LXXI

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CAPITULO 71: LA BODA DE BILL Y FLEUR

—Tu puedes, sólo di hola. Todo irá bien—susurré para mi misma dándome ánimos.

Estaba frente a la puerta de la Madriguera y aún no encontraba el valor suficiente para tocar. Tenía miedo a ser rechazada por todos, más allá de que Fred y George sabían de mi problema con Harry, seguramente el azabache les había comentado a los demás.

Harry había pasado varios días en la Madriguera, ya que, se refugió ahí después de huir, a duras penas, de la antigua casa de los Dursley. La familia muggle de la hermana de Lily Potter.

No había hablado con nadie en una semana entera, sólo sabía que se había producido la Batalla de los Siete Potter cuando por casualidad de la vida, leí el periódico.

Batalla en la cual Alastor Moody fue asesinado y George Weasley perdió una oreja.

Ya ni siquiera quería leerlo, solamente eran páginas y páginas de asesinatos y ataques por parte de los mortífagos.

—¡Oh Atenea por fin te apareces por aquí!—dijo una voz conocida.

Giré rápidamente sintiéndome casi espantada, prácticamente había salido de la nada. Charlie Weasley se acercó.

—Hola Charlie—saludé con una sonrisa tímida.

—Que bueno verte—me dió un abrazo fuerte y sonreí levemente mientras le correspondía.

—Yo...los he extrañado a todos—confesé. Él sólo sonrió y abrió la puerta.

—Te aseguro que todos aquí también lo hicieron—dijo amable entrando a la casa. Yo dudé unos segundos antes de entrar.

Apenas entré me aferré con fuerza a mi mochila mientras trataba de ignorar los leves nervios y el sudor en mis manos.

—¿Quien es?—gritó una voz femenina.

Era Molly.

La mujer se apareció por la sala y abrió sus ojos y boca sorprendida. De inmediato corrió hacia mi.

—¡Mi dulce niña! ¡Que bueno verte!—exclamó dándome un gran abrazo.

No pude evitar sentirme aliviada, ahora si estaba segura de que Harry no había contado nada.

El abrazo de Molly se sintió completamente acogedor, era un abrazo de madre que lograba reconfortarme y hacerme sentir que las cosas no eran tan malas.

Molly era especial.

—Ya mamá, vas a asfixiarla—bromeó Charlie. Molly se separó con una sonrisa emocionada y leves lágrimas cayendo por sus ojos.

Pasos se escucharon cuando la madera de los escalones crujió. Por la puerta de la cocina apareció Arthur junto a Tonks y Lupin.

De las escaleras bajaron Bill y Fleur, una pareja preciosa.

—Hola a todos—saludé sonriente. Todos se acercaron uno por uno para saludar.

Fleur se quedó junto a mi mientras sonreía dulcemente y amigable. Jamás había tenido la oportunidad de conocerla a fondo, sólo la conocía porque Abby me la presentó durante el torneo de los tres magos.

Después de todo, ellas eran primas.

—¿Como has estado? ¡Supimos de tu nuevo trabajo!—preguntó Bill.

Yo asentí.

—Si, he conseguido una beca para estudiar y a la vez trabajar en San Mungo. Es un poco agotador pero disfruto ayudar a quienes lo necesitan—comenté orgullosa.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora