LVI

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CAPITULO 56: CELOS

Era el último día de clases antes de que los alumnos de hogwarts partieran a sus hogares para celebrar la Navidad. Yo había decidido quedarme en la escuela más allá de que Abby y Luna me habían insistido un número incontable de veces que me quedara en sus casas.

Tomé la decisión de que aprovecharía los días a solas para poder concentrarme en mis estudios y seguir como lo venía haciendo desde hace un tiempo.

Con respecto a Draco, no había hablado con él desde la noche en la que estuve con él en la sala de los menesteres. Estaba casi segura de que lo vería en el comedor y en la clase de pociones.

Agarré mi mochila y salí de la habitación pasando por la sala común y saludando un par de compañeros. Me encontraba un poco nerviosa ante la idea de ver a Draco.

Él había sido terriblemente dulce y respetuoso conmigo esa noche y no habíamos hablado sobre lo que él tenía con Pansy. Me ponía los pelos de punta y me estresaba la idea de pensar en que ella estaba encima de él todo el tiempo.

Entra al comedor tomando asiento junto a mis amigas como todos los días inevitablemente empecé a buscar con la mirada a quien tanto deseaba ver.

—Hola—saludé acomodando mi cabello hacia atrás para que no me molestara.

—¿Que onda?—saludó Abby dándole un mordisco a un pedazo de pan.

—Las clases de alquimia son de lo peor—suspiré agotada—. ¿Ustedes?

Abby estaba tomando un poco de agua y Luna decidió hablar.

—Tuvimos clase de encantamientos—dijo dulcemente.

Yo asentí con la cabeza comenzando a servirme un poco de pollo y puré de papas en mi plato.

Moría de hambre.

—¿Hablaste con Draco sobre tus visiones?—preguntó Abby y negué con la cabeza.

—Muy poco...nosotros discutimos sobre eso y luego...—recordé cada detalle de la noche anterior. Sin darme cuenta sonreí.

—¿Y luego que?—habló Luna sacándome de mi nube.

Carraspee y miré a la mesa evitando ver a mis amigas. Seguramente mis mejillas me delataban.

—Y luego tuvimos sexo...—murmuré y tomé el vaso rápidamente tomando agua.

Abby soltó una carcajada.

—¡Carajo Aten! ¡Esa no la veía venir!—chilló en un grito llamando la atención.

Luna tenía su boca abierta de la sorpresa.

—¡Shh Abigail!—la regañé y ella se tranquilizó aún riendo.

—Eso es totalmente una locura Aten—dijo Luna riendo—. ¿Hablaron algo más?

Volví a negar con la cabeza.

Esa noche Draco me había confesado que él era un mortífago pero no diría nada. No me correspondía divulgar algo que sabía que podía perjudicarlo.

De todas formas, él seguía sin decirme que tenía que ver el armario evanescente.

—Nop—pronuncié haciendo énfasis en la letra "p"—. No hablamos mucho que digamos...

Luna fue quien carcajeó ahora.

—¡Claramente no!—se burló y yo reí ante su reacción.

La puerta del comedor se abrió de golpe dando paso el chico que tanto me enloquecía desde hace mucho tiempo. Draco miro hacia mi mesa y un brillo en sus ojos me demostró que él recordaba cada detalle de la noche anterior.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora