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Peluches

perdicuenta aquí esta, espero que te guste, te quiero mucho, te cuidas y l@s dejo para que lean ❤❤❤

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Desde niño, la vida no a tratado a Peter de la mejor manera ya que todo el tiempo debe sucederle algo malo o extraño que muchas veces causaron sus pesadillas.

Cuando era un pequeño niño siempre durmió en compañía de sus padres y cuando lamentablemente murieron se tuvo que ir con sus tíos quienes los primeros meses lo dejaron dormir en la misma cama que ellos, pero cuando comenzaba a salir del duelo le dieron su propia habitación y ahí comenzaron las pesadillas, hasta ese momento la más recurrente trataba sobre sus padres y siempre terminaba con un pequeño Peter llorando y encontrando la calma en la almohada que abrazaba.

Luego se convirtió en Spider-Man y casi al mismo tiempo la muerte se llevó a su tío. Esa muerte y algunos de los sucesos que vivió como Spider-Man se repetían constantemente en sus pesadillas y lo único que lo calmaba era ese peluche algo desgastado de su idolo Iron Man.

El tiempo pasaba, pero sus pesadillas jamás se calmaban y pronto comenzó a tener una colección de peluches suaves y abrazables que lo tranquilizaban y ayudaban a no tener más pesadillas, Peter tenía 15 años pero eso en verdad lo dejaba en paz pues dormir alrededor de todos ellos era reconfortante y lo hacía sentir bien.

Justo a los 15 años tuvo la oportunidad de conocer a todos los Vengadores, el equipo lo amo y lo cuidaban mucho por ser el más pequeño de la familia.

Peter pasaba mucho tiempo en la torre, ya tenía su propia habitación y debajo de la gran cama había una caja, donde al inicio todos pensaban que traía un poco de ropa, pero en realidad ahí estaban sus compañeros de noche: los peluches. Muchos de ellos eran de los Vengadores y le daba algo de pena, sabía que alguien de su edad no debe dormir con peluches, pero eso lo ayudaba demasiado.

En una tarde donde todos estaban juntos, Tony soltó de repente.
-¿No les gustaría unas vacaciones?-. Tony los miró a todos quienes solo lo estaban pensando.

-Creo que podemos tomarnos al menos dos días-. Dijo Natasha primero que todos.

-Suena bien, me gusta la idea-. Dijo Clint y todos se mostraron de acuerdo con esa idea. Peter estaba algo nervioso más que nada por sus queridos peluches, pero después se encargará de eso.

Las pequeñas vacaciones comenzarían el viernes y el domingo se regresarian. Tony les había dicho que su destino era la playa, pues con ese verano tan caluroso el mar sonaba como una buena opción, se ospedarian en un hotel de lujo que tenía una hermosa vista al mar.

Los días pasaban y el viernes llegó. Casi todos tenían su maleta lista y ahora solo esperaban a que Clint terminara de alistar la suya pues lo dejo al último y ahora estaba tratando de cerrarla con todo desacomodado dentro.

Ya estaban de camino a su hotel, Peter se aferraba a la maleta más chica que llevaba con él, nadie lo cuestionó y siguieron haciendo algunos juegos para no aburrirse por el camino.

Al llegar solo descansaron, mañana sería el día de las actividades.

La mañana del sábado los iluminó y Peter comenzó a guardar sus peluches en la pequeña maleta donde iban para que nadie los viera y siguieron con las actividades que tenían planeadas.

Para el medio día Peter ya estaba cansado y decidió irse a dormir un rato, nado demasiado.

-Voy a ir a dormir, estoy cansado-. Peter se estiró y los miró.

-Esta bien chico, estaremos ahí pronto-. Tony se despidió de él.

-En una hora Clint, Tony y yo te vemos, vamos a ir al spa por si necesitas algo, también puedes llamar pero te perderias de Clint tratando de comerse las mascarillas naturales-. Le dijo Natasha mientras le sonreía y Peter le regresaba la sonrisa imaginando a Clint.

-Oye, algunas saben bien, menos las que llevan huevo esas cosas son horribles-. Se defendió Clint y Peter se fue de ahí con una sonrisa cansada.

Cuando el chico llego a su habitación, saco todos sus peluches y los acomodó como siempre lo hacía, siendo las figuras principales los peluches de los Vengadores y con la certeza de que iba a estar bien, se quedó dormido sin importarle que la puerta estaba abierta, algo que la suerte Parker aprovecharía.

Paso una hora y todos habían llegado y con su llegada la suerte Parker entro en acción pues ya habían comprado algo para comer y el único que faltaba era Peter, así que Tony fue a despertarlo.

Cuando vio la imagen frente a él, le dio mucha ternura. El niño estaba abrazado a varios peluches de animalitos y su cabeza estaba sobre una linda jirafa morada, varios de sus rizos caían sobre su frente, pero los más largos estaban sobre los peluches del equipo.

Tony salió del trance de ternura cuando un flash lo deslumbró, giro un poco y vio que todos estaban ahí.

-Es tan tierno, quiero abrazarlo-. Dijo Natasha en un tono sueve.

-Tiene un peluche mio-. Clint se emocionó y dio algunos saltitos.

-Deberíamos dejarlo dormir más e imprimir la foto que Clint le tomo-. Sugirió Steve.

-La última vez que se quedo dormido y no comió, se despertó enojado y Peter enojado no es algo agradable de ver-. Les dijo Tony así que todos fueron a despertarlo.

Lo movieron con cuidado y poco a poco el chico comenzó a abrir los ojos.

-Hola-. Peter les dijo con su voz de recién despierto pues esa hora lo ayudo mucho y de repente se dio cuenta del lugar donde estaba, con quien estaba y con que estaba. 

Peter trató de esconder a sus queridos peluches debajo de la manta, pero ya era demasiado tarde.

-No te preocupes chico-. Tony lo detuvo antes de que entrara aún más en pánico.

-No es nada, lo juro-. Peter les sonrió nervioso.

-¿Por qué duermes con peluches?-. Le preguntó Steve.

Peter bajo la mirada y comenzó a jugar con sus manos.
-Desde niño tengo pesadillas y siempre necesite dormir con alguien, pero debía dormir solo así que opté por lo peluches y las pesadillas nunca están siempre y cuando algún peluche me acompañe y termine con esta pequeña colección-. A Peter le dio vergüenza mostrarse así, esperaba las risas o algunas burlas pero solo recibió una mano en el hombro, levantó la mirada y los vio a todos.

-Eso esta bien, cada uno tiene un método para librarse de las pesadillas, además Clint se emocionó porque tienes un peluche de él-. Le dijo Natasha mostrandose sincera, a esa mujer le encanta molestar a su mejor amigo.

-¡Es genial!, ¿Lo puedo ver?-. Clint le quito la seriedad al momento y Peter le paso el peluche que May le hizo cuando tenía 10 años.

-Hasta tiene flechitas-. Clint abrazó al peliche y Peter sonrió, sintiendose tranquilo por las reacciones.

Fueron a comer y siguieron con las actividades, esa vez que salieron, Peter no se molesto en guardad a sus peluches.

En último día que estuvieron ahí hablaron del origen de algunos peluches, como los de ellos que descubrieron que May se los hizo para su cumpleaños o para navidad, algunos tenían historias graciosas como la jirafa morada que se la dio una pequeña niña como agradecimiento por ayudarla a comprar un helado y hubo uno con una historia especial.

-El Iron Man se ve algo desgastado, tiene un brazo cocido, pero me lo dio mi tío Ben y no lo voy a tirar aunque tenga que coserlo todo, amo a ese peluche.

-¿Seguro que no es porque es un peluche mio?-. Tony trato de quitarle la densidad al ambiente y lo logró pues algunos solo pusieron los ojos en blanco y otros solo se reían un poco.

Desde ese día Peter ya no escondió más sus peluches, aveces hasta dormia con alguien pues jamás les molesto, al contrario a muchos también les ayudo a dormir mejor y Clint se siguió emocionado cada que veía su peluche.