Después de la cena de celebración, han intentado convencerme para que vaya con el resto de los compañeros a celebrar el título a una sala de fiestas. Pero ya estoy camino de mi casa. Tengo ganas de llegar, de ver a mis niñas, de descansar y pensar solo que dentro de 7 días me caso. Todavía no me lo creo. Voy a casarme con Maya, con el amor de mi vida y con mi niña de testigo. Más feliz no se puede ser. Esto es un sueño hecho realidad. El sueño más bonito de mi vida.
El taxi me deja en la puerta de casa. Le pago y me bajo con mi maleta. Abro la puerta con mi llave y entro. Dejo la maleta en la entrada y veo luz en el comedor. Cuando entro me quedo sin respiración. Maya está sentada en el sofá con nuestro bebé en brazos. La está acunando mientras le canta una canción. Tiene una voz muy dulce y la niña está cerrando sus ojitos poco a poco. Maya levanta su cabeza y me ve. Una sonrisa ilumina su cara y a mi el corazón me late muy deprisa. Me acerco poco a poco a ellas. Le acaricio la cabecita a mi bebe y beso a mi mujer.
- Hola guapo - me dice ella susurrando - ¿Cómo estas?
- Cansado, muy cansado, ¿y tú?
- Bien, muy bien. ¿Quieres acostarla?
- ¿No sé despertará? - pregunta dubitativo- está tan dormidita...
- Tranquilo amor, acabo de darle de comer y está frita
Maya acerca a Tamara a mis brazos y yo la cojo. Está tan calentita y huele tan bien. La cojo con mucho cuidado. Aún tengo que acostumbrarme a ella. Salimos del comedor y vamos andando hasta el dormitorio. Maya enciende una pequeña luz cercana a la cuna y abre la ventana para que entre algo de fresco. Con mucho cuidado pongo a Tamara dentro y la arropo con la sábana. La miro durante mucho rato. Sus manitas, sus pequeños bracitos, la forma como abre su boquita. Todo en ella me parece perfecto.
- Te advierto que así podrías estar horas - me dice Maya abrazándome.
- ¡La he echado tanto de menos! Que ahora que estoy aquí no puedo dejar de estar cerca suya
- A mi me pasa igual. Me encanta mirarla mientras duerme.
- Es como un sueño. Ella y tú - me doy la vuelta y la pongo frente a mi- ni en mis mejores sueños podía imaginar algo así.
- Tú si que eres mi sueño amor - Maya me da un beso en los labios y yo la abrazo durante un buen rato mirando como duerme nuestro bebe
- Oye, ¿Dónde está Andrea? No la he visto en todo el día
- Bueno... Borja la llamó para hablar y se ha ido, pero mañana vendrá a verte
- Espero que esté bien. No me gusta nada el Borja este, aunque no lo conozca, tiene nombre de pijo petardo... -le digo riéndome- bueno, voy a darme una ducha, estoy reventado
- Me parece bien cariño -Maya me da un beso en los labios y se separa de mi.
Voy hacia el baño y me quito la camiseta dejándola en la silla. Empiezo a desabrocharme los pantalones cuando siento a Maya abrazarme por detrás. Sus manos acarician mi estómago, mi pecho, trazando círculos en mi piel. Escalofríos recorren todo mi cuerpo, el deseo por ella es inaguantable. Son muchos días sin sentirla, sin estar juntos. Dejo que me acaricie todo lo que quiera. Me doy la vuelta y la miro. Pongo mis manos en su cintura y ataco su boca sin ningún control. Besándola, chupándola, mordisqueándola. Jadea en mis labios y se aprieta más a mi. Me separo y le cojo la mano llevándola dentro del baño. Enciendo la luz del espejo que ilumina lo suficiente para que pueda verla. Voy al armario, abro un cajón y cojo un preservativo. Dejamos la puerta entreabierta para poder escuchar a Tamara.
- Lo siento, lo siento mucho Maya -le digo acercándola hasta la encimera del lavabo- pero me encantaría tomarme tiempo contigo y hacerte el amor tranquilo...pero tengo tantas ganas de estar dentro de ti que me temo que lo que voy a hacer es follarte
Maya se muerde el labio superior. Sus ojos brillan de deseo. Agarra mi cuello con su mano y me atrae para que la bese. Me pierdo en su boca, en sus jugosos labios, los que beso con ardor. Pongo mis manos en sus caderas, le subo la camiseta y poco a poco voy bajándole...
- ¿Maya? ¿Pero que clase de bragas son estas? -le pregunto buscando el borde superior de las bragas que está bastante arriba y además son de un tejido más recio
- Son unas bragas faja -me dice ella rodando sus ojos
- Vale...pero no puedo romperlas...
- Es que no tienes que romperlas Marquitos, quítamelas y punto
- Ya, pero es que yo quería romperlas, ser salvaje... -le digo protestando. Maya rueda sus ojos de nuevo, mirándome fastidiada mientras yo hago pucheros. Ella misma se las quita y las deja por ahí.
Me mira y se quita la camiseta. Veo sus pechos desnudos y se me olvidan las bragas y yo que sé más. Sus pezones son más grandes, sonrosados, sus pechos están muy llenos, más grandes. Se me hace la boca agua. Voy a por ella y la cojo del culo. La subo encima del mueble y me coloco entre sus piernas. Bajo mi cabeza hasta sus pechos y me meto un pezón en la boca. Muevo mi lengua probándolo con avidez. Ella echa su cabeza hacia atrás y pequeños jadeos salen de su boca. Algo de leche materna inunda mi boca. Es un sabor dulce como a arroz con leche. La pruebo de nuevo saboreandola de sus pechos.
Me separo de ellos y vuelvo a besarla. Mi lengua acaricia la suya. Cojo el preservativo, lo rasgo y me lo pongo, viendo como ella me mira embobada. Le abro las piernas y guío mi erección hacia su interior. Voy entrando lentamente, quiero disfrutar la sensación de llenarla, de estar dentro de ella.
- Oh, Marcos. Joder lo que te necesito cariño
Entro por completo y la miro cuando lo hago. Maya deja escapar un suspiro y se agarra a mi cuello. La voy besando mientras me muevo dentro de ella, muy lento, poco a poco. Ella pone sus labios en mi cuello, dándome pequeños besos, lamiéndome. Agarro su culo y la muevo hacia mi, cada vez más rápido, más profundo. Siento como me aprieta, como sus paredes se estrechan. Salgo y entro de este paraíso que es su cuerpo, de su resbaladiza entrada. Como me gusta estar dentro de ella. Maya me mira, sus ojos brillan, su cara preciosa, mordiéndose los labios porque sé que le viene el orgasmo. La agarro más fuerte y me hundo más profundo, ella deja soltar un gritito, se deja caer en mi cuello y la siento correrse, y no me lo pienso, dos estocadas más y me voy con ella, disfrutando de la sensación de llenarla por completo. La abrazo fuerte, le beso el cuello y nos dejamos llevar.
Maya se separa de mi y me mira sonriente. Sus manos siguen abrazadas a mi cuello.
- Bienvenido a casa, mi amor -me dice riéndome. La beso y la abrazo. Dios, como la he echado de menos.
Me ducho tranquilamente, y después de ponerme una camiseta y un boxer me voy a la cama. Me acerco a la cuna y mi bebe sigue dormida moviendo sus bracitos. Le acaricio la cabecita y la tapo. Rodeo la cama y me meto en ella. Maya se acerca a mi y me abraza. Yo pongo mi cabeza en su pecho.
- Duerme todo lo que quieras, mi amor -me dice Maya- que estamos aquí y no nos vamos a ir a ningún sitio, nunca
Mi mujer empieza a acariciarme el pelo y yo me tranquilizo. Escucho los latidos de su corazón y el sueño empieza a invadirme. Poco a poco voy cerrando los ojos y descanso tranquilo.
Que bien se siente estar en casa.
Este capitulo es para mariapr5 espero que te guste primor. Quedan solo 3 capitulos y ya habré subido la historia completa. Es la última de la Saga que voy a editar, pues el resto de las historias, ahora mismo no veo que necesite que lo haga. Gracias por volverla a leer de nuevo.
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No puedo ocultar que te quiero (Cross 2)
RomanceMarcos Llorente vuelve a Madrid después de 2 años en el Arsenal. Desde que tuvo un fuerte desengaño amoroso, no ha vuelto a creer en el amor. Hasta que la castaña de ojos verdes se cruza en su camino y sin darse cuenta empieza a caminar descalzo po...