Este sofá es muy incómodo para dormir. Y es porque es pequeño. Hace casi 1 hora que nos acostamos todos y aún no me he dormido. Además, tengo frío. Y no es aquí donde me gustaría estar. Quiero estar con Maya, en la cama, abrazada a ella, y pedirle perdón por ser tan idiota. No me ha soltado la mano hasta que ha terminado de soplar las velas. Estaba temblando. Me hubiera encantado darle la vuelta, abrazarla y prometerle que todo iría bien. Pero en cuanto han encendido las luces se ha vuelto a alejar de mi. Es lo que ha hecho toda la noche, bueno, eso y beber, pero no la he visto muy borracha.
Un ruido en el pasillo me saca de mis pensamientos. Alguien viene al comedor. Anda muy despacio y se acerca a mi. Contengo la respiración porque sé quien desearía que fuera. Se agacha para hablarme.
- Marcos - me llama. Es Maya- ¿estás despierto?
- Si, ¿que te pasa? - le pregunto mientras me incorporo
- Nada, que te vengas a dormir al cuarto
Oh my god.
- No, no te preocupes, aquí estoy bien... -le digo más para convencerme a mi que a ella
- No, venga, aquí hace frío, vamos, vente, por favor
Me incorporo y la veo darme la mano. No voy a discutir con ella si lo que deseo es dormir juntos. Se la doy y me levanto. Caminamos en silencio por el pasillo hasta llegar a la habitación. Maya se mete corriendo en la cama mientras yo cierro la puerta. No sé cómo voy a poder dormir sin tocarla. Sin acercarme a ella. Sin besarla. Pero la respeto más que a mi vida.
Me quito las zapatillas y la sudadera y me meto en la cama. La verdad es que se está muy calentito aquí.- Buenas noches Marcos - me dice mientras se da la vuelta y me da la espalda
- Buenas noches... y feliz cumpleaños abejita...
__________________________A la mañana siguiente
Llevo un rato despierto. Escucho ruido en el jardín. Creo que son las chicas porque las escucho reír y cuchichear. Llevo un rato mirando a Maya mientra duerme. Está preciosa, se la ve tan tranquila así. Tiene su mano en mi cintura y no me he movido mucho para que no la quite. Anoche fue caer en la cama y me quede frito. Maya abre los ojos y me mira en silencio. Se da cuenta donde tiene su mano y la quita despacio.
- Buenos días -le digo sin dejar de mirarla. Está tan guapa con su pelo revuelto
- Buenos días, ¿has dormido bien?
- Si
- ¿Mejor que en el sofá? -me dice levantando una ceja
- Desde luego...Maya, yo quería pedirte...
- Déjalo Marcos. Hoy no, que es mi cumpleaños -me suplica con sus grandes ojos color canela
- Está bien. Pero en algún momento tendremos que hablar -le digo mientras me levanto.
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No puedo ocultar que te quiero (Cross 2)
RomanceMarcos Llorente vuelve a Madrid después de 2 años en el Arsenal. Desde que tuvo un fuerte desengaño amoroso, no ha vuelto a creer en el amor. Hasta que la castaña de ojos verdes se cruza en su camino y sin darse cuenta empieza a caminar descalzo po...