LXXVI

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CAPITULO 76: EXPLOSIVO

Después de darme una ducha y cambiar mi pijama, me quedé sentada en la mesa leyendo un libro de pociones curativas, intentando buscar la manera de que pasará el tiempo.

No iba a mentir, mis piernas temblaban y mi corazón latía con fuerza golpeando mi caja torácica. Mordí mi labio conteniendo mis ganas de gritar.

9:55 a.m.

Cinco minutos...

Cinco minutos para que la boda empezara...

—No mires el reloj...no mires el reloj—me repetí a mi misma obligándome a concentrarme en el libro frente a mi.

Le di un pequeño sorbo a la taza de café a mi lado aspirando su aroma e ignorando el hecho de que Draco me había dicho que escaparía antes de la boda.

Mis ojos nuevamente se desviaron al maldito reloj.

9:58 a.m.

Mi estómago se revolvía, no sabía muy bien si del hambre o de los nervios y la preocupación.

Había llegado a un acuerdo con Draco antes de que se marchara. Si él no regresaba a mi apartamento antes de las 10 a.m. , yo debía asistir a la boda para idear un nuevo plan de escape.

Santo cielo... sentía que iba a desmayarme.

En la mesa tenía una caja de donas bañadas en chocolate. Draco las había comprado y me las envío a casa porque según él, el chocolate me calmaría.

Oh que sorpresa, llevo comiendo cuatro donas y sigo con la ansiedad al cien por ciento.

Tomé otra dona entre mis dedos y le di un mordisco repitiendome que no debía mirar el reloj. Me obligué a concentrarme en el libro tratando de memorizar datos que serían de vital importancia.

¿Y si debo ir? ¿Cómo se supone que debo actuar en la boda de mi novio?

O peor aún...

¿Cómo se supone que debo hablar con su familia?

Maldición, sólo a Pansy se le ocurre organizar una boda justo durante una guerra.

Y bueno... a Bill y Fleur también.

Sólo una vez más.

10:01 a.m.

Carajo...

—¡Carajo!

Me levanté de la mesa sintiendo el efecto de las donas en mi estómago. Corrí hacia mi habitación buscando entre mi armario algo para usar.

Mierda... debí pensar en eso antes.

¿Y ahora que diablos me pongo?

Comencé a delizar la ropa de mi armario buscando un vestido decente.

Hasta que lo encontré.

Un vestido rojo, largo y con un pequeño escote. Era elegante y sofisticado.

Si esa estúpida boda iba a ser del maldito color verde, yo iría con un maldito vestido rojo para romper la regla.

El vestido había sido un obsequio de mi abuela, me lo dió de regalo cuando le conté que me había comprado un apartamento.

Sus palabras fueron "para una ocasión especial".

No era el tipo de ocasión especial que esperaba pero, no tenía más opciones.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora