IX

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CAPITULO 9: ¡TE DIJE QUE NO TE ME ACERQUES!

—¿Profesora McGonagall?—abrí la puerta del salón donde tenía que encontrarme con mi mentora.

—Adelante, te estaba esperando—sonrió levantándose de su asiento.—¿Que tal tu primer día de clases?

—Estuvo bien, me gusta mucho la clase de pociones—comenté.

—Estupendo, hoy es nuestra primera clase y necesito que practiquemos hechizos más avanzados, tenemos que ponerte al día con los demás alumnos—explicó mientras abría un libro.

Estuve aproximadamente dos horas con la profesora y la verdad es que estaba aprendiendo bastante rápido, al menos eso es lo que ella dijo. Tenía que esforzarme mucho para poder estar al día y saber defenderme ante cualquier situación.

Cuando terminé la clase me sentía agotada. Me había esforzado pero aún así ya necesitaba descansar.

—Es todo por hoy Atenea, avanzaremos rápido si seguimos en este ritmo—asentí y tomé mi mochila dispuesta a salir del salón.

—Gracias profesora—sonreí.

—Durante las clases puedes llamarme Minerva—sugirió.—Ahora si, ve a cenar. Te veré pasado mañana.

Después de esa pequeña conversación corrí hacia el comedor. Tenía hambre, demasiada.

Al entrar busque con la mirada a mis amigas y vi a Luna y a Abby sacudiendo sus brazos para llamar mi atención.

Comencé a caminar hacia la mesa hasta que sentí un gran empujón que me tiró al suelo.

[2:23 p. m., 20/10/2020] Flor Moreno: —¿De nuevo tu?—la chica morena de Slytherin me miró con desprecio y rápidamente me levanté del piso.—No puedes ser más inútil, no puedo creer que seas una bruja celestina.

—Deberías tener cuidado—murmuré entre dientes conteniendo mi enojo.

—Pansy, ya vámonos—escuché una voz conocida y supe de quien era. Draco se paró junto a la morena.

—No, Draco—se negó furiosa.—¿No le dirás nada? Ella fue quien nos interrumpió hoy.

—Pansy, dije vámonos—el rubio habló con firmeza y frialdad que me causó escalofríos.

—Deberías hacerle caso—oí otra voz a mis espaldas pero no sabía de quien era. Voltee encontrándome con un chico castaño y guapo. Era de Hufflepuff y al parecer un año mayor.

En ese momento noté que todo el comedor estaba mirando la escena, que incómodo. Cada día que intentaba pasar desapercibida terminaba llamando la atención.

—Da igual—Pansy puso sus ojos en blanco mientras levantaba sus hombros quitándole importancia.—No vuelvas a intentar pasarte de lista conmigo tontita—amenazó acercándose a mi y tirando un mechón de mi cabello.

Que infantil, pensé.

—Y tu no vuelvas a acercarte a mi—contesté sacando valor de quién sabe donde para luego darme la vuelta dispuesta a caminar a mi mesa.

Sentí de nuevo un tirón en mi cabello y ya no pude contener más, mi paciencia había llegado al límite.

—¡Te dije que no te me acerques!—grité llena de ira y abrí mis ojos sorprendida cuando noté que de mis manos había salido un rayo azul lanzando a la morena al otro lado del gran salón.

Oh por dios, me metería en problemas.

Todo el salón empezó a murmurar, algunos asustados y otros sorprendidos debido a mi reacción. Inmediatamente salí de allí sin entender nada.

Mi intención no era lastimar a Pansy, sólo me quería defender.

Escuché la voz de la profesora McGonagall llamándome y me ví obligada a parar.

—Atenea, espera—voltee a mirarla arrepentida.

—No fue mi intención—me apresuré a decir. Ella colocó su mano sobre mi hombro derecho y lo acarició.

—Lo sé, es por eso que debemos trabajar en tu poder—explicó.—Aún así ¿Puedes explicarme qué pasó allí dentro?.

Comencé a relatar como fue que sentí el empujón en el suelo y las palabras que intercambié con Pansy. Después de eso, Minerva explicó que a veces algunos chicos de Slytherin solían ser un poco difíciles de tratar.

¿Un poco? Pensé.

—Creo que deberías volver al comedor—sugirió pero yo aún seguía con dudas.— Atenea, yo sé lo que has pasado en tu vida y ahora debes hacer frente a todo eso.

En ese momento supe que quizás Dumbledore le había comentado algo de lo que yo viví en mi pasado cuando vivía en el orfanato. Los maltratos, el hecho de no tener amigos, estar sola.

—Hiciste bien en defenderte, no tengas miedo de sacar tus garras niña. Puedes mucho más de lo que crees—la profesora se alejó después de decirme esas palabras que me dejaron reflexionando un momento.

—¡Aten!—la voz de mis amigas llamó mi atención. Tenía a Luna y a Abby frente a mi.

—Oh, lo siento por irme así— me apresuré a decir.

—¡Eso fue increíble! Nadie jamás se le enfrenta a Pansy, todos están hablando de ti y de como la hiciste volar por los aires—comentó emocionada Abby.

—De verdad fue muy impresionante Aten—Luna la apoyó.—Pero creo que deberíamos volver al comedor a cenar—propuso.

 Asentí y comenzamos a caminar las tres hacía el comedor. Al llegar todas las miradas nuevamente estaban en mi pero decidí ignorarlas y tomar asiento.

Mi vista se posó en la mesa Slytherin y mis ojos se encontraron con los de Draco Malfoy, quien ante nuestro duelo de miradas, esbozó una pequeña sonrisa y siguió cenando mientras hablaba con sus compañeros de casa.

Sentí unos dedos tocar mi hombro y al girar encontré al chico que me había defendido un momento antes.

—Hola, Atenea—sonrió dulcemente.—Yo...—miró a su alrededor nervioso y se acomodó su corbata con los colores de su casa.—Lo que hiciste fue genial—volvió a sonreír.

Se veía tan tierno.

—Gracias por eso—le devolví la sonrisa.— Y por defenderme, no era necesario.

—Lo he notado, puedes defenderte sola—hizo referencia ante lo ocurrido causando que riera.—Soy Cedric Diggory—se presentó extendiendo su mano.

—Atenea Saint-Jean, es un gusto—correspondí su saludo.—¿Quieres sentarte?—propuse mientras hacía lugar para que se sentara junto a mi.

Abby y Luna permanecían en silencio pero sentí como ambas observaban la escena.

—Claro, me encantaría—Cedric tomó asiento y saludó a mis amigas.

 Cedric sin dudas era un chico encantador. Estuvimos hablando un buen rato y entre risas y chistes paso el tiempo, luego de eso cada uno volvió a su casa. Cedric a Hufflepuff y Luna, Abby y yo a Ravenclaw.

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EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora