The Lake || Kookmin [ADAPTACIÓN]

Don't say it

En el cielo nocturno las estrellas se escondían tras grandes nubes grises y negras que se tragaban las luces y el brillo de la luna dejando en una espesa penumbra los alrededores por donde andaban, un frío calmo pero decidido llenaba el ambiente dejando que la humedad del aire se volviera pesada creando ligeras corrientes lentas de neblina que recorrían la superficie del lago y se extendían unos metros hacía tierra haciendo que las piedrecillas de la orilla y su arena gris se perdiera por algunos tramos del camino. Se movieron con lentitud por la orilla del lago, sus pasos hacían sonar las pequeñas piedras bajos sus pies y acompañaban el sonido de la marea tranquila del lago mientras las pequeñas olas se movían algo impetuosas debido al viento que se hacia presente esa noche de manera constante pero sin agresividad.

Su cabello negro se mecía hacia un lado y con sus manos en los bolsillos de su chaqueta negra se encogió un poco entre su bufanda color azul, mientras tanto Jimin le seguía el paso en silencio mirando hacia sus pies y como estos descalzos se mojaban con la marea del lago. Un viento un poco más impetuoso sopló sobre sus rostros arremolinando sus cabellos y haciendo temblar al peli negro que se detuvo con los ojos cerrados y sus dientes castañeando un poco, el invierno se avecinaba cada vez más y las tormentas se acercaban; pronto todo el bosque se volvería una trampa mortal con la tierra lodosa hundiéndose bajo sus pies, rayos cayendo entre los árboles y con lluvias tormentosas arrasando la ciudad solo para después el invierno cayera realmente sobre su ciudad y las gotas de agua se volvieran blancas y frías cayendo desde el cielo para cubrir los caminos y carreteras, para bañar los árboles y tapizar los techos de las casas, pero para ello probablemente aun faltaba un mes quizá un poco más o un poco menos pues la naturaleza era impredecible y solo se avisaba cuando era demasiado tarde para prepararse para su golpe.

—¿Tienes mucho frío ?—la voz de Jimin le llamó haciéndole verlo después de haberse perdido en su imaginación viendo el oscuro bosque cerca de ellos.

—No.—mintió.—Ya hemos caminado bastante.—dijo cambiando de tema y el fantasma después de unos segundos de desconfianza, asintió ante lo dicho.

—Estamos en la entrada del bosque.—dijo buscando un lugar donde tomar asiento hasta encontrar una roca de tamaño considerable en donde se recargo como pudo en la superficie algo desigual.

—Siempre terminamos aquí ¿cierto?— su voz sonó solemne y se recargo de espaldas a un gran árbol que se encontraba justo a lado de Jimin. Dejo caer un poco su cabeza hacia atrás hasta tocar la madera y elevando su rostro hacia el cielo donde dejó que su mirada se perdiera entre las negras nubes y el oscuro aire.

—Donde todo comenzó.—susurró Jimin mirando el lago también perdido entre la bruma y las olas.

—Donde comenzó.— repitió meditativo.— Quizá esto comenzó mucho antes.—dijo sin apartar su mirada sabiendo que tenía toda la atención de Jimin.— Se siente como si todo esto... Todo comenzó mucho antes de que siquiera lo supiéramos, mucho antes de que nos encontráramos.—

—Mucho antes de morir.—agregó Jimin con calma haciendo a Jungkook mirarle afligido.—No me mires así.— le pidió regalándole una sonrisa que irremediablemente relajo al pelinegro.— Me gusta tu cabello.—dijo el fantasma queriendo cambiar de tema, Jungkook debía aceptar que el estaba muerto y que su asesino era su hermano o jamás podría verle a los ojos sin sentir una culpa que no le pertenecía.

—¿Esto?— dijo el mayor mirando los mechones frente a sus ojos mientras sujetaba uno con sus dedos.— Es por él.— dijo con recelo y Jimin quiso suspirar derrotado, parecía que jamás huirían de la sombra de ese hombre.

—¿Por que?—

—Hace unos años... cuando aun vivíamos los tres juntos. Mi mamá, él y yo, llegue un día con el cabello rosado.— dijo recordando aquellos tiempo lejanos.—Tenía unos quince años, las cosas eran tensas pero aun no se salían de control, pero esa vez... no lo se, algo cambio en él o quizá solo en ese momento me di cuenta que había algo realmente malo en él, claro que me convencí que no era así.—dijo con los ojos llenos de culpa.