Marcos Llorente vuelve a Madrid después de 2 años en el Arsenal. Desde que tuvo un fuerte desengaño amoroso, no ha vuelto a creer en el amor.
Hasta que la castaña de ojos verdes se cruza en su camino y sin darse cuenta empieza a caminar descalzo po...
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Mediados de Enero
Hoy es el cumpleaños de Marco y lo vamos a celebra con todos nuestros amigos en casa. Claudia acaba de traer la tarta y no nos ha dejado verla. La miro con cara de pena mientras la mete en la nevera y pasa de mi olímpicamente, así que vuelvo al salón donde están todos los demás. Hoy Marcos tiene que compartir todas las atenciones con Alejandra, la pequeña de Nacho y María que con tan sólo 10 días nos trae locos a todos. Vino unos días más tarde de lo que debería, pero por suerte todo fue bien y es una niña preciosa. Me da una envidia que no veas. Salgo al jardín donde están María, Isa, Andrea y Claudia. Reunión de chicas.
La que no está es Sara, últimamente la vemos poco. Cosas de trabajo según ella. Pero es que ni siquiera hablamos ya por teléfono, no sé, al final Claudia va a tener razón. Me acerco a mi prima y la abrazo. Nos vemos más ahora que cuando éramos pequeñas. Estoy tan feliz de haber recuperado el contacto con ella. Quedamos mucho. O salimos por ahí con las chicas o se viene a casa a cenar o a comer. No hay día en el que no hablemos. Andrea me acaricia la barriga y sonríe.
- Cada día se te nota más - me dice riéndose
- Si, ya tengo barriguita. Oye, ¿y tu novio? ¿No va a venir?
- No, no le he dicho que venía... Le interesa demasiado que tú seas la novia de un jugador del Madrid y paso de mezclarlo con nosotros. Seguro que viene y quiere hacer negocios
- Lo que tú veas cariño
- Además, así puedo mirarle el culo a Mario Casas... que mira que está bueno el tío
- ¡Está tremendo! - contesta María - pero esto es una putada, tenéis aquí un bombón y yo estoy a dieta
- ¿A dieta? - le pregunto extrañada. Tampoco es que haya cogido tanto peso.
- La cuarentena Maya - y Claudia y ella se ríen - ya me lo dirás tú cuando Marcos y tú estéis un mes y medio sin sexo
-¿Tanto? - les pregunto asombrada mientras hasta Isa asiente riéndose - no creo que aguante, no aguanto ahora
- Es que embarazada te apetece más - dice Claudia y yo le doy la razón - a todas horas
- Pues a ver si yo embarazo a mi novio - dice Andrea bebiendo de su bebida. La miro y la abrazo. Con lo guapa y maravillosa que es y que esté con ese capullo de Borja
- Bueno cariño -le dice Claudia riéndose y señalándome con sus ojos a Isco- más de uno te daba a ti candela
Nos reímos y Andrea me mira sin saber de lo que hablamos. Cambiamos de tema y veo Marcos que sale al jardín llevando a Alejandra en sus brazos y nos ve riéndose. Lo miro embolada y un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Me produce tanta ternura verlo así. Y está tremendamente bueno. Va a ser un padre sexy, muy sexy. Llega hasta a mi y me da un dulce beso en los labios.
- La baba Maya -me dice Claudia. Yo la miro y le saco la lengua
- ¿Has visto que cosita tan linda? -me pregunta Marcos acercando el bebe a mi para que la vea. La niña está frita en sus brazos. Tiene una carita preciosa. Los dos la miramos embobados
- Si que es guapa si. Si es que vosotros los del Madrid sólo sabéis hacer bebes bonitos -le digo a mi novio
- Bueno abejita, que a mi lo de hacer se me da muy bien -me dice con una sonrisa traviesa. Lo miro riéndome y le doy un beso en la mejilla
-Claudia, por favor. Saca ya la tarta. No aguanto más de los nervios
Claudia rueda sus ojos y se ríe. Se va hacia la puerta de la cocina que también da al jardín para sacar la tarta. Así que entramos dentro todos. Hoy hay mucha gente aquí que quiere celebrar el cumpleaños de Marcos y saber el sexo del bebe. Gente que nos quiere. Me acerco a la mesa del comedor y llega Marcos después de haber puesto a Alejandra en su cuna. Me abraza. Sus padres se ponen a su lado y mi pequeña María me coge la mano nerviosa también. Me agacho para hablar con ella.
- ¿Tú que quieres que sea cariño? -le pregunto
- Yo quiero una prima
- Vale, ¿y si es un primo?
- Como dice mama, también lo tendré que querer
Me rio por sus ocurrencias y le revuelvo el pelo. Claudia y Marco vienen con la tarta. La dejan encima de la mesa y solo se escuchan exclamaciones. Es una pasada. O sea, no he visto en mi vida una tarta tan chula. Simula una caja de juguetes y dentro hay un bebe rebuscando, al que no se le ve la cara. Le han puesto las velas con el numero 26. Así que le cantamos a Marcos el cumpleaños feliz y él las sopla después de pedir su deseo. Se da la vuelta y me besa. Nos miramos y los dos pensamos lo mismo.
- Te quiero -me dice Marcos abrazándome
- Y yo a ti
- Venga Marcos -le dice Claudia tendiéndole un cuchillo- haz los honores
Marcos coge el cuchillo y yo suspiro. Estoy nerviosa. Marcos coge mi mano para que le ayude a cortar la tarta. Ponemos el cuchillo en ella y cortamos un trozo en forma de triángulo. Vamos a ponerlo en un plato y todos empiezan a gritar porque se ve el color del bizcocho perfectamente. Yo me muerdo los labios y siento como las lágrimas corren por mis mejillas. Marcos se ha quedado parado. Se da la vuelta y con sus dedos me limpia las lágrimas.
- Una niña -me dice también con los ojos brillantes- vamos a tener una niña
- Si, si -le contesto abrazándolo. Joder, que feliz soy.
- Vamos a tener una mini-Maya por aquí, que felicidad cariño
Todos se acercan a nosotros a abrazarnos. Y yo no puedo dejar de llorar, por las hormonas y por todo. Abrazo a la madre de Marcos un buen rato y veo en sus ojos felicidad.
- Mira que cara tiene mi hijo -me dice ella algo más alejadas de la reunión- nunca lo había visto tan feliz
- Si, está feliz y yo estoy que me muero
- Me alegro tanto de todo esto que os está pasando. Marcos lo ha pasado tan mal, y bueno, por lo menos ya no le dan los ataques de ansiedad que le daban, ahora está más recuperado
- ¿Ataques de ansiedad? -le pregunto a Mª Ángeles separándome de ella y bastante preocupada por lo que me está diciendo porque no sé de lo que me habla
- ¿No lo sabias? -me pregunta confundida
- No, no lo sabía -miro a Marcos y lo veo hablando con Isco y Marco riéndose. Lo miro extrañada. No tenía ni idea de lo que le pasaba
- Será mejor que hables con él, creo que yo ya he metido la pata lo suficiente, pero Maya, estate tranquila, ahora ya está mejor
Mª Ángeles me da un beso en la mejilla y coge el trozo de tarta que le ofrece su marido. Si, claro que hablaré con él.
Pero tengo que hacerlo con mucho cuidado y mucho tacto, si no me lo ha contado antes, será por algo.
