There he was...

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Como las frágiles alas de una mariposa, las memorias de una vida mejor se despedazaban a manos del cruel destino.

Ese día había corrido alegremente, había tenido un buen día, había disfrutado tanto como podía, tanto como un niño lo haría, la vida era perfecta, en aquel bosque lleno de mariposas las cuales persiguió hasta el hartazgo, hasta que no pudo más.

Había reído, había gritado, había disfrutado con su familia y la alegría en los ojos de su padre y la dulzura en la risa de su madre volvían su mundo uno lleno de fantasía, de alegrías y colores, con bellas alas revoloteando a su alrededor.

Un sueño ciertamente, y entonces lo vio a lo lejos; escondido entre los árboles, agazapado como un depredador, con su figura mas alta y esbelta que él.
Su hermano.

Ahí estaba él de espaldas riendo suavemente sin importarle su alrededor, ahí, sumido en su propio juego, encerrado en aquel mundo por el cual se había negado a jugar con él.

Se acercó lentamente, no quería perturbarlo, no quería molestarle, pero la curiosidad lo mataba.

—¿Qué haces hyung?—preguntó confundido.

Se había parado justo a su lado, desde donde podía ver claramente lo que su hermano hacía pero no podía comprender. ¿Por que Yihun sonreía? ¿Por qué le daba miedo ver esa sonrisa? ¿Por qué su hermano tenía una pila de alas de mariposas a su lado?

—Jugar. ¿Qué más tontito?—dijo sin mirarlo mientras que con sus dedos tiraba del ala de una mariposa entre sus dedos.

El animal se retorcio, casi parecía chillar, casi parecía llorar.

—¡Hyung! ¡La estas lastimando!—exclamó asustado, asqueado y muy confundido al ver la sonrisa de su hermano.

—No. Los animales no sienten Kookie.—dijo sacando finalmente el ala tirando el resto al suelo con desinterés.

—¿Por qué les haces eso hyung?— preguntó inquieto en el silencio del bosque en el que estaban.

—Porque es divertido.—respondió finalmente viendolo a los ojos.—Ven. Déjame enseñarte como.— dijo tomandole del brazo para ponerlo frente a él en un abrazó que le impedía huir.— Toma esta.—dijo Yihun sacando una mariposa rojiza de su frasco lleno de los insectos.— Tómala de esta manera. Sí, justo así.— dijo viendo las delicadas manos infantiles de su hermano tomar las delicadas alas negras y rojas.—Ahora tira.— susurró en su oído con éxtasis.—No muy fuerte ni muy débil. Tira de ella delicadamente o no conservará su forma.— decia con su caliente aliento chocando contra la piel del pequeño.—Un poco más.—

—Hyung... no... no quiero.—susurró nervioso pero aún así estaba obedeciendo.

—Claro que quieres... eres mi hermano.—
Las alas calleron una tras otra, una tras otra hasta que podía tan fácil repetir el proceso. Yihun sonreía y él había perdido aquel miedo y repulsión.

Era tan fácil, era tan sencillo.

—Es divertido ¿cierto?—preguntó Yihun a su hermano.

—S-supongo...—respondió inseguro aún.—¿De verdad no les duele?—

—Para nada.— dijo viendo como Jungkook tomaba otra ala y la arrancaba.

Un ala roja y negra, un ala que le recorda tanto a...

—Jungkook.— susurró Yihun.

—¿Si?—preguntó al escuchar su nombre.

—¿No crees que estas mariposas se parecen a ti?—preguntó sonriéndole tiernamente.

The Lake || Kookmin [ADAPTACIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora