LXXIII

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CAPITULO 73: UN PLAN

Entré a la casa de los Weasley encontrando a toda la familia refugiada en su hogar, los miembros de la Orden estaban presentes, además de todos los hijos de Molly y Arthur.

—¡Atenea! ¡Nos tenías preocupados!—exclamó Molly corriendo hacia mi—. Tienes todo el vestido sucio, ¿que ha ocurrido?—la preocupación se reflejó en su tono de voz.

Yo no podía soltar ni una palabra, todavía seguía en shock después de todo lo que pasó.

El ataque...

Draco...

—Estoy bien—murmuré con la mirada perdida—. Sólo quiero cambiarme y hablar con los miembros de la Orden.

Molly frunció el ceño confundida pero unos segundos después asintió. Tonks y Lupin se miraban entre ellos preocupados y Arthur se acercó a su esposa para abrazarla.

Todos estábamos pasando por un momento horrible.

De las escaleras bajaron los gemelos, Ginny y Charlie ya con ropa comida y con la tristeza reflejándose en sus expresiones.

—¡Aten!—chilló Ginny corriendo hacia mi—. Por un momento te perdimos en medio del ataque.

Yo simplemente asentí con la cabeza. El resto de los hermanos mayores se miraban entre ellos intentando comunicarse.

Todo era silencio, nada de bromas, nada de risas.

—Lo sé, quiero hablar de eso luego de ducharme—supliqué y me di cuenta en ese momento que faltaban dos personas—. ¿Están todos bien? ¿Bill y Fleur?

—Oh, ellos están bien—se apresuró a decir Lupin—. No te preocupes—sonrió levemente.

Después de recuperar el aire me dirigí hacía el baño a ducharme y tratar de buscar una solución.

Harry, Ron y Hermione se han ido.

No sabemos de su paradero y lo mejor es que sea así.

Una ducha relajante era todo lo que necesitaba quitando cualquier rastro de tensión en mi cuerpo. El agua caliente contra mi espalda me hacía estremecer cada parte de mi cuerpo volviéndome frágil.

Y sin darme cuenta, empecé a llorar de nuevo...

No fue un llanto de tristeza, ni mucho menos uno de enfado. Fue el llanto que venía cada vez que anunciaba una muerte.

El llanto que anunciaba un ataque.

El llanto que anunciaba un acontecimiento.

Ell llamo que advertía que algo muy malo podía pasar.

Pasé mis manos por mi rostro limpiando las lágrimas color celeste brillante antes de que empezara a nublarse mi cabeza y ya no me encontrara en la ducha.

El tren camino a Hogwarts con solamente doscientos cincuenta alumnos. Hogwarts ya no es seguro.

—¡No te atrevas a tocarlos!

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora