La Emboscada

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Draudillon Oriculus golpeo su cabeza contra un escritorio de madera.

Después de que el impacto llegara hizo una mueca de disgusto

Debido a sus cualidades como semidragón podía pasar grandes cantidades de tiempo sin necesidad de dormir.

Por esa misma razón su primer ministro le encargo la tarea de sellar y aprobar documentos,

Después de la conquista del reino de los hombres bestia Ainz le había cedido los territorios

Bajo su dominio.

Eso requería un gran nivel de planeación.

Para comenzar la nobleza del país era fuertemente escasa, después de tantos años de guerra tanto sus reservas económicas como el territorio que fue arrebatado y utilizado como granja se encontraban devastados.

No solo debía re construir sino también debía poner algunos nobles en su nuevo territorio...

Pero todo requería dinero, dinero que no poseía...

Con disgusto sostuvo su cabeza entre sus manos, podría pedirle un préstamo a Ainz Ooal Gown... pero seria abusar de su generosidad.

Tendría que conseguir los fondos de algún otro lugar.

¡Ahhhh! Necesito beber...

Mientras destapaba la jarra de cristal con alcohol se detuvo un momento.

Había escuchado que a los hombres no les agradaban las mujeres que bebían demasiado alcohol...

Mientras apoyaba con suavidad su rostro en la mesa acaricio un mechón de su cabello mientras daba cabida a la pregunta de su corazón.

(¿A él le disgustaría que beba alcohol?)

Después de eso llevo su mano libre a los labios...

Aquella vez pasaron tantas cosas que al final... ¿Ainz realmente estará bien?

Recordando el rostro consternado después de que la capital de los hombres bestia desapareciera.

Tomando fuerzas se levantó de su asiento, en ese momento apareció una mujer joven que se apresuró en dirección a Draudillon.

-draudillon-sama ¿piensa ir a ese lugar de nuevo?

-"claro que si, después de todo a Ainz-dono le preocupaba la salud de esos... niños" con cierta dificultad escupió esas últimas palabras.

La sirvienta con mirada perspicaz simplemente asintió, del mismo modo que draudillon compartían su "incomodidad" con esos niños después de todo.

Pero al mencionar el nombre de Ainz la sirvienta simplemente no podía negarse a seguirla, después de todo aunque sea por un breve instante ella había sido rescatada por El Rey Hechicero.

Con cierta complicidad ambas sonrieron mientras salían de la tienda.

Por asuntos relacionados con la reorganización del nuevo territorio se encontraba en una antigua ciudad de los hombres bestia.

En la salida se encontraban algunos de los caballeros del Reino oriental (reino de Ainz)
Como aún se encontraban en proceso para estrechar lazos con los hombres bestia residentes, ella era custodiada solo por precaución.

Estaba segura de que no se animarían a levantar una mano después de las brutales batallas libradas con el poder de los no muertos prestados por Ainz, sin embargo les sería difícil someterse a los seres humanos que para los hombres bestia no habían sido más que ganado.

Overlord/Un Mundo diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora