Coward

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En el principio hubo una mariposa.

De rojas alas y negros colores.

Que volaba papaloteando sin rumbo fijo.

Voló ondeando sus alas arriba y abajo hasta que capto los ojos vacíos de un chico solitario.

Y con su hermosa figura e inalcanzable sueño, su aleteo dio impulso a la rueda del destino.

El efecto de la mariposa que volaba sin rumbo ni fortuna.

Trajo consigo un fatal inicio.

El tiempo había aprendido a moverse de infinitas maneras, a no ser controlado por nada y a controlarlo todo

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El tiempo había aprendido a moverse de infinitas maneras, a no ser controlado por nada y a controlarlo todo. Existía en un plano mas allá del cielo y la tierra, en un lugar donde los dedos del hombre no podrían llegar a tocarle. El tiempo, tan sabio y tan cruel sabía bien cuando prestar y cuando quitar, cuando ayudar y cuando castigar, el tiempo, siempre imparcial sabía y jamás cometía error que cuando prestaba su mano en ayuda, era el hombre quien convertía la oportunidad en martirio.

Después de todo, el tiempo era totalmente indiferente.

Así mismo, cuando esa noche comenzó, el ruego que el destino le pidió al tiempo fue insensato pero necesitado. Alentando su paso, dejando que los segundos duraran horas, que los minutos se volvieran eternidades, el tiempo mismo decidió dar a aquella pareja su tan esperada oportunidad. El cielo y el infierno convergieron en aquella casa, y alegaron en pos de aquellos dos. También la justicia que pidió su pago fuera saldado.

El tiempo que siempre justo había sido, acepto el pedido del universo y las manecillas del reloj comenzaron a caer mas lentas, mas suaves y pesadas como si se movieran entre pantanos lodosos y arenas movedizas.

Mientras este se tomaba su descanso y aminoraba la marcha, el tiempo fue testigo junto al destino, al bien y el mal, junto a la justicia y a la noche de como todos los involucrados jugaban el papel que les había tocado en la obra.

El traidor.

El cobarde.

El héroe.

El villano.

Y el justiciero.

Solo uno dormía mientras el caos descendía, aquel a quien le había tocado el mas dificil de los protagonistas.

La victima.

Namjoon aterrado y fuera de control se arrastro entre el desastre de cajas y objetos tirados por el piso. Intentó ir entonces por las escaleras que daban al exterior, y aunque no quería dejar en ese lugar a Seokjin, el miedo lo incitaba a correr hacía la salida mas próxima. Pero esta no abría, porque su papel ahí aún no terminaba. Al punto del llanto, sintiendo su cabeza incapaz de pensar entre lo real y la fantasía o si aquello realmente existía, se vio obligado a buscar otra salida. Solo quería tirarse y llorar de lo abrumado que se sentía pero quedarse quieto no era una opción para su cuerpo. Corrió y con fuerza movió todo a su paso, levanto el gran estante de metal que antes había caído cerrando el paso a la casa y se obligo a si mismo a molerlo hasta poder llegar a la puerta.

The Lake || Kookmin [ADAPTACIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora