LXXXI

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CAPITULO 81: PRISIONERA (PARTE 2)

Las rejas del calabozo se abrieron dejando ver a Colagusano con su varita en mano. Todos nos miramos entre nosotros con la amargura reflejada en nuestros rostros.

—¡Tu!—señaló al elfo cuyo nombre aún desconocía—. ¡El duende! ¡Ven aquí!—ordenó.

El elfo nos dió una mirada confundida y se acercó a Colagusano, quien de inmediato arrastró al elfo fuera de la celda.

No tarde mucho en darme cuenta de algo.

—¿Y Dobby?—pregunté mirando a mi alrededor.

Justo cuando mencioné al elfo, Dobby apareció de repente dejandonos perplejos a todos.

¿Como diablos puede aparecer y desaparecer?

—¡Dobby!—dijo Harry paralizado.

—Oh, hola—saludó el elfo avergonzado.

—¡Dobby! ¡Puedes aparecerte!—chillé sorprendida mirando a los demás. Todos estaban igual que yo.

Ron miró a Harry confundido y el azabache habló.

—¿Puedes aparecer y desaparecer fuera de esta habitación?—preguntó Harry—. ¿Puedes llevarnos contigo?

El elfo prestaba atención a las palabras de Harry.

—Umm, claro—pensó—. Soy un elfo.

Cielos Dobby...

No lo habíamos pensado antes...

¿Como diablos es que soy de Ravenclaw?

—Perfecto—murmuró Ron mirando a Harry.

Miré a Harry esperando a que diera órdenes. Él asintió con la cabeza tomando el control.

—Muy bien, Dobby—se dirigió al elfo—. Llévate a Luna y al señor Lovegood.

El elfo asintió y miró a Luna.

—Ella me cae muy bien—comentó acercándose a mi amiga. Luna sonrió y tomó la mano el elfo—. Regreso en diez segundos.

En menos de un segundo, Dobby desapareció llevándose a Luna y a su padre del calabozo.

Sólo quedábamos Harry, Ron y yo. Corrimos a escondernos detrás de la reja que daba entrada a la celda y justo apareció Colagusano.

Colagusano se veía confundido e intentó encontrarnos en el calabozo. Finalmente, al no ver a nadie, abrió la reja adentrándose al lugar.

Y Dobby apareció.

El elfo, paralizó a Colagusano desde la escalera que llevaba al calabozo. Sonreí orgullosa de la actuación rápida de Dobby.

—¿Quien tomará su varita?—preguntó el elfo temeroso.

Harry y Ron se miraron entre ellos y levanté mis hombros quitándole importancia. Sólo esperaba que mi magia hubiera regresado.

No sabía que me dieron, pero cuando sentía mi cuerpo totalmente débil no podía hacer nada. No podía defenderme.

Solamente suplicaba que los efectos hubieran pasado.

Los tres empezamos a caminar sigilosamente subiendo los escalones. Cada dos segundos, volteaba a ver el cuerpo paralizado de Colagusano con la intención de controlar que este no intentara nada raro.

Aunque realmente...se veía inconsciente.

—¿¡Quien la robó!? ¿¡Quien?—interrogaba Bellatrix al elfo.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora