Resolution

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¿Así que eso era? Los dos terribles monstruos que se conocieron y se unieron para acabar con el príncipe de la historia. Una historia sin princesas en peligro, ni aliados que ayuden al héroe. Una historia sin final feliz, donde al final el bien sale victorioso, un final donde no hay power ups, misteriosos salvadores ni magia que lo salve. El príncipe solo contra los demonios, contra la vida y la muerte. ¿Así que eso era?

Duckyoung no era suficiente, no. Todo tenía que retorcerse más y más y entonces, al final del capitulo, lo único que quedaba por escribir era "Park Jimin... Amado hijo, hermano y amigo." tan permanente y duro como la roca en la que se esculpió.

Bueno, pues él odiaba esa historia.

La odiaba, la aborrecía, le llenaba de asco y dolor. Él odiaba esa historia, porque amaba al príncipe del lago.

En un momento llegó a pensar que mientras escuchaba esa historia se quebraría, y cuando el dolor en su interior salió convertido en gotas saladas que resbalaban por sus mejillas, estuvo seguro que se estaba roto más allá de lo irreparable. Pero no.

Había corrido fuera de esa sala y salió al exterior por la puerta trasera, su corazón golpeaba su pecho furioso y su respiración cada vez mas pesada, le era difícil detener el temblor en su cuerpo que se esparcía como un terremoto derrumbando todo lo que antes creyó real en él. El aire frío golpeó su rostro inclemente, su rostro húmedo por las lágrimas y su cuerpo... su cuerpo rápidamente comenzó a convulsionar en la soledad de la noche, algo, algo más comenzaba a mezclarse con la impotencia y el odio en su interior. El aire sopló entonces furioso cual su ira, sacudiendo los arboles y sus hojas se movieron bajo la voluntad del fuerte aire que arrastraba todo con su fiereza mientras Yoongi también se de arrastrar. Dejo que el viento meciera furioso su cabello color rojo y dejo que con su fuerza y su frialdad secara sus lágrimas junto a sus irrelevantes emociones de lástima y miedo. Sus ojos cerrados se llenaban de algo que jamás había conocido antes. Un verdadero sentimiento negro que lo consumía y no importaba, porque era lo que quería, porque ese dolor e impotencia en la que se sentía desde que lo conoció, no, desde que compartieron sangre, ahora finalmente después de casi veinticinco años dejaba su capullo y salía convertido en algo horrendo en su interior.

Una mariposa.

Negra como su rencor, negra como su odio, negra como su venganza.

Solo, afuera de su casa y con la noche sobre su cabeza, cuando abrió sus ojos, nada estaba roto como creyó. Todo en él ardía en un salvaje incendio, consumiendo, abrazando, y dejando solo cenizas se de sus pesadillas. Su respiración era calmada pero pesada, con el peso de una nueva meta.

Escucho la puerta tras él abrirse y no dudo ni por un segundo que era Jin quien salia por ella.

—Jungkook...— escucho la voz de su primo sosegada y preocupada, eran un llamado que por mas que intentaba ocultar, estaba lleno de lastima.—Por favor...— rogó el mayor pero aun así no consigo respuesta alguna. Jungkook no giró ni intentó enfrentarlo, en ese momento algo en su interior cambiaba, nacía desde lo mas profundo y el viento se llevaba los pedazos del viejo cascaron.—Se que es difícil, pero por favor... di algo.— rogó nuevamente, el miedo de lo que su primo pudiera estar pensando lo llenaba de ansiedad. Verlo desde los pies de la escalera trasera era algo que le causaba un sentimiento de inquietud, nunca había visto la espalda de Jungkook tan grande e imponente, jamás lo había visto tan inmóvil y silencioso, jamás había... jamás había sentido que ese de ahí no era el Jeon Jungkook que él conocía desde su nacimiento, no era el pequeño bebé en brazos de su tía, no era su pequeño primo con quien solía jugar junto a Yihun en el parque a donde sus padres los llevaban, no era el chico soñador y obstinado que amaba su música más que a nada ni nadie, no era el genio que impresiono a productores veteranos, no era Jungkook, no era...

The Lake || Kookmin [ADAPTACIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora