Fail

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El cuerpo de Jungkook estaba encobrado en medio de la habitación, y bajo el rodeado como si fuera un mar entero de esquirlas y fragmentos, pedazos irregulares del espejo le reflejaban. En cada trozo de cristal irregular y afilado el rostro maltratado grisáceo y agrietado de Jungkook se mostraba, cada uno con un angulo diferente, algunos mostrando su cabello húmedo, sus ojos inyectados de sangre, sus labios azules, sus mejillas sin color, en otros mostrando su espalda encobrada, su ropa pegada a su cuerpo, la suciedad del agua, el lodo y la sangre. Otros, más allá a lo lejos, demasiado lejos para ver a su figura, reflejaban el techo del cuarto; este era irregular en una pendiente inclinada que bajaba hacia el lado este de la habitación, en el habían algunas bigas grandes de madera pintadas de color blanco como el techo y poco mas abajo del centro, unos grandes paneles de cristal, ventanas en el techo como tragaluces repiqueteaban con el agua de la tormenta que se había desatado.

En su mano, casi con delicadeza sostenía una pieza triangular en la que se había quedado sumido mirando su reflejo, aunque no propio era de quien quizá significaba la última gota de humanidad que le quedaba, aquella a la que estaba matando con sus propias manos.

La mirada que Jungkook le regresaba a Jimin era completamente insensible, vacía de color o sabor; tan hueca como su propia alma pero abrazadora como la venganza que ardía en sus venas.

Podía sentir el fuego hambriento subir desde su estomago hasta llenarlo como un tsunami de llamas ardientes que incluso alejaban el frío húmedo que había estado sintiendo desde que había muerto. 
Rubia, lento e iracundo, casi con parsimonia mientras escuchaba los ecos lejanos de las tablas de madera crujir. Subía un escalón más, siguiendo sus pisadas hasta la cima, hasta el punto más alto donde sus manos sujetando el cristal se cernían con fuerza y comenzaba a sangrar.

Las gotas rojas descendían mientras su ira aumentaba. Y ellos, los que permanecían aun, ingenuos deseando un milagro, se acercaban cada vez mas subiendo por las escaleras.

Crujidos que le hacían gruñir, palpitares que le hacían respirar con pesadez. Cada paso dado era un paso que lo alejaba de la cordura, un paso más cercas a la locura.

Espero solo un poco más, perdido en su ansiedad animal hasta que los sintió llegar.

Finalmente, pensó levantando su mirada y dejando caer aquel recuerdo frágil entre sus dedos hasta romperse contra el suelo.

El rostro de Jungkook rompiéndose en pedazos.

Jimin levanto el rostro para mirar a sus tres invitados aparecer por la puerta. Los tres de ellos se veían pálidos y sudorosos, apenas y parecían humanos se dio cuenta y eso le arranco una sonrisa torcida. Estaban desgarbados y maltratados, tanto sus mentes como sus cuerpos parecían estar al limite solo siendo movidos a base de espíritu y miedo.

—Si...—dijo Jimin haciéndolos temblar por la seda de su voz.—Así es como debe ser.—Debían sentirlo, debían saber como se sentía cuando la muerte descendía sobre ti sin piedad, debían experimentarlo en carne propia y solo así, solo así... Podrían entender.

Una dulce y tierna sonrisa se transformó en su rostro mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Su pecho que se hinchaba de felicidad y emoción, mezclándose con el odio y la ira que parecían uno mismo, un estado perpetuo de éxtasis y euforia en su cuerpo, explotando en ese corazón prestado que latía doloroso en su pecho. Apretó con fuerza la ropa sobre su pecho, la sangre corría como mercurio entre sus venas, un veneno que lo hacía sentir mas vivo que nunca en un punto donde la muerte y la vida eran lo mismo.

—Lo pueden sentir ¿Cierto?—preguntó sin moverse un poco de su lugar, sin dejar de ser reflejado en los miles de fragmentos de cristal tirados.—Como su corazón palpita tan fuerte que creen que saldrá de su pecho en cualquier instante.
El aire, luchando por encontrar camino hacia sus pulmones. El frío colándose por debajo de su piel y congelandole los huesos y la carne... Lo pueden sentir ¿Cierto? El como la muerte viene por ustedes.—y su sonrisa se amplio aún más, mostrando sus encías y con sus ojos rojos y acuosos brillando con intensidad.

The Lake || Kookmin [ADAPTACIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora