Creo que los he sorprendido a los dos. Ninguno me esperaba. Claudia aún no es capaz de reaccionar y Marco aún sigue con el ceño fruncido. Y lo mejor es, la preciosidad de castaña de ojos marrones que me mira fijamente y cuyas mejillas se sonrojan en cuanto le devuelvo la mirada. Ésta debe ser la niñera. Mi amiga Claudia me contó que habían contratado a un dulce de niña para que los ayudara con los peques. Desde luego que lo es. Tiene una cara preciosa que ahora mismo no puedo dejar de mirar.
- ¡Dios mío! ¿Qué haces aquí Marcos? - me pregunta Claudia mientras se arroja a mis brazos y me aprieta muy fuerte. La adoro. Es mi mejor amiga. Ha pasado por mucho para estar donde está, con su marido Marco y con sus dos hijos.
- Nada, que pasaba por aquí - le contesto vacilándola mientras se separa y me mira arqueando una ceja
- ¡Tito Marcos! - grita mi chica favorita mientras corre y me echa los bracitos para que la coja. Que grande está ya. La última vez que la vi fue este verano y aun no pronunciaba bien mi nombre.
- ¡Pero bueno! ¡Que mayor estas! - le digo mientras la estrecho entre mis brazos. La he echado tanto de menos. Su cara, su olor a bebé, su sonrisa. Cuando me vendieron al Arsenal sólo tenía 15 días y fue a quien más me dolió dejar. Era tan pequeña.
- Tú también estás más grande tito -me dice ella mientras me acaricia la cara. Es que no se puede ser más bonita.
La abrazo otra vez y la dejo en el suelo. Me acerco a ver a Lucas y sonrío. Tiene toda la cara de Claudia. Es precioso y está tan bonito dormido. Mi amiga me mira con los brazos cruzados. Sé que se está preguntando qué hago aquí.
- Bueno, ¿que hay de comer? - les pregunto- porque no he probado nada desde el desayuno
-Hasta que no me digas que haces aquí no pienso darte de comer -me dice Claudia mirándome aún algo molesta
- Dame de comer y te cuento, porfi -le digo poniendo mis dos manos juntas
- Anda, pasa - dice Marco mientras me coge del brazo y me lleva hasta la mesa. Miro a la niñera y se va a la cocina para volver unos segundos después con un plato y cubiertos para mi. Me siento en la mesa y los pone delante. Le doy las gracias mirándola a los ojos y ella se pone de nuevo como un tomate. Se sienta justo enfrente de mi. Bien, así puedo mirarla con más tranquilidad.
- Ah vaya - dice Claudia señalando a la castaña - se nos ha olvidado. Maya, este es Marcos, y ella es...
-... la niñera... - digo terminando la frase mientras levanto los ojos y la miro. Ha dado un respingo y me mira confusa. Su cara sonrosada. No lleva nada de maquillaje. Punto para ella.
- No tito no - me dice Maria regañándome- no es la niñera, Maya es nuestra amiga.
- Ah vale, cariño, no lo sabía, perdona - le digo mientras la ayudo a sentarse en la trona- encantado de conocerte, Maya. Me han hablado mucho de ti
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No puedo ocultar que te quiero (Cross 2)
RomanceMarcos Llorente vuelve a Madrid después de 2 años en el Arsenal. Desde que tuvo un fuerte desengaño amoroso, no ha vuelto a creer en el amor. Hasta que la castaña de ojos verdes se cruza en su camino y sin darse cuenta empieza a caminar descalzo po...