Confession 2/2

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Se dejo caer de rodillas a su lado, amargas e incrédulas lágrimas caían por sus mejillas mientras su vista seguía fijamente en el rostro sin vida de su padre. Sentía su cuerpo temblar y un dolor llenarle las entrañas y cada parte de su ser. El efecto alucinógeno había perdido hacia mucho tiempo su efecto, quizá desde el comienzo, pero a él aun le costaba creer que todo eso era verdad, que Jimin y la muerte de su padre eran real. Un quejido salió de sus labios y sujetándose el abdomen, lentamente se fue encogiendo en si mismo, encorvándose hasta ser un ovillo y dejar que su frente tocara con la espalda de su padre.

Entonces lloró, no como las rebeldes y apenas conscientes lágrimas que había estado saliendo de sus ojos, sino un llanto incontrolable que desgarraba su alma a la vez que lo hacia con su corazón.

Ahí, en la soledad de su casa y con la lluvia como compañía, Yoongi se dejó llevar por el dolor que le embargaba.

—Lo siento.—Dijo con la voz quebrada.—Lo siento. Lo siento.—Repetía sin parar.—Todo esto es mi culpa. Lo siento tanto, papá.—

Con debilidad rodeo el cuerpo laxo del hombre y lo giro para posarlo sobre sus piernas y abrazarle del cuello mientras sus ojos parecían arder en llamas del infierno. Yoongi sentía que finalmente había llegado el cierre de su tortura, que la libertad estaba por fin al alcance de su mano, pero esta dolía demasiado.

Él no quería ser libre.

No así.

Pero siempre lo supo, o creyó que lo hacía, que las cosas solo podrían tener un final.

Desde hacia años solo una cosa había sido su prisión, y esta no había sido su padre, sino él mismo. Desde el ultimo día que vió a Jimin, desde que había hecho aquello supo entonces que no habría salvación para él. Su padre, quien parecía en apariencia satisfecho, sabia que no era así. Porque Duckyoung amaba tanto a su hijo que verlo quebrado por sus propias manos le había matado en vida.

—Fue mi culpa...— dijo nuevamente con su frente recargada en la cabeza de su padre, como si por fin fuera a confesar sus secretos, sus pecados.—Si yo no... si no hubiera sido tan débil... —los recuerdos lo asaltaron uno tras otro saliendo con cada lágrima.—Si no hubiera buscado una salida... —En ese momento recordó aquel día, su último día como ser humano.

Una persona puede pasar por una infinidad de sucesos que degradan o denigran su valor como ser humano y no se necesita ser un asesino para ser inhumano así como tampoco se necesita ser un suicida para ser auto destructivo. En ambos casos, la inhumanidad es inevitable y no solo eso, sino tan sencilla de lograr.

Yoongi había dejado de ser humano mucho antes de que todo aquello pasara pero poco después de conocer a Jimin.

Las cosas habían tomado un curso casi optimista en su vida cuando conoció a su amigo, el único que había tenido. Con una sonrisa podía recordar aquellos viejos tiempos de risas e ilusiones. Pero las cosas no estaban escritas para permanecer así, era solo... temporal.

Nunca había sido alguien demasiado sociable, de niño sin embargo cuando su madre aun vivía con ellos él había sido alguien demasiado extravagante y ruidoso pero todo cambio rápidamente cuando ella se fue. Y no solo él, su padre también cambió.

Duckyoung, quien nunca había sido demasiado emocional ni abierto se encontró a si mismo entonces solo con un niño. Su personalidad fría podría no decirlo pero él amo con devoción a su mujer, a la madre de su hijo, la amo tanto que no sabía que hacer para demostrar aquel incontrolable sentimiento, era como un huracán en su interior pero jamas fue bueno para expresar sus emociones, jamas fue bueno para decir lo que sentía, no estaba hueco pero a veces sentía que era dos personas en una. Su esposa era lo único que le hacia sentir tranquilo, completo y como una sola persona y luego desapareció. Un día llego y sus cosas ya no estaban, su ropa, sus fotos, todo, había desaparecido dejando solo una foto enmarcada para su hijo.

The Lake || Kookmin [ADAPTACIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora