Una puta hora ha tardado el chino en venir. Una hora en la que he vuelto a estar en los brazos de Marcos. Ha sido increíble, maravilloso y totalmente perfecto. Marcos tiene un puntito de "yo mando" últimamente que me está volviendo loca. Muy loca joder.
Ahora estamos sentados en la mesa cenando. Marcos me mira y se ríe.- No tiene gracia Marcos - le digo intentando ponerme seria- me has roto las bragas, las que iban a juego con el sujetador
- Lo siento, es por tu culpa - me dice mientras se mete un trozo de pollo al limón en la boca
- ¿Yo? ¿Qué he hecho yo para que me las rompas?
- Estar tan buena
- Tonto - le digo mientras ruedo mis ojos. Este jueguecito de seducción que nos traemos es bastante divertido. Marcos no se calla nada de lo que quiere. Y me gusta.
- Oye, ¿Te puedo hacer una pregunta? - me dice mientras coge pan de gambas
- Claro, dime
- ¿Vas a hacer más trabajos de modelo?
- Puff. No creo. Me han llamado para varias cosas pero es que no lo veo... yo no soy modelo y la verdad es que no me gusta
- Pues se te da muy bien
- A ver, es verdad que está muy bien pagado, pero me gusta mi vida así como la tengo, y además quiero centrarme en mi carrera
- Si estás segura, adelante. Lo mejor es poder cumplir tus sueños
Y lo miro ensimismada. No hace mucho soñaba con una vida con él, algo como lo que tienen Claudia y Marco. Y ahora, ya no quiero ni soñar porque la vida te cambia en un instante. Terminamos de cenar y recogemos en silencio la mesa. Ayudo a Marcos a llevar las cosas a la cocina y me acerco a la ventana para mirar la luna. Me he puesto triste de pronto al acordarme de todo esto. Es verdad que así como estamos, estamos, pero yo quiero más. Lo quiero todo de él. Y que sea mio, solo mio.
- ¿Estas bien Maya? - me pregunta mientras me abraza
- Si - le contesto dándome la vuelta. Pongo mis manos en su cuello y nos quedamos mirándonos
- No quiero verte triste. De vez en cuando me miras y te callas. Creo que no puedes evitar pensar en lo que ha pasado
- Me conoces muy bien Marcos - le digo mientras apoyo mi cabeza en su pecho. Puedo escuchar como su corazón late muy deprisa
- Lo siento, lo siento, y mil veces lo siento...
- Lo sé, no te preocupes, estoy bien
- ¿Puedo hacer algo para que te sientas mejor? - me dice separándose de mí y mirándome preocupado
- Tranquilo, estoy bien
- ¿Segura? -me mira con picardía. Sé a lo que se refiere. Y no puedo negarme. Le sonrío y muerdo mis labios intentando parecer seductora.
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No puedo ocultar que te quiero (Cross 2)
RomanceMarcos Llorente vuelve a Madrid después de 2 años en el Arsenal. Desde que tuvo un fuerte desengaño amoroso, no ha vuelto a creer en el amor. Hasta que la castaña de ojos verdes se cruza en su camino y sin darse cuenta empieza a caminar descalzo po...