XXXVIII

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CAPITULO 38: LUCIUS MALFOY

Jugué con mis manos intentando calmar mi nerviosismo, pero parecía casi imposible. Las puertas del ascensor se abrieron a la vez de que una voz robótica sonaba en los altavoces del ascensor avisando que estábamos en el Departamento de Misterios. Habíamos llegado.

—Aquí es...—dijo Harry comenzando a caminar hacia el interior del lugar.

Ginny, Abby, Luna, Neville, Ron, Hermione y yo comenzamos a seguirlo en silencio. Yo observaba el lugar recordando cada detalle de mi última visión, aquella que había compartido con Harry.

Estaba muy oscuro, apenas se podía ver.

—Lumos—murmuré y en mi mano derecha se formó una bola de luz blanca cálida que permitió que pudiera analizar mejor el lugar.

Los demás me imitaron y la luz en la puntas de sus varitas no tardaron en aparecer.

—92...93...94...—contaba Harry mientras caminaba rápido buscando entre las profecías. Detuvo su paso de golpe y nos miró a todos confundidos—. No lo entiendo, debería estar aquí.

La profecía de Sirius no estaba, aquella en donde Harry y yo habíamos visto a su padrino ser torturado no se encontraba ahí.

—Harry—lo llamó Neville—. Esta tiene tu nombre.

Todos nos acercamos hacia el castaño y Harry dudó unos segundos antes de tomar la bola de cristal en sus manos.

La bola comenzó a recitar unas palabras.

"El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca y el Señor Tenebroso lo reconocerá como si igual pero el tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce...pero ninguno de los dos vivirá si el otro sobrevive".

—¡Harry!—habló Hermione sacándonos a todos de ese trance.

Miré hacia el frente y mis ojos se abrieron sorprendidos al ver a una figura con túnica negra y una máscara.

Un mortífago.

El mortífago caminó lentamente hacia nosotros y Harry, valiente como siempre, habló.

—¿Dónde está Sirius?

—Potter, ya deberías aprender la diferencia entre los sueños...—sacó su varita haciendo un pequeño suspenso—...y la realidad.

El mortífago se quitó su máscara y en su lugar pude ver a un hombre con semblante frío y serio, tenía una cabellera rubia platinada y su postura irradiaba seguridad y un poco de maldad. Supe quien era en ese instante, ese color de cabello y esos ojos tan profundos los había visto en alguien más... Alguien que apreciaba.

El hombre frente a mi era Lucius Malfoy, el padre de Draco.

—Solo viste lo que el Señor Tenebroso quería que vieras. Ahora dame la profecía—ordenó.

Los ojos de Lucius se posaron en mi unos segundos y con seriedad y mi piel se estremeció al sentirme totalmente analizada.

—Veo que trajiste contigo a la famosa y popular bruja celestina—dijo con leve desprecio. Y me límite a tragar saliva sin decir nada.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora