LXXXIII

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CAPITULO 83: MOMENTO DE SER VALIENTES

Neville abrió la puerta que se encontraba al final del túnel.

—Hola chicos, les traje una sorpresa—habló el castaño—. No es más comida de Aberforth.

Neville se movió a un lado dejándonos ver que había detrás de la puerta. Harry fue el primero en salir seguido de Ron, Herms y al final yo.

Sentí que casi me desmayaba al ver lo que tenía frente a mi. Era el ejército de Dumbledore, muchos otros alumnos se habían sumado.

Pero nadie era de Slytherin, era lógico.

—¡Harry!

—¡Han vuelto!

—¡Atenea escapaste!

Los aplausos sonaron al igual que los gemidos de emoción y leve esperanza. Neville se había encargado de reunir a todo el ejército de dumbledore y prepararlos para una posible batalla.

Era completamente horrible ver en las condiciones en las que vivían los demás, dormían en camas improvisadas, colchones y camillas flotantes. Se veían cansados y muchos tenían un aspecto sombrío.

—¿Atenea?

Al oír la chillona voz de mi amiga abrí mis ojos con sorpresa. La rubia apareció haciendo lugar entre la multitud y poniéndose junto a Luna.

—¡Abby!

Corrí hacia los brazos de mi amiga fundiéndonos en un abrazo de reencuentro. Había dejado de recibir cartas de parte de ella cuando los ataques se incrementaron. Luna no perdió el tiempo y se sumó a nuestro abrazo.

—¡Maldita sea! ¡Llegué a pensar que estabas muerta!—sollozó Abby—. Luna también desapareció por un tiempo, estaba jodidamente angustiada.

Luna se encogió de hombros y abrazó de nuevo a Abby.

—Pero estoy aquí, estamos las tres aquí y debemos prepararnos para luchar—les recordé con una pequeña sonrisa nostálgica.

Extrañaba tanto poder disfrutar tiempo con mis amigas sin pensar en la maldita guerra.

—Alguien avise que Harry está aquí y que Atenea logró escapar—ordenó Neville tomando por los hombros al azabache y dándome una sonrisa.

Todos se abrazaban con todos, era un reencuentro demasiado esperado. Habíamos pasado meses sintiendo terror, angustia, preocupación y la leve sensación de estar en peligro constantemente.

—Hola Aten—saludó Seamus. De inmediato lo abracé.

—¡Seamus!—chillé correspondiendo su abrazo.

Una vez que Seamus se separó de mi, se acercó a Abby tomando su mano y acariciandola con cariño. Sonreí al ver la escena.

Luna estaba encantada con ellos dos.

—¿Y bien? ¿Cuál es el plan?—le preguntó Neville a Harry.

Los ojos del azabache viajaron hacia mí y fruncí el ceño confundida.

—¿Aten?—buscó ayuda en mi.

Todos esperaban que Harry tuviera un plan, al parecer, estábamos en la nada misma.

—Oh no, a mi no me mires así—me apresuré a decir—. He estado una semana prisionera, ni siquiera sé que día es hoy.

Algunos soltaron pequeños risitas ante mi broma, aún así el ambiente era pesado y tenso a tal punto de que, aunque intentáramos sentirnos bien nosotros mismos, todos estamos asustados.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora