LXXXIV

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CAPITULO 84: BATALLA DE HOGWARTS (PARTE 1)

McGonagall ordenó que los estudiantes fueran llevados al Gran Comedor. Allí, McGonagall y Kingsley Shacklebolt anunciaron que los estudiantes con la edad suficiente para luchar podrían quedarse si quisieran, mientras que los estudiantes más jóvenes serían evacuados por Poppy Pomfrey y Argus Filch a través del pasadizo del Cabeza de Puerco.

—A ver si entendí profesora...—insistió Neville perplejo—. ¿Me está dando permiso de hacer eso?

Yo reí un poco ante la sorpresa del castaño.

—Si, correcto Longbotton—respondió McGonagall.

—¿Que lo vuele? ¿Boom?

—¡Boom!—exclamó la profesora.

Seamus me miró divertido y le di una pequeña sonrisa.

—¿Y como voy a hacer eso?—preguntó Nev.

McGonagall miró a su lado encontrando a Seamus.

—¿Por qué no lo discute con el señor Finnigan?—le guiñó el ojo—. Según recuerdo, tiene una gran facilidad para la pirotecnia.

—Yo lo puedo ayudar—dijo Seamus animado.

—Excelente, corran corran—murmuró Minerva.

Seamus y Neville salieron corriendo hacia el puente, debían buscar la forma de explotarlo para impedir el paso de los mortífagos a la escuela.

O al menos... retrasarlos.

Me encontraba en el patio principal de Hogwarts, justo en la entrada, con McGonagall, Flitwick y Molly.

Un poco más allá, los miembros de la Orden sostenían sus varitas con valentía y lealtad para defender sus ideales.

—No podemos detener a ya-sabes-quien indefinidamente...—dijo Flitwick pensativo.

—Eso no significa que no podamos retrasarlo—respondió McGonagall con coraje—. Y su nombre es Voldemort, llámalo por su nombre, tratará de matarte de igual manera.

Nunca había visto esa faceta de la profesora McGonagall. Era una mujer increíblemente valiente, audaz, inteligente y sin duda alguna, una bruja increíble.

Podía decir, que era mi bruja y profesora favorita.

Miré a Molly a mi derecha, ella se veía igual que el resto de personas. Con un poco de miedo pero completamente cubierta de coraje.

McGonagall se giró sobre sus pies levantando su varita hacia la entrada de la escuela. Molly acarició mi espalda dulcemente dándome ánimos.

Me sentía un poco asustada, tenía que mantenerme fuerte y utilizar sabiamente mi poder. Tenía que buscar la forma de ayudar a quienes necesiten.

—Piertotum Locomotor—recitó McGonagall.

Lo que pasó después fue impresionante...

Un soldado de piedra cayó en la entrada de la escuela. Le siguieron otro más que se fueron sumando a un gran ejército.

Por Rowena Ravenclaw...nunca había visto algo así.

Los soldados, con sus armaduras y trajes de piedra, comenzaron a alinearse marchando hacia el patio. McGonagall lucía igual de sorprendida que yo, Molly estaba sin palabras.

—¡Hogwarts está en riesgo, vigilen los bordes! ¡Deben protegerlos! ¡Cumplan con su deber para con la escuela!—ordenó la profesora al ejército.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora