LXXXII

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CAPITULO 82: ESCAPE

El sonido oxidado de las rejas abriéndose me obligaron a abrir los ojos con pesadez y cansancio.

Ya estaba acostumbrándome a dormir en el frío suelo de la celda. Había perdido peso y mi cuerpo se sentía débil.

Ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba siendo prisionera en Malfoy Manor. Según yo, pasaron horas desde que Harry, Ron, Hermione y Dobby se marcharon.

Al menos ellos estaban bien.

Yo no corría la misma suerte, mi estómago sonaba pidiéndome comida, el dolor de cabeza era horrible y además, necesitaba una ducha.

Escuché unos pasos acercarse a mi y tensé mi cuerpo con temor a ser torturada de nuevo.

Ya no quería...

Ya no podía aguantar otra tortura más.

—Atty...

Ahogué un sollozo cuando sentí unas manos fuertes tomándome por la espalda mientras me ayudaba a ponerme de pie. Reconocí su olor tan varonil.

—¿Draco?—susurré enredando mis manos en su cuello.

Mis piernas temblaban, mi cabello era un desastre y posiblemente mi rostro también.

Santo cielo...seguramente me veía horrible.

—Si, soy yo—me levantó por las rodillas y me aferré aún más a su pecho—. Voy a sacarte de aquí.

Su voz sonaba a lo lejos, apenas podía abrir bien mis ojos para mirar su rostro. Su piel pálida y su mandíbula marcada, su cabello rubio platinado tan suave y brillante como siempre.

—¿Cuánto tiempo llevo aquí?—pregunté en un balbuceo.

—Una semana... necesito que huyas y voy a ayudarte—abrió la reja sacándome del calabozo.

Cerré mis ojos intentando juntar fuerzas, sentía los pasos sigilosos de Draco en medio de la mansión mientras me cargaba. Nunca antes había conocido el interior de su hogar.

Era todo tan...oscuro.

Tan tenebroso.

Draco abrió una puerta con cuidado de no hacer ruido. Sentía su corazón latiendo con fuerza mientras su respiración estaba agitada chocando contra mi cuello. Yo me aferraba más a él.

No tenía fuerzas para nada...

Mi cuerpo estaba agotado como nunca antes, no entendía que me hicieron.

¿Será que me han envenenado?

¿Estaré bajo alguna maldición?

Draco cerró la puerta colocando un hechizo de bloqueo de inmediato. Abrí mis ojos encontrándome en una habitación con paredes grises y una cama grande con colchas color verde esmeralda.

La decoración y los banderines de Slytherin confirmaron que era la habitación de mi novio.

Sobre la cama había una bandeja repleta de comida. El rubio me recostó en la cama acariciando mi cabello.

—Necesitas comer, estás muy débil—insistió dándome unas tostadas.

Yo asentí con la cabeza tomando una entre mis manos y dándole un mordisco.

Maldición...hace tanto que no comía una tostada.

Era delicioso.

Después del primer mordisco sentí como las fuerzas volvían a mi cuerpo. Draco alzó su varita comenzando a murmurar hechizos que desconocía.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora