LXXVII

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CAPITULO 77: CONFÍO EN TI

Abrí la puerta del apartamento con desesperación empujandola mientras besaba los labios de Draco con furia. Él empezó a reír.

—¿Que pasa Atty?—preguntó entre risas el rubio besando mis labios.

Yo reí divertida y mordí mi labio inferior.

—Es sólo que quiero hacerlo en la ducha—dije avergonzada sintiendo mis mejillas arder.

Draco se separó de mi mirándome con ojos sorprendidos.

—¿Que hiciste con mi dulce Atty?—ahogó una risa.

Yo negué con la cabeza divertida por la situación.

—Oh, ella sigue aquí-le aseguré coqueta y abrí los primeros botones de su camisa—. Pero, justo hoy desea que su novio la aprisione contra una pared y le haga el amor.

Los ojos divertidos de Draco se transformaron en unos llenos de lujuria y deseo. El rubio atrapó mis labios con furia y pasión haciéndome sentir completamente enamorada.

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—¡Mierda Draco, sigue!—gemí sosteniéndome de sus hombros para no caer.

Las embestidas de Draco cada vez eran más duras y aceleradas. La fuerza que tenía en sus piernas era increíble.

El agua de la ducha caía sobre nuestros cuerpos ambientando más la situación dándole el calor suficiente para hacer del acto sexual algo espectacular.

Aunque, con Draco siempre era espectacular.

De un momento a otro, sentí que mis piernas temblaban mientras se enredaban contra la cadera del rubio. Los gemidos y jadeos eran cada vez más fuertes al igual que el deseo por llegar al clímax.

Después de unos cuantos segundos sentí que llegué junto a Draco y me dejé caer en su pecho recuperando la respiración. Una vez que nos terminamos de duchar caminé a la cama en pijama con el cuerpo totalmente adolorido y cansado.

Draco me dejaba las piernas como gelatina.

—¿Tienes hambre amor?—preguntó el rubio secando su pecho con la toalla.

—Si—me estiré en la cama adorando la suavidad de la tela de las sábanas—. ¿Que tienes en mente?.

Draco se acercó a la cama depositando un corto beso en mis labios y se acostó a mi lado.

—Te invitaría a cenar pero los reporteros estarán por todos lados después de lo que pasó con la boda—dijo apenado.

Yo bufé. Ésto llevaría un tiempo hasta que las personas recuerden que estamos entrando a una guerra y que lo importante no es el desastre de boda en la mansión Malfoy.

—No pasa nada, podemos cocinar—sugerí sonriente.

Draco frunció el ceño.

—¿Desde cuándo sabes cocinar?—dijo confundido.

Yo suspiré levantándome de la cama y levantando mis hombros.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora