XLVI

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CAPITULO 46: MIRADAS

—La atención en los detalles de preparación es un requisito en la planificación...—explicó Slughorn y en ese instante la puerta del salón de pociones se abrió dejando ver a a dos de mis amigos—¡Oh! Harry muchacho, me tenías inquieto...y vienes acompañado—miró al pelirrojo.

—Ron Weasley señor—se presentó incómodo—. Pero soy presumo en pociones, una amenaza, así que quizás deba irme.

El pelirrojo intentó huir pero Harry lo sostuvo del brazo impidiendo que escapara. Reí un poco junto a Hermione.

Las cosas eran diferentes ahora que estábamos en el sexto año. Ya no nos dividían para tomar clases junto a otra casa, sino que nos mezclaron entre alumnos de diferentes casas que habíamos sacado un "extraordinario" y un "supera las expectativas" en pociones.

Tomábamos las clases todos juntos.

Lo bueno de todo esto es que tendría clases con mis amigos y no me aburriría tanto. Lo malo, Draco y Pansy sentados eran mis compañeros.

—¡Tonterías!—exclamó Slughorn riendo—. Cualquier amigo de Harry es amigo mío. Saquen sus libros—ordenó.

Vi por el rabillo del ojo a una chica con cabello castaño claro y de Gryffindor, Lavander Brown. Esa chica sonreía tontamente mirando a Ron. Hermione lo notó y rodó los ojos molesta.

—Lo siento señor, aún no tengo mi libro y tampoco Ron—habló Harry avergonzado.

—No importa. Usen los del armario—dijo sereno en profesor—. Como decía... Preparé unas pociones esta mañana como forma de repaso de lo que han estudiado el año pasado.

Miré con atención las pociones y me sentí mal cuando supe de cuales se trataban. Una de ellas era felix felicis, la otra era veritaserum y finalmente amortentia.

Un año atrás Draco había entrado al salón de pociones y no había notado la poción de amor, confesando así que sentía atracción por mi.

Parecía tan lejano, ese día lo había besado por primera vez y me había sentido completa.

Mi burbuja de amor se rompía cuando caía en la realidad de que lo mío con Draco había terminado.

No pude evitar desviar mi mirada hacia el rubio que tanto me gustaba. Mi incomodidad fue peor cuando sus ojos se encontraron con los míos como si ambos recordáramos ese día.

Lo extrañaba demasiado...

Decidí cortar con el duelo de miradas removiéndome incómoda en mi lugar y comenzando a anotar lo que Hermione aportaba a través de su participación en clases.

Miré al frente y reí un poco viendo como Ron y Harry peleaban por algo que se encontraba en el armario, saliendo victorioso Ron quien tenía un libro nuevo en sus manos. Harry, por otro lado, tenía uno todo destruido y viejo.

—¡Muy bien señorita Granger!—felicitó Slughorn a la castaña—. La poción de amor, causa una gran obsesión y enamoramiento, como ustedes saben—Lavander y Pansy miraban la poción curiosas hasta que Slughorn cubrió el caldero con su tapa—, por esa razón es probable que sea la poción más peligrosa en este salón.

El profesor siguió explicando y agregando datos de vital importancia que el año anterior no nos había comentado Snape. No dudé en comenzar a notar en mi libreta cuando Slughorn comentó como se podía revertir los efectos de cada poción.

Era información de oro para mi, trabajaría en esas pociones para revertir hechizos en esta semana.

—Esto es lo que les ofrezco hoy a todos...—preste atención—. Un pequeño frasco de suerte líquida al estudiante que en lo que queda de la hora pueda hacer una muestra aceptable de muertos en vida. La receta está en la página 10 de sus libros—concluyó sonriente.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora