Capitulo 1. Ultimo año.

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Una chica de pelo oscuro iba caminando por el andén 9 y 3/4, pretendía no darse cuenta pero todo el mundo susurraba y la observaba caminar, estaba deseando llegar a su compartimento y no ver a nadie. ¿Qué porque la miraba todo el mundo y susurraba? Pues porque su padre era la primera persona que había logrado escaparse de Azkaban. Así es Sirius Black es su padre.

-¡Por fin!- dijo cerrando la puerta del compartimento.

-¿Mucho acoso?-pregunto una voz.

-Ni te imaginas, ¿que se creen que llevo a mi padre escondido debajo de la falda?

Oliver Wood se echó a reír y se levantó del asiento para darle un abrazo- Te he echado de menos Halley. ¿Qué tal el verano?- pregunto mientras se sentaban.

-Bueno, me he pasado el verano trabajando en la cocina del orfanato y evitando a todo el mundo. Me juzgan con la mirada, como si yo hubiera matado a todas esas personas-dijo con frustración.- ¿y tú?

-Bah, pasa de ellos. ¿Yo? He estado todo el verano planeando jugadas y los entrenamientos este año vamos a entrenar más que nadie y la copa será nuestra Halley lo presiento.

Halley puso los ojos en blanco, "Merlín, otro año que nos va a levantar a las 6 para entrenar" se temió Halley. A sus ojos Oliver era el chico perfecto, era guapo, estaba fuerte, era simpático y amable, un Dios Nórdico. Pero como en este mundo la perfección no existe, el defecto de Oliver era una obsesión enfermiza por el quidditch. Era extremo.

Siempre le había gustado Oliver, sin embargo no se había dado cuenta de cuanto le gustaba hasta quinto curso. Había entrado en un aula vacía, mientras se escondía de Filch, cuando se había encontrado a su capitán sin camiseta y en calzoncillos en actitud demasiado cariñosa y apasionada con Sara Anderson de Hufflepuff. Una sensación extraña de odio y querer teñirle el pelo de verde a la rubia esa se apoderó de Halley. Asique antes de hacer nada, les pidió disculpas y salió corriendo por donde había venido, siendo castigada por Filch obviamente.

En aquel momento Oliver decidió que Halley iba a ser su "mejor amiga/confidente" en asunto de chicas, cosa que Halley odiaba con todas sus fuerzas y le carcomían los celos. Pero era la única forma de estar con él, asique o le oía hablar de sus conquistas (que desde que le nombraron capitán eran muchas) o hablaba de quidditch.

-¿Dónde están Penélope, Percy y Jake?-pregunto Halley. Ellos eran sus amigos, y aunque Penélope estaba en Ravenclaw, intentaba pasar todo el tiempo que podía con ellos.

-Penny y Percy me imagino que estarán en el vagón de prefectos, y Jake está liándola con los gemelos, aunque me ha dicho antes que enseguida vienen con nosotros.

-¿Qué te apuestas a que los prefectos acaban la reunión más tarde de lo normal?- pregunto Halley con maldad entre risas, todavía no se acostumbraban a que Percy tuviera novia.

Jake y Penélope eran primos y eran como el agua y el aceite, uno era un león y la otra un águila, el primero junto a Halley y los gemelos se metían en más problemas de los que McGonnagal podía soportar y la segunda era una prefecta que jamás se había metido en lios. Aun así, se llevaban muy bien.

El tren iba por la mitad del camino, Oliver le estaba dando una conferencia de cómo había planeado los entrenamientos más duros todavía de aquel año. Entonces entraron en el compartimento los gemelos y Jake.

-¡Por fin!- dijo Halley con fingida drama- haced que se calle o me saldrán orejas por las escobas- dijo medio en serio medio en broma. Adoraba pasar tiempo con Oliver, pero cuando le daba la vena de obseso...

- Pobrecita ya delira y todo, querras decir que te saldrán escobas por las orejas. Aunque como broma no estaría mal- dijo Jake a modo de saludo.

-No toques mi escoba Clearwater o seras hombre muerto-amenazó Oliver.

-¿Qué tal el simposio sobre quidditch?-dijo Jake ignorando a Oliver.

-Bah, he asistido a mejores- le siguió la broma Halley, mientras Oliver refunfuñaba y ella saludaba a los gemelos- ¿Qué tal por Egipto?, veo que no conseguisteis encerrar a Percy en ninguna pirámide.

-Si mama nos pilló y... ¿Oye qué frío hace de repente no?- dijo Fred.

-Pues ahora que lo dices si...

Tres chicos entraron en el compartimento, uno rubio platino y dos muy grandes. Parecían realmente asustados.

-¿Qué hacéis aquí Malfoy?- pregunto Jake.-Fuera de aquí.

-¡Hay un dementor en el tren!- dijo al borde de las lágrimas.

-Si claro un dementor- se reían los gemelos, mientras el resto veían como una sombra fantasmal pasaba por el pasillo de fuera.

En el tren todo se volvió frío, los chicos soltaban nubes de vaho al respirar y parecía que la temperatura hubiera bajado más de 20 grados de repente. Una sensación rara se apoderó de Halley, sin ella quererlo comenzó a recordar todo lo malo que le había pasado en toda su vida. Aquellos sentimientos de abandono cuando era pequeña, todas las palizas que le daban los niños mayores del orfanato.

De repente todo se volvió negro y empezó a visualizar a dos mujeres, una tumbada en el suelo chillaba y la otra le apuntaba con una varita y se reía como una loca:

-el cruciatus es una buena tortura- decía- pero hay una mejor. Voy a dejar que veas como mato a tu hijita primero y luego te matare a ti. A no ser que me digas donde están los Potter.

-No serás capaz Lestrange sólo tiene 5 años. -suplicaba

- ¿Qué no? Ya verás ¡Avada Kedavra!

- ¡NO!- La mujer rubia corrió y abrazo a la niña que lloraba y se puso delante de la maldición asesina cayendo muerta al instante.

-¡Estúpida!- grito la otra mujer.-Demetri destruye la casa y que se encargue la naturaleza de la cría.

El tal Demetri hizo un movimiento de varita y el techo se cayó.

-¡Halley! ¿Estás bien?- una voz familiar la trajo de vuelta, era Oliver que la miraba preocupado.

-Si es solo que...

-Estas muy pálida y te habías quedado mirando al infinito- contesto Jake.

Mientras los gemelos echaban a los tres Slytherin que al marcharse el dementor volvían a ser valientes y se estaban riendo de Halley.

-Estoy bien, es solo que el dementor me ha hecho recordar cosas del orfanato-mintió descaradamente.

O al menos pensaba que les había engañado a todos, sin embargo a Oliver no podía engañarlo. La miraba desde su asiento preocupado, ¿Qué le habría hecho recordar el dementor que la había puesto así? Tendría que hablar con ella...a él se lo contaría, estaba seguro, ¿no por nada era su mejor amiga, no?

Buenas a todos. ¿Que tal?

Espero que os guste, comentadme que os ha parecido. Estaré encantada de leer todo lo que me tengáis que contar.

Un beso

Andrea

Mi verdadera obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora