Estoy en la habitación de Claudia preparándonos para bajar a cenar. La noche la vamos a pasar aquí en París, y hasta mañana por la mañana no regresaremos a Madrid. El hotel tiene una enorme discoteca que han puesto a disposición de todo el equipo para celebrar el título después de la cena. La madre de Claudia se ha ofrecido a quedarse con los niños, porque, según ella, la noche es joven y hay que disfrutarla.
Salgo del baño y busco una de mis pulseras para ponérmela y completar mi look.
- Buau... - me dice Claudia- si fuera lesbiana me enrollaba contigo ahora mismo, estás buenísima nena...
Me río porque ella también está muy guapa con su vestido rojo con la espalda al aire. Me miro al espejo para ver como me queda el vestido y hago una mueca. Pues es verdad, no estoy nada mal.
- Cuando cierto rubio te vea, se va a caer de espaldas
- Me da igual - digo para que Claudia me mire riéndose
-Jajaja, perdona, eso no te lo crees ni tú -me dice mientras termina de pintarse los labios con un color rojo pasión. El mismo que llevo yo. Desde que me lo compré en KiKo, es el único que uso.
- No quiero que me haga daño otra vez... - le digo seria y algo melancólica
- Cariño, y no te lo va hacer, pero... ¿Sabes? Tú cuerpo se merece darse un capricho, y si es un bombón rubio, mejor
- ¿Tú quieres que yo me lo beneficie? -le pregunto cruzando mis brazos
- Se dice follar, cariño, ¿Tú no?
Ruedo mis ojos y encojo mis hombros. Realmente lo deseo, muchísimo. Pero no quiero volver a lo mismo, ahora que estoy pegando los trozos de mi corazón, no puedo permitirme que se despeguen. Salimos de la habitación riéndonos y nos dirigimos al ascensor para bajar al comedor. Y no puedo evitar sentirme nerviosa porque voy a verlo otra vez.
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Acabamos de llegar a la discoteca del hotel. Son casi las 2 de la mañana. La cena ha estado genial. Me ha gustado mucho el ambiente. Y la manera que tiene el equipo de festejar las victorias. Aquí en el Real Madrid, son todos una familia, y me encanta.
En cuanto entramos al salón, mis ojos se fueron a él, a Marcos. No lo tenía muy cerca de donde yo estaba, pero, lo suficiente para saber en cada momento lo que hacía o dejaba de hacer. En plan acosadora. Hubo un momento que le pidieron que se subiera a una silla y enseñara las abdominales. Lo hizo. Dejándome peor de lo que estoy. Porque mi cuerpo lo echa de menos con cada fibra de mi ser. Y estar lejos de él sigue doliendo.
En la discoteca estamos todo el equipo y los familiares. No han dejado que entre gente de la calle porque quieren que sea una fiesta privada. La sala tiene dos plantas, y nos movemos entre arriba y abajo. Ahora mismo María, Claudia y yo estamos en una esquina de la barra de abajo brindando con champan. La música que ponen es bastante buena y yo no he dejado de moverme desde que llegamos.
Sara no ha venido al partido. Al parecer Isco y ella se pelearon días antes de la final, y ella no ha hecho el esfuerzo de por lo menos hacer las paces y acompañar a su chico. Me da mucha rabia que Sara sea así. Isco no se lo merece para nada.
- Por María -dice Claudia levantando su copa- porque va a tener otro de los bebés más guapos del mundo
- Te has quedado tonta mirando a Marcos mientras se quitaba la camiseta -me dice María porque, efectivamente, lo estoy buscando de nuevo
- Nooo....que va. ¡Tía que le hago! Si es que está muy bueno, y no puedes poner un bombón ahí delante y hacer como que no existe
- Pues vuelve con él. No alargues más esta agonía
- No puedo, de verdad. Ahora mismo no puedo. Estoy confusa con respecto a él
- Pues acuéstate con él, y por lo menos te desahogas, que tienes una cara de alma en pena cada vez que lo miras
- ¡No es verdad! -le digo indignada.
Bueno, un poco si lo es. Es que no puede acostumbrarme a estar sin él y también a tener tanto sexo con él, y luego de un día para otro, cero patatero. Sobre todo cuando ha desfilado delante de mi sin camiseta hace un rato. A lo mejor debería ser más visceral y pensar en eso con él, en tener sólo sexo. Pero, ¿lo aguantaría mi corazón ?
- Paso de ti señora Asensio, me voy a bailar.
-¡Espera, que nos vamos contigo!
- Si lo que quiero es librarme de ti, no que me sigas
Claudia me abraza y se ríe. Nos vamos las tres a la pista de baile, mientras vemos por allí a algunos jugadores bailando, bebiendo, haciendo el tonto. El que no suelta la copa es Sergio Ramos, creo que esta noche hasta duerme con ella. Empezamos a movernos y a bailar como locas, hasta que ponen una canción de India Martínez que me gusta mucho, y como buena andaluza que soy, empiezo a mover mis manos cual gitana fuera. Isco que está cerca, viene a mi. Creo que ahora mismo, junto con Sergio Ramos, somos de los pocos andaluces que hay en la fiesta.
Empezamos los dos a bailar, moviendo nuestros cuerpos al compás de la música como si toda la vida hubiéramos estado en un tablao flamenco. La verdad es que el de Arroyo de la Miel, no baila nada más. Cuando termina la canción, nos abrazamos riéndonos y veo que hay mucha gente aplaudiéndonos. Yo es que me muero de la vergüenza con estas cosas.
- ¿Cómo estás arroyero? -le pregunto a Isco sin soltarme de su abrazo
- Estoy niña. Pero bueno, tampoco voy a estar amargado. Ella se lo pierde, ¿no?
- Tú lo has dicho
Le doy un enorme beso en la mejilla a mi malagueño favorito. Nos soltamos y seguimos bailando. Menos mal que cambian la música y ponen algo más movido. Empiezo a mover mis manos, mi cintura y mis hombros siguiendo el insinuante ritmo. Es que mi cuerpo se mueve solo cuando de bailar se trata. Me doy la vuelta y alzo mis ojos mirando a la parte de arriba de la discoteca. Marcos está allí, apoyado en la barandilla mirándome. Creo que me ha visto antes con Isco. Yo no dejo de moverme, y esta vez no dejo de mirarlo mientras bailo. Con mis manos me levanto el pelo y lo dejo caer muy sensualmente. Me mojo los labios y lo miro retándolo. Me doy la vuelta y sigo bailando. Me gusta mucho esta canción.
Sigo con mis movimientos ajena a todo, cuando minutos después, siento una mano que se posa en mi cintura y una boca que se acerca a mi cuello. No hace falta que me dé la vuelta para saber quien es, reconocería esos labios en cualquier parte del mundo. Sigo moviéndome mientras Marcos me acerca más a él. Pongo mis manos en su cuello y lo acaricio. Su mano sube por mi cintura y acaricia mi costado. Me doy la vuelta y pongo ambas manos en su nuca. Nos miramos y me muerdo el labio. Sus ojos me miran con deseo. Estoy a punto de besarlo, aquí delante de todo el mundo.
Y es lo en lo único que puedo pensar.
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No puedo ocultar que te quiero (Cross 2)
RomanceMarcos Llorente vuelve a Madrid después de 2 años en el Arsenal. Desde que tuvo un fuerte desengaño amoroso, no ha vuelto a creer en el amor. Hasta que la castaña de ojos verdes se cruza en su camino y sin darse cuenta empieza a caminar descalzo po...