pared. Se levantó y camino lentamente hasta ellos. En los cuadros se podía leer felicitaciones y nombramientos, pero lo que llamó la atencion de los ojos del cantante fueron un par de palabras que se repetían en la mayoría de los documentos.

"Doctorado en Entomologia."

"Certificado en la especialidad de Lepidópteros"

"Dr. Min Duckyoung."

Un sonido horrible en su cabeza le hizo cerrar los ojos con fuerza justo cuando imagines le llenaron por una fracción de segundo que aun así se sintió una eternidad. "¿Qué es lepidópteros?" Escuchó la voz de Jimin resonar entre su las paredes de su mente creando ecos. "Es el nombre científico para mariposas." Dijo Yoongi parado a su lado, volteo la mirada a donde venía la voz de Yoongi pero no había nadie. "Wow. Entonces tu papá estudia mariposas." Vio a Jimin sonreír asombrado y alegre. "...Si." respondió Yoongi quien se veía menos animado y nada feliz. "Debe ser increíble. Me gustaría hablar de ello con él." Jungkook sintió un nudo en la garganta y sus manos temblaron. "...Algún día... quizá." respondió Yoongi.

Luchó por aire cuando las imágenes y voces pararon en su cabeza. Su corazón dolía y apretaba su palpitar duramente contra sus costillas mientras que sus pulmones le gritaban que necesitaban más oxigeno del que recibían, pero a pesar de respirar por la boca y de aspirar grandes bocanadas de aire, este apenas y podía pasar por el estrecho túnel que se había convertido su garganta.

Le tomó unos segundos el reponerse y en cuanto lo hizo salió de la oficina cerrando la puerta tras él. Recargo su espalda contra la madera y bajo la mirada a sus pies. Había encontrado algo, pero solo en su corazón . ¿Qué significaba? Por primera vez realmente se pregunto el porque Jimin y el estaban conectados. ¿En realidad existía una razón? ¿Por qué él?

—Jimin...—susurro al aire como si realmente el fantasma fuera a aparecer.—Voy a encontrarla.— Dijo mirando la nada con determinación.—Voy a encontrar la verdad Jimin.—su mano se hizo un puño con fuerza.—Lo prometo.—y se dirigió a la siguiente puerta.