78. Lluvia

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Empezó a llover hace un rato

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Empezó a llover hace un rato. Al principio fue una lluvia débil, pero ahora es de esas que si sales fuera te mojas entera. Es maravilloso estar acostada y escuchar como llueve fuera. Tengo mi cabeza en el pecho de Marcos. Puedo escuchar como late su corazón. Aún duerme.

Ayer fuimos a comer con Isco y Andrea y luego nos vinimos a casa a ver una película. Se quedaron a cenar y acabaron haciendo un concurso de nombres de bebe. Me da mucha pena mi prima. No se merece lo que está pasando. Es demasiado buena persona para estar con semejante capullo. 

Marcos se va el miércoles a Milán. No quiero ni pensar en todo lo que vendrá después, porque aunque ya han dado la convocatoria de los primeros seleccionados para el mundial, los que vayan a ir del Madrid no lo dirán hasta el domingo, después de la final de la Champions. Le he dicho a Marcos que no se preocupe que todo estará bien, pero estoy muerta de miedo.

No quiero pasar por todo esto sin él, pero no puedo decírselo, porque entonces lo pondría peor de lo que está. Tengo mucha suerte con las personas que tengo a mi alrededor, porque sé que no me van a dejar sola. De hecho Andrea se viene el miércoles por la mañana conmigo y dice que se quedara indefinidamente. Se lo agradezco muchísimo. Estoy más tranquila estando con ella. Dice que va a teletrabajar y cuando tenga que ir al gimnasio, pues ya vendrá alguna de las chicas o la madre de Marcos. Ella también le ha dicho que esté tranquilo, que cuidarán de nosotras. Y sé que lo hará. También estoy más tranquila sabiendo que sus padres estarán conmigo. 

Mi pequeña también está despierta. No para de darme patadas. La muy bruja me lo hace saber cada vez que no le gusta la postura en la que estoy. Aún recuerdo la primera vez que se movió. Estábamos sentados en el sofá viendo una película, cuando sentí un movimiento en la barriga que me dejó inmóvil. No le dije nada a Marcos pensando que eran imaginaciones mías, pero cuando se volvió a repetir, ya no había duda de que mi pequeña ya estaba haciendo acto de presencia. La cara de Marcos cuando lo notó, fue de felicidad extrema. Se puso a llorar y me lleno de besos.

- Tu hija me acaba de despertar -me dice Marcos acariciándome el brazo

- No me extraña, está muy juguetona esta mañana

- Buenos días abejita -Marcos baja su cabeza y me da un suave beso en los labios

- Buenos días. Está lloviendo un montón

- Si, lo sé. Como que hoy nos quedamos aquí y no vamos a ningún sitio -me dice acariciándomela espalda. Se me pone la piel de gallina de sentir sus manos en mi piel.

- Me parece perfecto. ¿Nos quedamos en la cama hasta la hora de comer?

- Vale, pero te digo que no aguantas tanto rato tumbada, que luego empiezas conque te duele la espalda

- Ya, pero que hago si la enana está cada día más grande.

Me muevo del lado de Marcos porque ya no puedo con esta postura. Me pongo boca arriba dándome la vuelta para mirarlo. Está tan guapo recién levantado. Sigue siendo un dios griego y ahora que se acuesta con menos ropa más todavía. Dice que yo pego un calor en extremo. Creo que más bien lo hace para provocarme porque mis hormonas ya están enloquecidas y lo deseo a todas horas. Me muerdo el labio y sonrío. Marcos pone sus manos en mi vientre y acerca sus labios a él.

No puedo ocultar que te quiero (Cross 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora