Me lo he pasado muy bien en la cena. Todo lo nerviosa que estaba por estar con Marcos, se me ha pasado en cuando hemos empezado a hablar. Es un chico muy inteligente y puedes hablar de cualquier cosa con él. Me ha preguntado por la carrera y se le veía realmente interesado. También hemos hablado de fútbol, algo que le apasiona. La comida ha ayudado mucho. Todo estaba buenísimo. Ni siquiera me ha dejado pagar, así que le he dicho que lo invitaba al postre, pero que tenía que ser cerca de mi casa. Voy a llevarlo a mi sitio preferido.
Marcos ha aparcado el coche cerca de donde vivo y vamos dando un paseo. Casi no puedo creerme que este aquí conmigo. Está noche no la voy a olvidar en la vida. Lo miro disimuladamente y un escalofrío me recorre el cuerpo.
- ¿Tienes frio Maya? -me pregunta mientras me mira con esa intensidad en su mirada que a veces me deja sin respiración
- Un poco sólo. Todavía no me acostumbro al clima de Madrid -le digo mientras tirito
- Anda, toma, ponte mi chaqueta -me dice mientras se la quita y se pone delante de mí para que me la ponga. Dios, es que encima está preocupado por mi.
- No hace falta Marcos, de verdad. Te vas a quedar tú helado.
- Tranquila, voy bien abrigado -me dice mirándome a los ojos. Me muero, de verdad que me muero. Le miro a los labios porque desearía besárselos. Tiene labios besables.
- Gracias. Mira, ya hemos llegado -le digo mientras me apretujo en su chaqueta. Huele tan bien a él. Y está tan calentita.
Estamos en la puerta de "el jardín secreto". Me encanta este sitio. Tiene mucha magia y suelo venir a tomarme un café tranquilamente mientras leo algún libro o simplemente para pensar. Entramos y saludo a Jorge, uno de los camareros. Tuvo un rollo con Rubén al principio de mudarme con él, y aunque no salió bien, han quedado como amigos. Voy y le pido una mesa más apartada. Marcos no deja de ser quien es, y no creo que le apetezca que la gente lo esté mirando.
Jorge nos sienta al fondo de uno de los salones. Es una mesa que tiene dos sillas tapizadas en rojo muy bonitas . Miles de lucecitas de baja intensidad nos rodean. La música es suave. Es el ambiente perfecto. Y más si vienes acompañada. Y más si es con Marcos.
- Este sitio es muy bonito -me dice Marcos mirándolo todo
- Me alegro que te guste. Suelo venir a desayunar o a merendar de vez en cuando. Queda muy cerca de casa y el camarero es amigo de Rubén...
- ¿De Rubén? -me pregunta frunciendo el ceño
- Si...mi compañero de piso
- No sabía que tenías compañero de piso.
- Si, llevamos un año viviendo juntos. Lo conocí a través de un anuncio que había puesto buscando compañero de piso. Es de Ávila y nos llevamos muy bien.
- Bueno Maya, tú es que te llevas bien con todo el mundo
- Si, es verdad. Es que soy muy sociable...bueno, ¿Qué te apetece?
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No puedo ocultar que te quiero (Cross 2)
Roman d'amourMarcos Llorente vuelve a Madrid después de 2 años en el Arsenal. Desde que tuvo un fuerte desengaño amoroso, no ha vuelto a creer en el amor. Hasta que la castaña de ojos verdes se cruza en su camino y sin darse cuenta empieza a caminar descalzo po...