LXVII

699 58 8
                                    

CAPITULO 67: ES HORA

—¡Por Merlín, muero de hambre!—exclamé lanzandome en el asiento.

Comencé a servirme un gran pedazo de pollo con puré de papas sintiéndome completamente hambrienta. No había comido bien en todo el día y sentía la necesidad de comer una buena cantidad de comida ahora que me encontraba en la cena.

Nada mejor que un buen plato de comida.

—Diablos Aten, deja algo para los demás—bromeó Abby sirviéndose en su vaso jugo de calabaza.

—¿Me das por favor?—pregunté extendiendo mi vaso para que me sirviera.

Abby negó con la cabeza riendo y sirvió un poco.

—¿Y bien? ¿Has podido averiguar algo sobre San Mungo?—preguntó Luna cortando su carne.

Asentí y bebí un poco de jugo antes de hablar.

—Es una beca, fui becada para trabajar y estudiar en San Mungo. Este verano—dije sonriente y orgullosa.

Luna y Abby quedaron estáticas y se miraron entre ellas con los ojos y boca abierta para luego regresar sus miradas hacia mi con grandes sonrisas plasmadas en sus rostros.

—¡Oh dios Atenea eso es genial!—chilló Luna emocionada.

—¡Eso no pasa todo el tiempo! ¡Es increíble Aten!—agregó Abby gritando eufórica.

Yo me sonroje cuando me di cuenta de que varios estudiantes de mi casa escucharon la conversación privada que tenía con mis dos rubias amigas.

Bueno, no tan privada. Después de todo, estábamos hablando en el gran comedor.

Mientras disfrutaba del delicioso pollo que estaba en mi plato, sentí una mirada penetrante sobre mi a tal punto de hacerme sentir incómoda. Busqué con los ojos recorriendo todo el salón con ellos y deténiendome en la mesa de Slytherin.

Oh carajo...

Pansy Parkinson parecía querer asesinarme.

La morena me veía fijamente con la mandíbula tensa y los puños cerrados sobre la mesa.

—¿Por qué Pansy Parkinson te mira como si quisiera que estuvieras muerta?—preguntó Luna balanceándose en el asiento como una niña pequeña.

Yo corté el contacto visual con Pansy y miré a Luna y a Abby. La primera se veía confundida mientras que la segunda reía ante la situación.

—¿No es obvio? Está celosa de que Malfoy no le presta atención—respondió Abigail.

Luna abrió sus ojos mirándome curiosa.

—¡Me acordé!—soltó de golpe—.Supe algo de que conociste a la madre de Draco—comentó.

Yo asentí con la cabeza recordando cada detalle del momento incómodo.

—Ni que lo digas, no sé quien me odia más. Pansy, Bellatrix o Narcissa Malfoy—suspiré resignada para dar otro bocado de puré.

Luna y Abby miraron nuevamente hacia la mesa de las serpientes pero yo evité seguir prestando atención. No quería tener cruces con Pansy.

Sinceramente me tenía agotada toda esa situación.

—Es bastante complicado lo de ustedes—dijo Abby apenada—. No sé que sería de mi si tuviera que vivir lo mismo con Seamus.

Oh creeme Abby, no quieres saberlo.

—Estoy de acuerdo en eso—agregó Luna—. He sufrido mucho con todas las barreras que tengo para estar con George pero al fin de cuentas, importa lo que ambos sienten el uno por el otro—sonrió dulce.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora