Drowned

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Crueldad, es solo el reflejo de nuestros mas íntimos deseos usados en nuestra contra.

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Azoto la puerta una y otra vez intentando abrirla pero esta no cedía, la frustración crecía mientras la madera parecía estar fundida al marco como una sola. Los golpes de la madera resistiendo su fuerza y el como repetía entre dientes "Abrete. Maldita sea abrete" se mezclaban con los rugidos tormentosos y el sonido circundante del bosque que les rodeaba.

En los cielos, risas en forma de truenos escabrosos se burlaban de todos, de ellos mismos, de la incomprensión y el desespero, sonaban una y otra vez, cada vez mas fuertes, mas seguidos y cercanos. Esperando pacientes y bravos a que la obra comenzara, una obra de horror.

Namjoon observaba a Jin sin saber que hacer o decir, no terminaba de comprender los impredecibles eventos y palabras sin forma ni sentido se atoraban en su garganta en un nudo irracional de miedo y ansiedad.

—¡Maldición!— gritó dando una fuerte patada desesperada sorprendiendo al rapero al ver como el rostro de Jin caía derrotado y angustiado sobre la puerta. Había incertidumbres e impotencia en sus ojos y su respiración se notaba pesada.—¿Qué es esto? ¿Qué es esto? No tiene sentido maldición.— gruñía Jin mirando viciosamente la madera de la puerta con sus manos hechas puños golpeándola débilmente.

—Hyung...—llamó en un susurro que apenas logro atravesar su garganta.—¿Qué esta pasando? No lo entiendo, dime algo.— pidió poniendo su mano sobre los amplios hombros de Jin quien estaba temblando impotentemente. La sangre aun caía lentamente por su frente cuando Jin giro si rostro para verle.

Seokjin se pregunto como podría explicar lo que estaba pasando, como si él apenas y lo sabía; le miró con pena y culpa, arrepentido quizá de haberlo mezclado en todo eso. Namjoon no supo descifrar esa mirada tan dolida, abrió sus labios dispuesto a decir algo, lo que sea que pudiera quitar esa expresión de su bello rostro pero su voz fue hundida en el silencio cuando un seco ruido acalló los sonidos a su alrededor, la sangre de ambos se heló.

En un segundo después de ese ruido veloz y seco todo calló, no más cielos retumbantes, no más grillos y cigarras entre los árboles, no mas hojas danzantes siseando.

Dos disparos mas volvieron a sonar.

El aire pareció abandonar sus pulmones con su sangre cayendo como cascadas a su pies dejándolos sentir un nuevo tipo de frío, uno que calaba en lo profundo de sus miedos.

—¡JUNGKOOK!—Gritó Jin desesperado goloeando la puerta, intentando algo para que sus esfuerzos sirvieran y la puerta cediera, pero no paso.

Gritos desmedidos.

Llamados en angustia.

—Hyung.—llamó.— Hyung.— repitió. Jin le ignoraba en una crisis tal que parecía un animal desesperado, un ser sin consciencia o calma. Le dolía verlo así, pero en su mente no había tiempo ni espacio para sentir algo, para enfocarse en otra cosa que no fuera encontrar una salida, una respuesta. Una solución.—Huyng... Hyung ¡SEOKJIN!—Gritó jalando del mayor para sujetarlo por los hombros. Jin parecía apunto de romper en llanto.—Tranquilizate, se que es muy difícil pero de nada sirve que te pongas histérico.— comenzó a decir tratando de controlar su propio cuerpo y sus temblores.—Debemos conseguir ayuda, eso es lo que tenemos que hacer ¿Lo entiendes?—

—¡¿Acaso estas loco?! Jungkook podría estar herido... O peor. ¡No! ¡No tenemos tiempo para ir a pedir ayuda!—gritaba histérico el mayor.— No hay señal, los autos están muertos y estamos en medio de la nada. ¿A quien carajos quieres pedir ayuda? ¿Ah? Lo que necesitamos es entrar. Sacar a Jungkook y Yoongi de esta maldita casa y si no vas a usar esa cabeza tuya para hacernos entrar entonces es mejor que te quites de mi camino.—dijo Jin soltándose bruscamente del agarre y bajo los escalones del porche con rapidez.

The Lake || Kookmin [ADAPTACIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora