Painfull

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Cerro sus ojos con fuerza, quería callar las voces,  quería detener el llanto, quería desaparecer el dolor. Quería dejar de escuchar. Su vida se fragmentaba y se volvían piezas separadas irreconocibles de un ser que alguna vez fue una persona.

Odio y miedo. Dolor y sufrimiento.

Estaba muriendo algo en su interior, retorciendose en un agujero negro que le consumia y el abrumador sentimiento de ser abierto por la mitad, de estar  explotando hacia afuera pero sin que hubiera un fin para el interminable vacio.

Y las voces no callaban.

No dejaban de recordarle el pasado al que ahora tanto temía. Si pudiera simplemente olvidar, si fuera posible el dejar atrás la sangre que los ataba, el pasado que los unía. Pero no, era imposible detener la función de cine en su mente, las imágenes repitiendose y torturandolo. No podía pensar más y solo había caos.

Caos.

Su mente era solo caos. Verdades dolorosas como solo las torturas de la mente podian ser. ¿Estaba muriendo? ¿Ese dolor era la muerte? ¿Acabaría pronto? No. Pero seguramente nada podía doler mas que eso. Dolía y dolía que solo quería que parace, que se detuviera el dolor y el caos.

Yihun.

El solo pensarlo, dolía. ¿Había algo más fuerte que ese dolor? Un dolor que no era físico , era su alma, su corazón y su mente lo que sufría.

Cuando sufres así, cuando el dolor de tu alma se vuelve uno físico y te llena sintiendo que te desgarra en miles de pedazos, lo único que quieres es que pare, ruegas por que se detenga y que puedas sentirte como aquellos lejanos recuerdos en los que nada dolía, en los que todo era perfecto, pero sigue doliendo, sigue y sigue y no para hasta llevarte a la locura, hasta simplemente romper todo lo que eres y no dejar rastro de quien fuiste en aquellas lejanas memorias.

¿Por qué? ¿Por qué él? ¿Por qué Yihun? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ JIMIN?

­¡CRASH!

Su consola ahora estaba en el suelo con las piezas esparcidas por toda la habitación después de estrellarse contra la pared.

¡¿POR QUÉ?!

¡CRASH!

Los retratos de su infancia, de su madre, de sus recuerdos ahora estaban rotos en el suelo. El vidrio en el suelo brillaba rojo y con peligro por el cielo atardecer que se reflejaba en los cristales rotos, y el sonido de estos fragmentandose resonaba en los oidos de Jungkook.

¿POR QUÉ?

Sus ojos ya no veían, solo lloraban, nada a su vista era valioso, nada importaba, solo quería destruir todo. Su habitación, sus cosas, sus recuerdos, todo, a Yihun, a si mismo. Dolía.

—¡AHHHH!— gritó con furia, el dolor ahora convertido en ira, en odio, eso que sentia ¿Que haría con él? "¡Matalo!" grito una voz en su cabeza.—¡AHHH!— gritó de nuevo y ya no sabía que mas hacer, las cosas volaban y se estrellaban, todo caía ante su furia y locura.

Un huracán arrasaba su hogar, el único lugar donde se había sentido seguro para continuar, ahora este solo se reducia cada vez mas en escombros y ruinas, Jeon Jungkook, un desastre natural sin clemencia.

Caos. Cuando cayó de rodillas nuevamente, cansado, derrotado, solo quedo caos a su alrededor. Y el dolor no se desvanecía, no, permanecía igual que el primer momento en que escucho su voz en esa pesadilla, una voz que jamás podría olvidar, una voz que estaba grabada en su memoria  a fuego y sangre, una voz... que se parecía a la suya.

Lloró. Con el cuerpo rendido y las heridas de su alma abiertas a carne viva y con sal en ellas, lloró porque no tenía más que pudiera hacer.

—Lo siento...—susurraba en un estado cercano a la locura, aún cuando estaba despierto, su mente estaba simplemente en otro lado ¿Dónde? No había lugar, era la muerte. Moría poco a poco.— Lo siento Jimin.—rogó con dolor, un ruego... a quien ya no podía salvar.

The Lake || Kookmin [ADAPTACIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora