LXXII

651 59 8
                                    

CAPITULO 72: SER FUERTE

Ahogué un grito.

Me voltee hacia atrás aún en el charco de lodo y sentí como el aire comenzó a faltarme y las lágrimas comenzaban a salir.

—D-Draco—murmuré atónita.

Él estaba ahí, con su traje negro elegante y su cabello rubio platinado peinado hacia un costado. Su rostro se veía más delgado y afinado, él movió su varita y la pesadez en mi cuerpo desapareció.

¿Que carajos?

—Prefería un beso antes que un hechizo de ataque pero, debo admitir que lo hiciste bien hace unos minutos—dijo bromista guardando su varita y sonriendo levemente.

Mierda, Draco...

Yo me levanté del charco y corrí hacia él lanzandome a sus brazos y comenzando a llorar.

Estas semanas sin saber nada de él habían sido un completo infierno. Lo había extrañado con todas mis fuerzas y no había un segundo en el que no pensara en él.

Solía dormir en las noches abrazándome a una camiseta de él aspirando su olor y deseando profundamente poder volver a verlo. Todos estos días se habían sentido una eternidad.

Y por fin volvía a estar en sus brazos...

—Me hiciste mucha falta Draco—lloré en su hombro aspirando el aroma de su perfume.

Él acarició mi espalda dulcemente.

—Y yo te extrañé como nunca antes, mi amor—susurró en mi oído y dejó un beso en mi cabeza.

Yo me separé un poco de él y junté nuestros labios en un beso de reencuentro. Un beso desesperado.

Un beso que tanto había estado esperando desde hace semanas.

Apoyé mis manos en su pecho acariciandolo con delicadeza. No pude evitarlo y lloré en sus labios, él se separó un poco y unió nuestras frentes.

—He intentando comunicarme contigo pero no encontraba la forma, la mansión está repleta de mortífagos—limpió mis lágrimas con su pulgar y soltó un suspiro cansado—. Él está en mi casa...

Abrí muy grandes mis ojos, aún brillosos por la ola de sentimientos que salieron a la luz al verlo de nuevo. Tal y como lo decían los rumores, Lord Voldemort está refugiado en su casa.

—¿Y tú? ¿Cómo estás? Te ves cansado—murmuré acariciando su cabello.

Él se soltó de mis manos y miró al suelo completamente aturdido. Yo sólo lo miré esperando una respuesta.

—No puedo dormir, ellos están ahí humillándonos en nuestra propia casa—soltó en un gruñido de ira—. Y yo no sé qué hacer.

Me acerqué lentamente y puse una mano en su espalda sintiendo como su cuerpo se relajaba. Draco estaba completamente serio, ni una pizca de querer sollozar como ocurrió la última vez.

Ahora él se veía más frío, más insensible y completamente rodeado de oscuridad.

Justo como yo temía verlo...

—Draco y-yo necesito una forma de comunicarme contigo—supliqué angustiada—. ¿No podemos buscar una manera? .

Él negó rápidamente.

—No—se apresuró a decir seco—. Es peligroso y también quiero que evites mantenerte cerca de los ataques.

Yo me crucé de brazos y cerré los ojos por un segundo intentando mantener la calma.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora