Estoy en casa de Marcos. Le he dicho que tengo que hacer esta llamada. No tengo ningunas putas ganas de hacerla, pero luego pienso en que mi padre está tan a gusto en Málaga creyéndose que puede hacer lo que le dé la gana, y me encrespo más todavía. Así que cojo el móvil y llamo. Al tercer tono contesta.
- Dígame - los pelos se me ponen de punta de escuchar su voz después de tanto tiempo
- Papá, soy yo...
- ¿Maya? Oh, dios, cariño, ¿dónde estás?
- Corta el rollo quieres. No puedes vender la casa... - le digo antes de que intente enredarme
- ¿De qué estás hablando? –me contesta él haciéndose el sorprendido
- Lo sabes perfectamente. Sé que quieres vender la casa de Benalmádena
- Pues no sé quién te lo habrá dicho, pero no es verdad
- Bueno, si no la estuvieras anunciando por internet -no tengo ni idea de si esto es verdad, pero se lo suelto por si acaso.
- Mira Maya, no te tengo que dar explicaciones de lo que hago o dejo de hacer, tú hace tiempo que te fuiste y ya no vives aquí, ya no eres parte de esta familia
- ¿Perdona? ¿De qué familia estás hablando? Ah, claro, de la tuya y de tu amante
- ¡No te permito que hables así de mí!
- ¡Le ponías los cuernos a mamá con ella! Mira papá, que es que ya me da igual...pero no te voy a permitir que vendas la casa
- Tú no eres nadie para decirme lo que puedo o no hacer
- Te equivocas. La casa era de mamá, no tuya, y la heredera, soy yo...consulta a quien quieras. No puedes venderla
- La venderé si me sale de los cojones
- Vale, inténtalo, suerte entonces. Ya te llamará mi abogado
- ¡Maya! Destrozaré la puta casa si hace falta con tal de que tú no la tengas
- ¿Sabes? Es sólo una casa...es una pena que te cargues así todos los recuerdos de mamá. ¿Crees que así vas a hacerme daño? Te equivocas, aquí el que quiere la pasta eres tú, no yo
- Eres una desagradecida. Olvídate de que tienes padre
- ¡Por favor! Si ya ni recuerdo tu cara -y le cuelgo. Apago el teléfono. Joder, he sido más fuerte de lo que yo me esperaba. Pero me siento fatal. Se me ha revuelto todo el estómago.
Vuelvo a la cocina donde está Marcos preparando la cena. Al final no hemos ido a cenar. No tenía ganas de nada. Llego hasta él y me tiro a sus brazos. Él me rodea con su cuerpo y me besa en el cuello.
- ¿Todo bien? –me pregunta separándose. Miro sus ojos y me pierdo. ¿Cómo se puede ser tan guapo? Es que es guapo por fuera y por dentro. Joder, si es que estoy enamorada de él hasta los huesos.
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No puedo ocultar que te quiero (Cross 2)
RomanceMarcos Llorente vuelve a Madrid después de 2 años en el Arsenal. Desde que tuvo un fuerte desengaño amoroso, no ha vuelto a creer en el amor. Hasta que la castaña de ojos verdes se cruza en su camino y sin darse cuenta empieza a caminar descalzo po...